Hay varias preguntas realizadas previamente al servicio Preevid -ver enlaces más abajo- en las que se cuestiona el papel de estos fármacos en el tratamiento de una mujer diagnosticada de osteoporosis postmenopaúsica. Denosumab, aunque ha demostrado su eficacia comparada con la del placebo en la prevención de fracturas osteoporóticas mediante ensayos clínicos controlados, debe reservarse a un segundo escalón terapeútico, cuando esté clara la indicación de un fármaco y no se puedan utilizar (por ejemplo por alergia o por intolerancia) los bifosfonatos.
El sumario de evidencia Best practice, actualizado en agosto del 2012(1), clasifica a ranelato de estroncio y denosumab como claramente efectivos en la prevención de fracturas óseas; pero los sitúa en una segunda línea terapeútica. Los ensayos clínicos aleatorizados que incluye comparan denosumab con placebo, afirmando que no se han publicado ensayos que comparen directamente el efecto de denosumab con bifosfonatos, o con ranelato de estroncio.
La búsqueda realizada por el servicio Preevid, tampoco ha identificado ensayos clíncios que comparen de forma directa denosumab con bifosfonatos, o denosumab con ranelato de estroncio.
Una revisión sistemática publicada recientemente(2), realiza un análisis de los ensayos clínicos publicados con el empleo de fármacos para la prevención de osteoporosis. Mediante un ajuste previo y un análisis indirecto de los efectos de tratamiento, ya que no hay estudios que los comparen de forma directa, muestra que denosumab fue más efectivo que ranelato de estroncio, raloxifeno, alendronato y risedronato en la prevención de nuevas fracturas vertebrales.