Según la documentación consultada, la administración repetida de toxina botulínica A (TBA) puede originar atrofia muscular a largo plazo, aunque se desconoce la frecuencia de este efecto. Para algunos pacientes este efecto secundario podría no resultar relevante, incluso podría ser un resultado deseado en algunos tratamientos.
Las fichas técnicas de varios preparados de TBA comercializados en España(1-6) mencionan la atrofia muscular entre los efectos observados en los estudios post-comercialización, sin concretar si se asocia a la administración de una única dosis o a su administración repetida. Sí que se ha observado atrofia muscular con dosis repetidas en estudios de toxicidad(2,5). Aunque se desconoce la frecuencia real de este efecto(1,4,5), cuando se usa en casos de tortícolis espasmódico parece ser poco frecuente (≥1/1.000, <1/100)(1).
Las evaluaciones de las diferentes formulaciones de TBA realizadas por Lexicomp(7-11) no mencionan la atrofia muscular entre los efectos secundarios. Únicamente la de “PrabotulinumtoxinA”(11) comenta que, por su propio mecanismo de acción, su administración intramuscular a dosis terapéuticas podría ocasionar atrofia muscular.
En el caso de Micromedex, la evaluación de “AbobotulinumtoxinA”(12) refiere que se han comunicado casos de atrofia muscular después de su comercialización. Las evaluaciones de “OnabotulinumtoxinA”(13) y “PrabotulinumtoxinA-xvfs”(14) también explican que, derivado de su mecanismo de acción, aparece o puede aparecer atrofia muscular.
Una revisión sistemática sobre la atrofia muscular tras la administración de TBA(15), muestra que la administración intramuscular única o seriada de TBA puede originar atrofia muscular a corto y a largo plazo. La revisión, incluyó 16 estudios realizados en animales y 14 en humanos. Los estudios realizados con personas carecían de grupo control o los grupos control eran de baja calidad. Las patologías en las que se utilizó la TBA fueron muy variadas y algunos estudios se realizaron con sujetos sanos; varios se realizaron en niños. También diferían los estudios en el modo de evaluar la atrofia. En cuanto a la atrofia a largo plazo, se menciona un estudio que identificó atrofia muscular mediante técnicas histológicas 2-4 años después del tratamiento y otros que con técnicas de imagen detectaron atrofia hasta 2 años después.
También se describe este efecto a largo plazo con administraciones repetidas en un estudio descriptivo de una cohorte de 132 pacientes con migraña tratados con TBA(16): 2 de los 8 pacientes que fueron tratados durante más de 2 años mostraron atrofia muscular evidente a nivel frontotemporal; sin embargo, ninguno de ellos manifestó queja alguna al respecto (ni estética ni en cuanto a debilidad) y ambos decidieron continuar con las infiltraciones.
Finalmente mencionar que en ocasiones este resultado podría considerarse no un efecto adverso sino un resultado deseado. Así, una revisión narrativa, que explora el papel de la atrofia muscular derivada de la TBA como un efecto tanto deseado como indeseado en los tratamientos cosméticos(17), explica que este efecto se ha usado con finalidades estéticas en sujetos con hipertrofia de los músculos maseteros y hace referencia a un estudio que sugiere repetir los tratamientos 2-4 veces al año para mantener los resultados.