Tras la búsqueda realizada en las bases de datos de estudios Medline y Embase se han seleccionado varios metaanalisis de ensayos clínicos aleatorios (ECA)(1-5) que encuentran que la ingesta de probióticos es efectiva para la disminución de los niveles de colesterol total (CT) y de las lipoproteínas de baja densidad (LDL); no obstante, en ninguno de estos documentos se hace referencia las significación clínica que tiene esta reducción de los niveles de lípidos (en cuanto a reducción de morbimortalidad cardiovascular). Por otra parte, se ha revisado la información que aportan recientes guías de práctica clínica (GPC)(6-14) y sumarios de evidencia(15-18) sobre manejo de las dislipemias o sobre prevención de enfermedad cardiovascular y no se encuentra mención a la indicación de probióticos o a su potencial papel terapéutico.
En una GPC de la “World Gastroenterology Organisation” sobre la utilidad clínica de los probióticos y prebióticos(19) tan sólo se comenta que se está estudiando el uso de probióticos y prebióticos para la prevención de algunas manifestaciones del síndrome metabólico, incluido el exceso de peso, la diabetes tipo 2, y la dislipidemia.
En el más reciente de los metaanálisis(1), publicado en febrero de 2018, se incluyeron 32 ECA con un total de 1.971 pacientes (con diferente perfil clínico: individuos sanos, pacientes con diabetes tipo 2, hipertensión o sobrepeso, pacientes con hipercolesterolemia, o pacientes con enfermedad cardiovascular). En los estudios incluidos se administraron los probióticos en forma de productos lácteos o en cápsulas y a los sujetos del grupo control se administraron, en general, lácteos convencionales, no suplementados con probióticos, o placebo. Los resultados mostraron que, en comparación con el grupo control, el CT sérico se redujo significativamente en el grupo de probióticos [diferencia de medias (DM) = -13,27 mg/dl; intervalo de confianza (IC) del 95%: -16,74 a 9,80; p <0,05]. Al analizar el efecto de cepas específicas se observó que redujeron significativamente el CT sérico, L acidophilus y B lactis [DM = -8,30 mg/dl; IC 95%: -10,44, -6,15; p <0,05]; VSL # 3 [DM = -11,04 mg/dl; IC 95%: -19,61, -2,48; p <0,05]; y L plantarum, administrado durante ≤ 6 semanas: [DM = -1,56 mg/dl, IC 95%: -6,97, -3,86; p <0,05] o durante > 6 semanas: [DM = -22,18 mg/dl; IC 95%: -28,73, -15.63; p <0,05]. El análisis de subgrupos indicó que los niveles basales de CT sérico, la forma de administrar los probióticos y la duración de la intervención podría tener un impacto significativo en los resultados: el mayor efecto en la reducción de los niveles de CT sérico se produjo en pacientes con elevación basal marginal (200 ≤ CT ≤ 239 mg/dl); la disminución en los niveles de CT fue mayor en los grupos de intervención de período largo ( ≥ 8 semanas) que en los grupos de intervención de período corto (<8 semanas); y, en comparación con la leche probiótica, el consumo de cápsulas de probióticos redujo más el CT. Sin embargo, el uso de las cepas únicas o múltiples, o de dosis pequeñas o grandesde probióticos (<109 ufc y ≥109 ufc, respectivamente) no presentó un efecto significativo sobre el cambio neto medio en los niveles de CT.