Se han descrito diversos efectos secundarios a la administración de analgesia epidural (AE) durante el parto. Toda la información revisada coincide en afirmar que prolonga la duración del parto e incrementa la posibilidad de que tenga lugar un parto instrumentado:
En una guía de práctica clínica (GPC) de NICE sobre el manejo de la mujer durante el parto(1) se indica que antes de escoger utilizar AE, la mujer debería ser informada de sus riesgos y beneficios y de sus implicaciones para el parto. Detalla, entre la información que debería darse sobre sus posibles efectos, que:
- Está asociada con un segundo estadio del parto más prolongado y a un incremento de la posibilidad de parto vaginal instrumentado.
- Suele acompañarse de una monitorización y utilización de accesos intravenosos más intensa.
- Las soluciones epidurales contienen opioides y dosis elevadas de estos agentes (superiores a 100 microgramos en total) pueden causar depresión respiratoria a corto plazo en el bebé y hacer que el bebé esté somnoliento.
- No está asociada con dolor de espalda prolongado.
- No está asociada con una prolongación del primer estadio del parto o con un incremento de la posibilidad de parto por cesárea.
En otra GPC(2) se hace mención a que la anestesia epidural está asociada con la prolongación del segundo estadio del parto y un incremento de parto vaginal asistido y añade respecto a la guía previa que además se ha asociado a un aumento en el uso de oxitocina. A pesar de que esta guía habla de anestesia epidural, la bibliografía en la que basa esta afirmación hace referencia a AE(3).
Un sumario de evidencia de Dynamed(4) describe de forma pormenorizada los efectos de la AE durante el parto y añade a los mencionados previamente que:
- La AE puede no estar asociada con un mayor riesgo de cesárea en comparación con la analgesia opioide parenteral en los ensayos que utilizaron dosis altas de oxitocina, pero puede aumentar el riesgo de cesárea en la práctica habitual con la utilización de dosis bajas de oxitocina (Nivel de evidencia 2). [Ver niveles de evidencia]
- La AE precoz (administrada con una dilatación cervical > ó = 1 cm) vs analgesia epidural tardía (administrada cuando la dilatación cervical era de > ó = 4 cm) no prolonga la duración del parto o aumenta la tasa de partos por cesárea en mujeres nulíparas, pero reduce las tasas de lactancia materna (Nivel de evidencia 1).
- La AE puede aumentar el riesgo de fiebre materna, lo cual se ha asociado a un incremento del riesgo de evaluación de la sepsis neonatal y de tratamiento con antibióticos del neonato, pero no incrementa el riesgo de sepsis neonatal confirmada (Nivel de evidencia 2).
- Como otros potenciales efectos adversos describe que la AE se ha sociado con más laceraciones perineales de tercer y cuarto grado (se atribuye a una mayor utilización de instrumentación en el parto), que se ha informado de una mayor tasa de posición fetal durante el expulsivo en occipucio posterior y que puede asociarse a una tasa reducida de lactancia.
- Respecto a la mayor probabilidad de parto instrumentado matiza que la AE de baja dosis se ha asociado a menor instrumentación en el parto vaginal que la analgesia epidural convencional.
Por otra parte, el autor de otro sumario de evidencia esta vez de Uptodate(5) se replantea los efectos adversos de la AE sobre el progreso parto y el éxito de la lactancia materna y considera que, aunque puede existir una asociación entre la analgesia regional y esos efectos, no ha sido establecida una relación de causa-efecto. Añade que el riesgo de estos posibles efectos secundarios debe sopesarse frente al incomparable alivio del dolor que ofrecen estas técnicas.