Según la documentación consultada, en nuestro medio, para el diagnóstico de tuberculosis latente en una persona previamente vacunada con BCG (bacilo de Calmette-Guérin) debería realizarse una prueba de detección del interferón gamma en sangre (IGRA*, del inglés “interferon gamma release assay”). Este test IGRA también sería el indicado para confirmar la infección en caso de que al paciente se le realizara una prueba de tuberculina que resultara positiva.
Para la detección de infección tuberculosa latente pueden usarse la prueba de la tuberculina según la técnica de Mantoux o una prueba IGRA(1). El test IGRA está basado en la liberación de interferón gamma por parte de las células T al enfrentarse a M. tuberculosis y permite discriminar entre infección y vacunación. Además, también permite diferenciar entre la infección por complejo M. tuberculosis de la producida por otras micobacterias(2) (salvo M. marinum, M. szulgai, M. flavescens, and M. kansasii)(3).
Según la guía de práctica clínica (GPC) de la OMS sobre tuberculosis (2020)(4) el efecto de la vacuna sobre la especificidad de la prueba de la tuberculina depende de la edad a la que se administra, la cepa utilizada y el número de dosis administradas. Su impacto es limitado y variable cuando la vacuna se administra al nacer (como es el caso en la mayor parte del mundo) por lo que la guía considera que la vacunación con BCG no debería ser un factor determinante en la selección de la prueba a realizar en la detección de tuberculosis latente.
La recomendaciones en cuanto a qué prueba usar en el paciente vacunado con BCG varían en función del contexto y documento consultados:
Sin embargo, de forma posterior, el Plan para la prevención y control de la tuberculosis en España del Sistema Nacional de Salud(1) establece que en sujetos vacunados con BCG el diagnóstico de infección tuberculosa debe realizarse mediante IGRA.
La GPC de 2016 de la “American Thoracic Society", los "Centers for Disease Control and Prevention" (CDC) y la "Infectious Diseases Society of America”(5) recomienda:
- En el paciente vacunado con riesgo bajo-moderado de progresión a tuberculosis activa el test IGRA es preferible sobre la prueba de tuberculina (recomendación fuerte, evidencia de moderada calidad)*; en este caso la prueba de la tuberculina podría considerarse una alternativa aceptable si el IGRA no estuviese disponible o fuera demasiado caro u oneroso.
- Si el riesgo de progresión es bajo se recomienda confirmar un resultado positivo con una segunda prueba mediante tuberculina o IGRA (recomendación condicional, evidencia de muy baja calidad*).
- Cuando el riesgo de progresión es alto, los datos disponibles son insuficientes para hacer una recomendación a favor de uno u otro test.
De forma más reciente (2021) la “National Tuberculosis Controllers Association”(6), como apoyo a las guías de tratamiento de los CDC, recomienda el uso de IGRA sobre la prueba de la tuberculina en los sujetos vacunados o que podrían estar vacunados.
Un criterio diferente sigue el Servicio Nacional de Salud de Reino Unido que, en su GPC actualizada en 2019(7), recomienda ofrecer Mantoux a aquellos contactos estrechos de pacientes con tuberculosis pulmonar o laríngea y en caso de que fuera positivo (independientemente de su estado vacunal) realizar estudio de tuberculosis activa. El uso de la prueba basada en interferón quedaría relegada a no disponibilidad de Mantoux, “grupos desatendidos” (personas sin hogar, con abuso de sustancias, presos, migrantes vulnerables) o situaciones en que hubiera que realizar cribado en un elevado número de sujetos.
*Consultar grados de recomendación y niveles de evidencia en el documento.