En base a la documentación revisada, y cuyos principales resultados se resumen a continuación, en el momento actual no se encuentran evidencias suficientes para establecer una recomendación firme en relación a la necesidad de la suplementación adicional sistemática con preparados farmacológicos de yodo en gestantes sanas en áreas con déficit leve-moderado de yodo:
La indicación sistemática de suplementos de yodo a las gestantes no se menciona:
- En las tres guías de práctica clínica sobre el manejo preconcepcional(1) o prenatal(2,3) que han sido revisadas.
- Entre el listado de medidas preventivas del documento de consenso de la American Academy of Family Physicians de 2009(4) tampoco se menciona esta recomendación.
A raiz de la comercialización del yoduro potásico en nuestro país, se realizaron diversos informes desde los servicios de evaluación de medicamentos de varias Comunidades Autónomas(5,6,7,8). Las cuatro evaluaciones coincidían en señalar que:
- No había datos suficientes sobre la eficacia de este fármaco en prevenir problemas de desarrollo neurofuncional en población no gravemente yododeficiente.
- La información disponible sobre los efectos terapéuticos de su uso sistemático durante el embarazo y la lactancia era bastante limitada.
- No estaba claro el balance beneficio-riesgo de su administración de forma generalizada en estas situaciones.
- La sal yodada era considerado el método más apropiado para la suplementación de yodo a toda la población.
- En caso de empleo, la dosis diaria sería de 200-300 microgramos durante embarazo y lactancia.
En una revisión narrativa(9) publicada en 2009 se concluye respecto a la indicación de yodo adicional a la dieta que:
- En mujeres que viven en áreas geográficas con graves deficiencias de yodo, sí que parece que los suplementos de este mineral pueden ser beneficiosos en reducir el cretinismo y evitar la falta de desarrollo mental del niño que el déficit de yodo produce.
- En zonas donde el consumo es moderado o ligeramente pobre, no hay estudios a largo plazo que vinculen el consumo por la madre de yodo con una menor proporción de niños nacidos con hipotiroidismo congénito ni alteraciones en el desarrollo cognitivo, aunque parece que en algunos estudios mejora la función del tiroides del niño y su madre.
En un estudio de cohortes realizado en nuestro entorno(10) (N = 1844 mujeres embarazadas con edad gestacional entre 8 y 23 semanas), se encuentra un aumento del riesgo de tener una TSH superior a 3 mU/ml en las mujeres que consumieron 200 mg o más de suplementos de yodo al día en comparación con aquellas que consumían menos de 100 mg/día (odds ratio ajustada = 2,5 [intervalo de confianza del 95% = 1,2 a 5,4]). Las mujeres embarazadas de la zona con mayor mediana de yodo urinario (168 mg/L) y la más alta cobertura de suplemento (93%) mostraron los valores más bajos de tiroxina libre en suero (media geométrica: 10,09 pmol/L [9,98 a 10,19]). En base a estos datos los autores concluyen que la ingesta de suplementos de yodo en la primera mitad del embarazo puede provocar una disfunción tiroidea materna en poblaciones de yodo suficiente o leve deficiencia de yodo.
En marzo de 2011 se ha publicado además otro estudio de cohortes(11) en el cual en una muestra de 691 niños, con una edad media de 12,3 meses (rango: 11,3–16,0 meses) se evaluó la relación entre la relación de la ingesta materna de yodo y los marcadores bioquímicos de la función tiroidea durante el embarazo con el desarrollo neurológico infantil (Índice de desarrollo mental e índice de desarrollo psicomotor [PDI] por medio de la escala de Bayley de Desarrollo Infantil). El análisis multivariante mostró que un nivel de tirotropina materna > 4 mU/ml se asoció con un mayor riesgo de un PDI < 85 (OR = 3,5, intervalo de confianza [IC] del 95% 1,3-9,5) y la ingesta materna de 150 mg/día o superior de suplementos de yodo (en forma de complejos multivitamínicos) frente a < 100 mg/día se asoció con una disminución de 5,2 puntos en el PDI (IC 95%: -8,1, -2,2) y a un aumento de 1,8 veces en las probabilidades de un PDI < 85 (OR = 1,8, IC 95%: 1,0-3,3). Al estratificar el análisis por sexo se observó que el potencial efecto deletéreo se intensificaba en las niñas, lo cual no ocurría en los varones. En base a estos datos los autores concluían que son precisos más datos sobre la seguridad y la eficacia de los suplementos de yodo durante el embarazo antes de recomendarlo de manera sistemática en áreas con niveles de yodo suficientes o deficiencias leves.
En 1997 la Libreria Cochrane publicó una revisión sistemática(12) sobre la administración de suplementos de yodo a gestantes en la que se concluía que en una población con altos niveles de cretinismo endémico la administración materna de suplementos de yodo mostraba una importante reducción en la incidencia de la enfermedad, sin efectos adversos aparentes. Sin embargo, en 2006 esta revisión fue retirada por estar desactualizada y no ha sido publicada hasta el momento su actualización.
Entre las actividades preventivas a tomar en el embarazo establecidas en el documento de consenso realizado por el Grupo de la Mujer del PAPPS(13) y actualizado en 2009, se establece como recomendación el administrar yoduro potásico 200 microg al día, preconcepcional y durante todo el embarazo y lactancia.
En un monográfico publicado en 2008 sobre la erradicación de la deficiencia de yodo en España, la Sociedad Española de Endocrinología (SEEN)(14) recomendaba administrar un suplemento de al menos 150 μg/día adicional a la dieta, en mujeres embarazadas y lactantes. Un documento de consenso realizado posteriormente por el Grupo de Trabajo de Trastornos por Déficit de Yodo de la SEEN(15), recopiló las dudas surgidas en las dos últimas reuniones de dicha sociedad (2004-2005) en torno a este tema y con respecto a la indicación de suplementos de yodo en el embarazo establece que:
- Durante el embarazo y lactancia la suplementación con sal yodada no es suficiente y es preciso la administración de una cantidad extra de 150-200 microg/día de yoduro potásico para cubrir los requerimientos que se tienen durante esos periodos.
- Es preferible la administración independiente de yoduro potásico frente a los preparados multivitaminicos-minerales.
En una revisión de la literatura realizada en 2009 por un grupo de expertos del National Health and Medical Research Council australiano(16) también se recomienda la administración adicional de 150 microg/día en las mujeres gestantes, durante la lactancia e incluso en aquellas que planifican un embarazo. Matiza que las mujeres con alteraciones tiroideas pre-existentes deberían consultar con su médico antes de tomar el suplemento.
De igual forma, en el protocolo de atención al embarazo y puerperio del Servicio Cántabro de Salud(17), se recomienda la suplementación farmacológica de yoduro potásico, esta vez 200 microgr/día, comenzando al menos 1 mes antes de la concepción y continuando durante todo el embarazo y la lactancia materna.
Por último, comentar que se espera que la publicación de los resultados de un ensayo clínico, aleatorizado, controlado con placebo y doble ciego, aporte información adicional sobre este tema.