No existe consenso entre los documentos consultados en cuanto a la necesidad de instaurar tratamiento con vitamina D en aquellos sujetos asintomáticos en los que se detecta déficit de la misma. No obstante, de la revisión realizada extraemos que el manejo del paciente debería ser individualizado teniendo en cuenta el motivo que suscitó la determinación de vitamina D, los estilos de vida y otros parámetros analíticos (como metabolismo óseo, celiaquía y función renal). Algunos documentos apuntan la ausencia de beneficios de la suplementación aun en las personas con déficit.
Según una nota farmacológica de 2022 del gobierno vasco(1), en aquellas personas en las que está indicada la determinación de valores plasmáticos de vitamina D, está indicada la suplementación con vitamina D cuando el resultado muestre deficiencia.
Un boletín de información farmacoterapéutica de la Comunidad Valenciana sobre la vitamina D publicado en 2023(2) explica que:
- El déficit de vitamina D podría acelerar el proceso fisiológico de la osteopenia. Al inicio, suele ser asintomático.
- En caso de deficiencia (<12 ng/ml) estaría indicado evaluar la función renal, calcio, fósforo, fosfatasa alcalina, paratohormona, iones, urea y cribado de celiaquía. Un estudio radiológico solo sería necesario en ciertos casos (por ejemplo si hay dolor óseo).
- En todos los pacientes se deberían priorizar y optimizar las medidas no farmacológicas.
- El tratamiento farmacológico será necesario en caso de patología, elevado grado de depleción y circunstancias que impidan o desaconsejen la exposición a la luz solar.
El documento de recomendaciones sobre la vitamina D incluido en el catálogo de otros productos basados en la evidencia de Guiasalud(3) (búsqueda bibliográfica realizada en 2018 y actualizada en 2019) afirma que:
- La evidencia identificada no muestra que la suplementación con vitamina D en población general asintomática (con o sin déficit de vitamina D) tenga beneficios en la incidencia de cáncer, enfermedades cardiovasculares, riesgo de fracturas, alivio del dolor, riesgo de infecciones o inflamaciones.
- Los resultados sobre el efecto de la suplementación en la deficiencia asintomática son contradictorios o insuficientes para la función pulmonar, la función cognitiva y la función tiroidea.
- En adultos sanos asintomáticos, independientemente de los niveles de vitamina D, la suplementación farmacológica no ha demostrado beneficios.
- Podría considerarse la suplementación en población sana institucionalizada mayor de 70 años (sin necesidad de determinación).
Un boletín farmacoterapéutico de Cataluña de 2021(4) explica que algunas organizaciones (haciendo referencia al anterior documento) no recomiendan “prescribir suplementos de vitamina D en adultos sanos asintomáticos, independientemente de los niveles plasmáticos de 25-hidroxivitamina D”.
Fuera de nuestro contexto sanitario destacamos la información aportada por UpToDate, Dynamed y la guía de práctica clínica (GPC) de la US Preventive Services Task Force (USPSTF).
El sumario de evidencia (SE) de UpTodate sobre el déficit de vitamina D en adultos(5) explica que las manifestaciones clínicas del mismo dependen de la gravedad y duración de la deficiencia y que los pacientes con niveles menores de 12 ng/mL tienen un riesgo aumentado de desarrollar osteomalacia. Los autores del sumario, en los pacientes con estas cifras determinan el calcio sérico, el fósforo, la fosfatasa alcalina, la hormona paratiroidea, electrolitos, nitrógeno ureico, creatinina y anticuerpos antitransglutaminasa (celiaquía); las radiografías las consideran necesarias en ciertas situaciones como el dolor óseo; y no suelen evaluar la densidad mineral ósea si la vitamina D baja es el único factor de riesgo.
El sumario añade que muchos de los pacientes con déficit subclínico de vitamina D tienen un hiperparatiroidismo secundario que puede contribuir al desarrollo de osteoporosis y a un mayor riesgo de fracturas y caídas en adultos mayores. Y apunta que dicho hiperparatiroidismo puede atenuarse mediante la administración de suplementos de vitamina D.
Este SE recomienda la suplementación con vitamina D en los adultos de alto riesgo que presentan niveles <20 ng/mL (grado 1A*). Considera situaciones de alto riesgo: una ingesta baja en la dieta, la exposición solar limitada, la obesidad, la piel de color oscuro, la osteoporosis, el hiperparatiroidismo, la hospitalización, la malabsorción y la toma de fármacos que aceleran el metabolismo de la vitamina D (por ejemplo la carbamazepina).
- La evidencia muestra que el tratamiento no tiene beneficios en mortalidad, riesgo de fracturas cuando este déficit es la única alteración existente, o incidencia de diabetes mellitus tipo 2.
- La evidencia es insuficiente en cuanto a riesgo de caídas, cáncer, eventos cardiovasculares, depresión, infección o funcionalidad física.
- La evidencia general sobre los beneficios del tratamiento es inadecuada.
*Recomendación 1A: recomendación fuerte, aplicable a la mayoría de pacientes.