Tras revisar la bibliografía observamos que no hay consenso sobre cuales son los niveles de vitamina D que se consideran adecuados, aunque la mayoría de los expertos recomiendan un nivel mayor de 30 ng/ml para mantener una óptima salud musculoesquelética y metabólica. En base a esto, se define deficiencia de vitamina D al hallazgo de niveles séricos de 25-hidroxivitamina D [25 (OH) D] menores de 20 ng/ml; insuficiencia de vitamina D se ha definido como la detección de niveles séricos de 25 (OH) D de 21-29 ng/ml.
Los documentos seleccionados, entre ellos tres guías de práctica clínica (GPC)(1-3) y tres sumarios de evidencia(4-6), coinciden en recomendar el tratamiento con suplementos de vitamina D (vitamina D2, ergocalciferol, or vitamin D3, colecalciferol) en todos los adultos en los que se detectan niveles séricos deficientes (menores de 20 ng/ml [50 nmol/L]). El objetivo del tratamiento sería alcanzar niveles séricos de 25 (OH) D superiores a 30 ng/ml.
La dosis recomendada a administrar varía entre los documentos y, en todo caso, se asume dependerá de la causa de la deficiencia, la gravedad de esta, y de factores del paciente como la edad y el peso.
En dos de las GPC consultadas(2,3) se comenta que las recomendaciones respecto a las concentraciones séricas óptimas de 25 (OH) D y la utilización de suplementos de vitamina D se basan en estudios observacionales que evalúan los resultados en salud con respecto a los niveles de 25 (OH) D; se indica además que hay muy pocos ensayos clínicos aleatorios, y la mayoría con marcadas limitaciones metodológicas, en cuyos datos basar tales recomendaciones.
En la GPC de la “Endocrine Society”(1) se sugiere que todos los adultos con deficiencia de vitamina D sean tratados con 50.000 UI de vitamina D2 o vitamina D3 una vez a la semana durante 8 semanas, o su equivalente de 6.000 UI de vitamina D2 o vitamina D3 diariamente, para lograr un nivel en sangre de 25 (OH) D por encima de 30 ng/ml. Posteriormente se seguiría un tratamiento de mantenimiento de 1.500-2.000 UI/d.
En otra GPC(2) más reciente se indica por su parte:
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Concentraciones séricas de 25(OH)D por debajo de 20 ng/ml (50 nmol/L) suponen deficiencia de vitamina D y deben ser manejadas médicamente;
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concentraciones de 20 ng/ml (50 nmol/L) hasta 30 ng/ml (75 nmol/L) reflejan un nivel sub-óptimo de vitamina D que exige un aumento moderado de la ingesta diaria de vitamina D.
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En adultos y los ancianos con concentración de 25 (OH) D inferior a 20 ng/ml, el tratamiento consistiría en 7.000-10.000 UI / día (175 a 250 mg/día), dependiendo del peso, o 50.000 UI/semana (1.250 mg/semana).
Y en la tercera de las GPC(3) se recomienda, ante niveles deficientes de vitamina D, la aportación de 3.000-5.000 UI al día durante al menos 6-12 semanas, seguido por tratamiento con una dosis menor, de alrededor de 1.000-2.000 UI por día, e ingesta adecuada de calcio. Se propone como alternativa el uso de 50.000 UI de vitamina D3 una vez al mes durante 3-6 meses.
En el caso de niveles sub-óptimos o insuficientes, en el rango de 20 a 30 ng/ml (50 a 75 nmol/L), en una de las guías(2) se sugiere aumentar la ingesta diaria (en la otras guías no se hace mención al manejo concreto de esta situación clínica). Mientras, en el sumario de evidencia de Uptodate(4) se recomienda también la administración de suplementos con vitamina D (600 a 800 UI diarias)(grado de recomendación 2B: recomendación débil; enfoques alternativos pueden ser mejores para algunos pacientes en algunas circunstancias).
En otro sumario de evidencia(6) se recomienda igualmente que los pacientes con niveles insuficientes de vitamina D sean tratados con suplementos de forma similar a cuando existe deficiencia (en este caso se propone 50.000 IU de vitamina D2 o D3 por vía oral una vez por semana durante 8 semanas, seguido de 50.000 UI dos veces al mes como mantenimiento).