[Estimulación percutánea: se administra mediante la inserción de agujas. Estimulación transcutánea: se administra mediante electrodos de superficie]
Aunque la evidencia disponible no permite establecer cuál de las 2 técnicas es más efectiva en el tratamiento de la incontinencia urinaria, los documentos consultados sugieren que la estimulación transcutánea del nervio tibial (posterior) podría ser más cómoda para el paciente y más eficiente que la estimulación percutánea.
Según el sumario de evidencia de Uptodate sobre el tratamiento de la incontinencia urinaria de urgencia(1) la estimulación del nervio tibial se aplica mediante estimulación percutánea o transcutánea:
- La primera, se realiza en sesiones de 30 minutos de duración una vez a la semana durante las primeras 12 semanas, pudiendo seguirse de una terapia de mantenimiento una vez al mes.
- La transcutánea podría ofrecerse a aquellos pacientes que no quieren o no pueden acudir a las visitas requeridas para la técnica percutánea y los autores del sumario la consideran una técnica menos costosa que la anterior.
El sumario encuentra que aunque una revisión sistemática Cochrane de 2016(2) que comparó ambas técnicas no halló evidencia suficiente para comparar rigurosamente ambos enfoques para la incontinencia urinaria de urgencia (neurogénica y no neurogénica), un pequeño ensayo(3) que también las comparó encontró “reducciones similares en los síntomas y una mejor calidad de vida para ambas terapias”.
La guía de práctica clínica (GPC) del “National Institute for Health and Clinical Excellence” (NICE) de Reino Unido sobre el manejo de la incontinencia urinaria en mujeres(4) indica que no se ofrezca estimulación transcutánea del nervio tibial posterior para el tratamiento de la vejiga hiperactiva. Y que la estimulación del tibial posterior mediante técnica percutánea solo se ofrezca si:
- se ha realizado una evaluación multidisciplinar de la paciente y
- los tratamientos no quirúrgicos no han funcionado adecuadamente y
- la mujer no desea la toxina botulínica tipo A ni la estimulación percutánea del nervio sacro.
La GPC sobre incontinencia urinaria de la “European Association of Urology”(5) hace una recopilación de la evidencia disponible para ambos procedimientos (ver tabla del apartado 4.1.3.4.3.), y recomienda (recomendación fuerte*) considerar la estimulación percutána como una opción para la mejoría de la incontinencia urinaria de urgencia en las mujeres que no se han beneficiado del tratamiento con antimuscarínicos. Sin embargo, esta guía no menciona la técnica transcutánea en sus recomendaciones y tampoco aborda la comparación entre ambas procedimientos.
Un ensayo clínico aleatorizado (ECA) realizado en pacientes con síndrome de vejiga hiperactiva de un servicio de urología ginecológica de México(6) comparó la neuromodulación del nervio tibial en sesiones de 20 minutos mediante estimulación transcutánea en 33 pacientes frente a percutánea en 28. La eficacia se evaluó mediante escala de beneficio del tratamiento (durante la primera, sexta y décimo segunda sesiones), diario vesical de 3 días y calidad de vida de vejiga hiperactiva versión corta. La edad media fue 66 años. En el grupo de estimulación transcutánea 5 pacientes llegaron solo hasta la 6ª sesión y 28 hasta la 12ª; en el grupo de percutánea 5 solo hasta la 6ª sesión y 23 hasta la 12ª. Los autores concluyen que se demuestra la no inferioridad de la técnica percutánea con respecto a la transcutánea, dado que ambos procedimientos mostraron una disminución en las frecuencias urinarias diurna y nocturna, un aumento del volumen urinario y una disminución de la urgencia e incontinencia urinaria de urgencia significativas de la sesión 1 a la 6 y de la sesión 6 a la 12.
También realiza una comparación de ambas técnicas un ECA realizado en Turquía(7) con mujeres con vejiga hiperactiva idiopática que fueron asignadas a tres grupos diferentes de tratamiento: entrenamiento vesical (grupo 1, grupo control, n=20), entrenamiento vesical más estimulación percutánea del nervio tibial (grupo 2, n=20) y entrenamiento vesical más estimulación transcutánea del nervio tibial (grupo 2, n=20). La estimulación del nervio tibial se realizaba en sesiones de 30 minutos de duración, 2 veces por semana, con un total 12 sesiones en 6 semanas. Se evaluaron la severidad de la incontinencia y de los síntomas, la calidad de vida, el diario vesical de 3 días, la tasa de respuestas positivas al tratamiento, la satisfacción con el tratamiento y el grado de incomodidad con la aplicación del mismo. Los autores concluyen que ambos métodos presentan una eficacia clínica similar pero la técnica transcutánea requiere un tiempo menor de preparación, conlleva menos incomodidad y la satisfacción es mayor que en el caso de la percutánea.
*Según sistema GRADE.