(Para la elaboración de la respuesta se han considerado heridas quirúrgicas limpias)
Tras la búsqueda realizada con los recursos habituales de este servicio se han seleccionado una Guía de Práctica Clínica(GPC), un Sumario de Evidencia(SE), una Revisión Sistemática (RS), un Best Practice(BP), una hoja de recomendaciones para el paciente y dos protocolos. En base a las pruebas encontradas se puede concluir que hay consenso en cuanto a que no es necesario el uso de la clorhexidina, ni de ningún otro antiséptico, en el cuidado local de la herida quirúrgica en la prevención de complicaciones del sitio quirúrgico.
Una GPC de NICE(1) hace las siguientes recomendaciones en cuanto a la limpieza de la herida quirúrgica.
- Usar solución salina (SS) estéril para la limpieza de heridas hasta 48 horas después de la cirugía.
- Usar agua del grifo para la limpieza de la herida después de 48 horas si los bordes de la herida quirúrgica se han separado o se ha abierto quirúrgicamente para drenar pus.
- Indicar a los pacientes que pueden ducharse de manera segura 48 horas después de la cirugía.
- No utilizar agentes antimicrobianos tópicos para heridas quirúrgicas que cicatrizan con la intención de reducir el riesgo de infección del sitio quirúrgico.
Un SE de UpToDate(2) con respecto al uso de los antisépticos y los agentes antimicrobianos, indica que no existe evidencia de alto nivel para apoyar el uso de uno en particular sobre otro. Para la limpieza de la herida, normalmente se usa SS tibia, sin embargo, las RS no han encontrado diferencias significativas en las tasas de infección para el agua del grifo en comparación con el SS para la limpieza de heridas. La adición de yodo diluido u otras soluciones antisépticas (por ejemplo, clorhexidina, peróxido de hidrógeno, hipoclorito de sodio) generalmente es innecesaria. Dichos aditivos tienen una acción mínima contra las bacterias, no se han encontrado mejoras significativas en las tasas de curación de heridas, y la toxicidad de los tejidos puede ser una desventaja significativa.
Según una hoja de recomendaciones para el paciente(3) sobre cura de heridas, basado en un Best Practice "Soluciones, técnicas y presión para la limpieza de heridas"(4) que proviene de la RS elaborada por The Joanna Briggs Institute en 2004(5), se recomienda la limpieza de la herida con SS o agua potable. En su defecto se utilizará agua hervida una vez que se haya enfriado. Se irriga la zona con una jeringa de 20-35 cc con aguja de 0,9 × 25 dirigiendo el chorro de agua sobre el área a tratar para lograr la presión de 1-4 kg/cm2, suficiente para eliminar los detritus, bacterias y restos de curas sin lesionar el tejido sano (evidencia moderada, según escala Grade). Por otro lado, parece fundamental resaltar la importancia del lavado de manos antes y después de la cura de heridas. Esta es la acción más importante en la prevención de infecciones.
Estas mismas recomendaciones están respaldadas por el resto de protocolos(6,7) consultados.