No se han encontrado estudios que evalúen la eficacia de las técnicas de mindfulness (MF) en formato grupal frente a dichas técnicas en formato individual en adultos con dolor crónico (DC). Pero, tras la búsqueda, se han encontrado 3 Revisiones Sistemáticas, 1 revisión narrativa, 2 ensayos clínicos aleatorios (ECAs), 1 estudio observacional y 1 estudio cualitativo que evalúan diferentes técnicas de MF en pacientes con DC consecuencia de somatizaciones y diversos trastornos crónicos (musculoesqueléticos, fibromialgia, etc.). La mejoría que producen las técnicas de MF sobre la reducción del dolor no es muy significativa, aunque si lo es sobre los resultados secundarios, como una mayor aceptación del dolor, un mejor funcionamiento con dolor, una disminución del estrés y de la depresión, mejora de la calidad de vida, etc., todos síntomas provocados por el DC.
En general, la investigación localizada, recomienda realizar mas investigación de calidad.
Una de las RS con metaanálisis (1) indica que las terapias basadas en el MF (TMF) se han utilizado con eficacia para tratar una variedad de trastornos físicos y psicológicos, incluyendo depresión, ansiedad y DC. La RS explora el potencial de cualquier forma de TMF en el tratamiento de trastornos de somatización (TS) (caracterizados por síntomas crónicos, sin explicación médica, resistentes al tratamiento, que combinan angustia psicológica con dolor físico crónico o malestar), incluyendo fibromialgia (FMA), síndrome de fatiga crónica (SFC) y síndrome del intestino irritable (SII). Se identificaron 13 estudios. Se realizó un metanálisis de los efectos de las TMF sobre dolor, gravedad de los síntomas, calidad de vida, depresión y ansiedad. Aunque la fuerza fue limitada, el metaanálisis indicó un efecto positivo de pequeño a moderado de las TMF (en comparación con los controles de la lista de espera o grupo control) en la reducción del dolor (SMD = -0,21, IC del 95%: -0,37, -0,03; p < 0,05), la gravedad de los síntomas (SMD = -0,40, IC del 95%: -0,54, -0,26; p <0,001), depresión asociada a TS (SMD = -0,23; IC del 95%: -0,40; -0,07; p <0,01) (SMD = -0,20, IC del 95%: -0,42, 0,02, p = 0,07) y mejora de la calidad de vida (SMD = 0,39, IC 95%: 0,19, 0,59; p <0,001). Los análisis de subgrupos indicaron que la eficacia de la TMF fue más consistente para el SII (p <0,001 dolor, gravedad de los síntomas y calidad de vida), y que la terapia para la reducción del estrés basado MF y la terapia cognitiva basada en MF, fueron más eficaces que las TMF eclécticas/no especificas. La evidencia preliminar sugiere que las TMF pueden ser eficaces en el tratamiento de al menos algunos aspectos de los TS. Los autores recomiendan investigar más.
Otra RS con metaanálisis(2) revisa ensayos sobre la intervención del MF para el DC en atención primaria (AP) para establecer si es una intervención importante para aliviar el dolor y mejorar la comorbilidad psicológica. Se encontraron 428 estudios, pero solo se incluyeron 8 como ECAs. En comparación con la intervención de control, la intervención con MF no tuvo efecto específico sobre la reducción de la intensidad del dolor (diferencia de medias ponderada 3.24, intervalo de confianza del 95% [IC]: -8.92 a 2.45). La intervención de MF tuvo una mejoría mayor en la comorbilidad psicológica con DC, como la depresión (diferencia de medias ponderada -3,91; IC del 95%: -5,94 a -2,32) y ansiedad rasgo (diferencia de medias ponderada -4,07; IC del 95%: -4,48 a -3,65; ). Concluye que no hay evidencia suficiente de que la intervención MF alivie la intensidad del dolor. Sin embargo, mejora la ansiedad rasgo, y la depresión en pacientes con DC. Justifica la realización de investigaciones adicionales en estudios más amplios y mejor diseñados.
Una RS de alcance(3) describe cómo se utiliza el MF en la rehabilitación física en pacientes con trastornos musculoesqueléticos con DC. Se incluyeron 16 estudios. Aunque sólo se identificaron 3 de Nivel de Evidencia I o II, la literatura sugiere que las intervenciones de MF son útiles para estos pacientes:
- En 3 de los estudios, se encontró una reducción significativa en la gravedad del dolor después de la participación en intervenciones de MF.
- Un cuarto estudio encontró que el dolor se redujo con el tiempo, pero la cantidad de reducción no fue significativamente diferente entre los pacientes que recibieron la intervención y los del grupo control.
- El quinto estudio evaluó una intervención de MF utilizando una aplicación de teléfono móvil. El tamaño de la muestra no fue lo suficientemente grande para evaluar un cambio significativo en las medidas de resultado, pero los participantes informaron que la intervención les fue útil y apropiada para tratar sus síntomas. Aunque este estudio demostró resultados variados en la reducción de la gravedad del dolor, los resultados secundarios, tales como una mayor aceptación del dolor, un mejor funcionamiento con dolor y una disminución de la angustia produjeron tamaños de efecto mayores y eran consistentemente significativos.
- Un estudio retrospectivo señaló que las intervenciones de MF pueden regular la calidad de vida, que fue un predictor significativo del tiempo de retorno al trabajo en los participantes.
- Otros dos estudios, uno con nivel de evidencia IV (series de casos) y 1 con Nivel V (opiniones de expertos) sugieren que la combinación de las intervenciones tradicionales de rehabilitación terapéutica con el MF tienen beneficios en estos pacientes. Los que reciben Terapia de Aceptación y Compromiso, integrada en sus sesiones de fisioterapia después de la cirugía de rodilla informaron que la intervención de MF fue útil para su proceso de rehabilitación y aumentaron su participación en la terapia. El segundo estudio abogó por implementar intervenciones de MF en combinación con terapia física para pacientes que sufren de DC, observando que el MF es similar a las intervenciones basadas en la conciencia más ampliamente utilizadas (por ejemplo, Pilates). Además fue clínicamente útil y bien tolerado por los pacientes. Planteó la hipótesis de que el mecanismo de las intervenciones de MF puede reducir directamente el dolor o mejorar los resultados funcionales a pesar del dolor.
La RS concluye que se necesita investigación de alto nivel para evaluar los efectos del MF en la rehabilitación física en pacientes con trastornos musculoesqueléticos con DC.
Una revisión narrativa (4) que revisa las intervenciones psicológicas para el manejo del DC en adultos, señala que estas intervenciones han aumentado significativamente en las últimas décadas y considera cinco: las terapias cognitivas y conductuales, la biorretroalimentación, el Mindfulness, el ejercicio y los tratamientos multidisciplinarios.
Con respecto al MF, señala que en general los programas que entrenan en MF parecen ser satisfactorios tanto para los síntomas físicos como psicológicos del DC.
Cuatro estudios, mas actuales y no incluidos en las revisiones, evalúan el efecto de las TMF en los adultos con DC:
Un ECA(5) valora los efectos de la meditación con MF en el DC inespecífico. Un total de 109 pacientes fueron asignados al azar a un programa estandarizado de reducción del estrés basado en MF (MBSR, por sus siglas en inglés) o a un control de lista de espera. Se midió: dolor, función física, función mental, aceptación del dolor y calidad de vida relacionada con la salud (CVRS). La escala de calidad de vida SF36 midió los resultados primarios. En un lapso de 2,5 años, 43 de los 109 pacientes completaron el programa MBSR, y 47 permanecieron en el grupo control. Los datos se compararon en tres momentos: al inicio, después de completar el curso/período de espera, y a los 6 meses. Se encontró un efecto significativo (D de Cohen = 0,39) en la medida de resultado primario, con la escala SF36. En las variables secundarias, se encontraron efectos significativos de tamaño medio a grande (D de Cohen = 0,37-0,71) en cuanto a: menor ansiedad general y depresión, mejor calidad de vida mental (bienestar psicológico), sensación de control del dolor y mayor aceptación del dolor. Se encontraron efectos no significativos para las medidas del dolor. No hubo diferencias significativas en las medidas inmediatamente después de la intervención frente a los 6 meses de seguimiento. Se concluyó que el programa MBSR contribuye positivamente al manejo del dolor y puede ejercer efectos clínicamente relevantes en varias dimensiones importantes en los pacientes con DC inespecífico.
Otro ECA (6) evalúa la efectividad de la MBSR en pacientes con DC lumbar (DCL), frente a la atención habitual (AH) y la terapia cognitivo-conductual (TCC). Participaron 342 adultos de 20-70 años con DCL asignados al azar a MBSR (n = 116), a TCC (n = 113) o a AH (n = 113).
El TCC (entrenamiento para cambiar los pensamientos y comportamientos relacionados con el dolor) y el MBSR (entrenamiento en meditación MF y yoga) fueron administrados en grupo semanales (8 sesiones, de 2 horas), por personal formado y experimentado en ambas técnicas. La AH incluyó cualquiera de los cuidados que recibieron los participantes individualmente.
Las medidas de resultados fueron la mejoría clínicamente significativa (≥ 30%) respecto a las limitaciones funcionales iniciales (según el Cuestionario modificado Roland Disability Questionnaire [RDQ]; y un auto informe sobre las molestias del dolor de espalda). Los resultados se evaluaron a las 4, 8, 26 y 52 semanas.
Entre los 342 participantes (edad media 49), 225 (66%) fueron mujeres, con una duración media del dolor, 7,3 años (rango 3 meses a 50 años), <60% asistió a 6 o más de los 8 sesiones, 294 (86,0%) completaron el estudio a las 26 semanas y 290 (84,8%) completaron el estudio de 52 semanas. En los análisis de intención de tratar, a las 26 semanas, el porcentaje de participantes con mejoría clínicamente significativa en el cuestionario RDQ fue mayor en el MBSR (61%) y la TCC (58%) que en el grupo de AH (44%). El porcentaje de participantes con mejoría clínicamente significativa en la molestia del dolor fue de 44% en MBSR y 45% en TCC frente al 27% de AH. Los hallazgos para MBSR persistieron con pocos cambios a las 52 semanas para ambos resultados primarios.
El ensayo concluye que, entre los adultos con DCL, el tratamiento con MBSR y TCC, en comparación con la AH, dio lugar a una mayor mejoría en el dolor y en las limitaciones funcionales a las 26 semanas, sin diferencias significativas en los resultados entre MBSR y TCC. Estos resultados sugieren que el MBSR puede ser una opción de tratamiento eficaz para pacientes con DCL.
Un estudio observacional(7) indica que las personas cuyo DC limita su independencia son especialmente propensas a la ansiedad y a la depresión. El entrenamiento de MF ha demostrado ser prometedor para trastornos relacionados con el estrés. Se observaron pacientes con DC que se quejaban de ansiedad y depresión y que obtuvieron puntuaciones más altas que moderadas en la Escala de Depresión de Hamilton (HDRS) y la Escala de Ansiedad y Depresión Hospitalaria (HADS), así como puntuación moderada en la Escala de Calidad de Vida (QOLS). Estos pacientes realizaron tres días a la semana, durante una hora, el programa de Entrenamiento de Meditación de MF (EMMF), además de práctica diaria en el hogar. El dolor se evaluó al principio y a la terminación del estudio, y los pacientes recibieron la Patients’ Global Impression of Change (PGIC) para puntuar al final del programa. Cuarenta y siete pacientes completaron el EMMF. Durante la observación, los pacientes demostraron una mejoría notable en la depresión, la ansiedad, el dolor y la impresión global de cambio. Concluye que estos pacientes con DC, que sufren ansiedad y depresión, pueden beneficiarse de la incorporación del MF en sus planes de tratamiento.
Finalmente, un estudio cualitativo(8) explora el significado de la terapia cognitiva basada en el apego y el MF entre los pacientes con DC y comorbilidad psiquiátrica. En total, 10 pacientes fueron entrevistados después de completar el tratamiento de 7 a 13 meses. Los resultados revelan que la terapia y el proceso de interacción con el terapeuta fueron significativos para el bienestar de los pacientes y para un mejor manejo del dolor. Durante la terapia, los pacientes fueron capaces de iniciar un movimiento de cambio. En el grupo de pacientes, principalmente mujeres, la vida con DC se experimentaba como un caos y una pérdida de control e integridad. Muchos habían llegado a un límite donde no tenían más fuerza para seguir adelante y las estrategias que usaban con anterioridad no tuvieron éxito. En esta etapa era importante para ellos sentir que había alguien que los escuchaba, que confirmaba la legitimidad de sus experiencias. Para aquellos que tenían fuerza y motivación, la terapia comenzó un movimiento de cambio y este proceso parecía algo diferente para cada individuo. Hubo un cambio en la actitud hacia uno mismo, hacia el dolor y hacia las relaciones con otras personas, y un cambio significativo para su bienestar en la vida cotidiana.