La búsqueda realizada no ha identificado documentos en los que se describan las contraindicaciones de la magnetoterapia como terapia complementaria utilizada en dolor osteomuscular; tampoco se han localizado, en las bases de datos de estudios, publicaciones de casos en los que se describan efectos adversos asociados a la aplicación de magnetoterapia en personas con cardiopatía isquémica que portan “stents” coronarios.
Al generar campos magnéticos con imanes, de forma similar a lo que ocurre cuando un paciente se somete a una resonancia magnética (RM) con fines diagnósticos, podríamos extrapolar la información que aporta el sumario de evidencia de Uptodate sobre los principios de la RM(1). En el sumario se indica, en cuanto a los pacientes portadores de un “stent” coronario o vascular que en un documento de consenso de 2010(2) que aborda la seguridad de la RM se estableció que la mayoría de los dispositivos coronarios y vasculares periféricos valorados han sido etiquetados como "RM seguro"* y el resto se han etiquetado como "RM condicional"*. Los stents en las arterias coronarias analizados (incluyendo "stents" coronarios liberadores de fármacos) y los "stents" periféricos no ferromagnéticos (incluía todos los "stents" en las arterias coronarias en uso en 2010) se pueden escanear de manera segura con una intensidad ≤ 3 teslas (T) en cualquier momento después de la implantación. El momento de realizar una RM (de días a seis semanas después de la implantación), con intensidad ≤ 3T, en pacientes con "stents" periféricos que son débilmente ferromagnéticos se debe decidir sobre una base individual.
Otra cuestión importante, en este paciente, sería valorar el diagnóstico concreto de la cervicalgia y la utilidad de la recomendación de la magnetoterapia. De acuerdo con una revisión sistemática de la Biblioteca Cochrane, actualizada en 2013(3), la aplicación terapeútica de magnetoterapia en pacientes con dolor cervical no es superior a placebo.