La búsqueda realizada en bases de datos referenciales (Medline, Embase, PEDro, Google Académico) no ha localizado estudios en el que se describan las posibles complicaciones de la electroterapia (como modalidad de tratamiento fisioterapéutico antiálgico) utilizada en pacientes con antecedentes de trastorno convulsivo o epilepsia, o estudios en los que se evalúe la evolución clínica de pacientes con epilepsia y algún tipo de dolor osteomuscular que que son tratados con electroterapia.
En la discusión de una revisión sistemática de la Cochrane que revisa la efectividad analgésica de la neuroestimulación eléctrica transcutánea (TENS) para el dolor agudo en adultos(1) se comenta como contradicción el uso de TENS en pacientes que tienen implantes electrónicos (como un marcapasos cardíaco o un desfibrilador cardioversor implantable) y entre las precauciones a tener en cuenta cuando se utiliza TENS se incluye embarazo, epilepsia, malignidad activa, trombosis venosa profunda y piel frágil o dañada. Se apoya este comentario en la información que aporta una revisión narrativa sobre las contraindicaciones y precauciones a tener en cuenta con el uso en fisioterapia de agentes electrofísicos(2). En base a este documento, en pacientes con epilepsia y trastornos convulsivos estaría contraindicado el tratamiento de una cervicalgia con estimulación eléctrica: se plantea concretamente evitar la colocación transcraneal y en cuello de electrodos en personas con epilepsia y aplicar la estimulación eléctrica con precaución al tronco y las extremidades en personas con antecedentes de convulsiones (calidad de la evidencia moderada: el posible efecto nocivo se ha demostrado en investigación experimental utilizando un cultivo celular, modelos animales o humanos sanos; sin embargo, la evidencia clínica es inexistente o contradictoria).
No obstante, esta contraindicación de la electroterapia no se recoge en una Guía de Práctica Clínica (GPC) basada en la evidencia, que revisa las diferentes modalidades de terapia física y que fue publicada como libro en el 2002(3).
Por último comentar que una cuestión importante, en este paciente, sería valorar el diagnóstico concreto de la cervicalgia y la utilidad de la recomendación de la electroterapia. Los autores de una revisión sistemática de la Biblioteca Cochrane, actualizada en 2013(4), concluyen, respecto a la aplicación terapeútica de electroterapia en pacientes con dolor cervical que no es posible establecer afirmaciones definitivas sobre la eficacia y utilidad clínica de las diferentes modalidades de electroterapia para el dolor de cuello: la evidencia actual sobre la estimulación magnética repetitiva (EMR), TENS y campos electromagnéticos pulsátiles (CEP) muestra que estas modalidades podrían ser más efectivas que el placebo pero dicha evidencia es de calidad baja o muy baja y se debería considerar el sesgo de financiación, especialmente en los estudios de CEP; otras intervenciones como la corriente galvánica, la iontoforesis, la estimulación eléctrica muscular o los campos magnéticos estáticos no redujeron el dolor o la discapacidad.
En relación a este aspecto una GPC de 2016(5) sobre el manejo de los trastornos cervicales, plantea que debido a la falta de evidencia de efectividad los clínicos no deberían ofrecer a los pacientes con dolor cervical de corta duración (≤ 3 meses) o persistente (> 3 meses) diferentes intervenciones entre las que se encuentra la electroterapia.