Según la documentación revisada, aunque los broncodilatadores habituales del paciente se suspenden antes de un test broncodilatador, no deberían suspenderse si esta prueba se realiza para evaluar la posible efectividad de un nuevo tratamiento.
[Para la elaboración de esta pregunta no se han consultado documentos específicos sobre asma.]
Las indicaciones al respecto del sumario de evidencia de Dynamed sobre las pruebas de función pulmonar(1) se basan en las de la “American Thoracic Society” y la “European Respiratory Society”(2):
- Si el test broncodilatador se realiza para evaluar si la adición de un nuevo tratamiento mejoraría la función pulmonar no debe suspenderse la medicación habitual del paciente.
- Si la prueba se realiza con fines diagnósticos o para determinar el grado de respuesta de la vía aérea a los broncodilatadores, debe suspenderse la medicación de base:
- agonistas beta de corta duración: 4-6 horas antes;
- antagonistas muscarínicos de acción corta: 12 horas antes;
- agonistas beta de larga duración: 24 horas antes;
- agonistas beta de acción ultra-larga: 36 horas antes; antagonistas muscarínicos de larga duración: 36-48 horas antes.
- No es preciso suspender los corticoides inhalados no los modificadores de los leucotrienos.
Un consenso de la“Canadian Thoracic Society” para la realización de la espirometría(3) explica que la decisión de suspender la medicación depende de la razón para realizar la prueba. De tal modo que si la espirometría va dirigida a hacer un diagnóstico, es útil suspender los broncodilatadores; pero, si la prueba se hace para evaluar la respuesta a un régimen terapéutico existente, el médico responsable podría elegir no suspender los fármacos broncodilatadores. Esta guía canadiense sí plantea la suspensión, por ejemplo, de montelukast cuando se opte por este último abordaje.
Un documento de consenso de la “Association for Respiratory Technology & Physiology” sobre las pruebas de función pulmonar(4) comenta que ”los sujetos deben llegar a las investigaciones con su medicación habitual, a menos que se les evalúe la capacidad de respuesta a los broncodilatadores.”
Finalmente, una revisión narrativa sobre la espirometría y el test broncodilatador(5) explica que si la prueba de broncodilatadores se hace para determinar si la adición de un nuevo fármaco puede mejorar la función pulmonar del paciente, la medicación de base puede administrarse como habitualmente; sin embargo, si su finalidad es determinar la reversibilidad de la limitación al flujo aéreo, debería suspenderse la medicación.