En general, se recomienda un urocultivo de control tras la finalización del tratamiento antibiótico en las infecciones urinarias sintomáticas de la mujer embarazada. Sin embargo, no existen recomendaciones claras en cuanto al seguimiento posterior, así, algunos documentos proponen urocultivos mensuales en caso de pielonefritis, y un urocultivo en el tercer trimestre si se ha seguido una pauta antibiótica profiláctica.
El sumario de evidencia (SE) de BMJ Best Practice(1) sobre la cistitis recomienda repetir el urocultivo en aquellas cistitis complicadas (incluye el embarazo), tras finalizar el tratamiento, para comprobar que la infección se ha resuelto. El sumario sobre la pielonefritis(2) también recomienda, en la mujer embarazada, repetir el urocultivo tras el tratamiento y una monitorización cercana durante el embarazo.
El SE de UpToDate(3) sobre las infecciones de orina y la bacteriuria asintomática (BA) durante el embarazo, en cuanto a la cistitis sugieren un manejo similar a la BA con un urocultivo de control una semana tras la finalización del tratamiento, y un manejo incierto en caso de persistencia de la bacteriuria si es asintomática. En cuanto a la pielonefritis, los autores generalmente realizan urocultivos mensuales en aquellas embarazadas que no usan profilaxis antibiótica tras un episodio de pielonefritis, para tratar la bacteriuria en caso de aparecer por el riesgo de recurrencia de la pielonefritis. Si la paciente sigue una profilaxis con antibióticos, realizan al menos un urocultivo (al inicio del tercer trimestre) para comprobar la efectividad del tratamiento.
En el SE de DynaMed Plus(4) sobre las infecciones urinarias durante el embarazo, en cuanto al seguimiento, se comenta que la frecuencia del cribado no está bien establecida pero la mayoría de autores suelen realizarla mensualmente. Y se hace referencia a las recomendaciones de la “Infectious Diseases Society of America” (IDSA) y la “European Association of Urology” que proponen realizar el despistaje periódico de la bacteriuria tras el tratamiento (grado de recomendación A y nivel de evidencia III, según IDSA)*, aunque sin especificar la periodicidad.
La guía de práctica clínica (GPC) de 2018(5) sobre infecciones urológicas de la “European Association of Urology” también recomienda el urocultivo de control tras el tratamiento de las pielonefritis en las embarazadas, sin abordar el seguimiento periódico.
Una GPC alemana de 2017(6) sobre las infecciones urinarias no complicadas del adulto, igualmente recomienda, con un nivel de evidencia V-A*, comprobar tras el tratamiento antibiótico la erradicación del patógeno mediante urocultivo en las pielonefritis y cistitis del embarazo, sin hacer mención a la indicación de controles posteriores.
En una revisión narrativa (RN) de 2018(7) sobre infecciones en el embarazo se hace referencia a las recomendaciones de la IDSA ya comentadas sobre el "re-cribado" periódico durante la gestación con urocultivos en todas aquellas embarazadas que presentan urocultivos positivos.
Otra RN de 2016(8) sobre las infecciones de orina en el embarazo se recomienda realizar urocultivo en todas la gestantes que han recibido tratamiento antibiótico por una infección urinaria (1-2 semanas tras su finalización) y repetirlos, al menos mensualmente, hasta el parto. En aquellas pacientes que siguen pautas profilácticas los urocultivos deberían realizarse sólo en el tercer trimestre. Y comentan que, de acuerdo con las indicaciones de la “American Academy of Family Physicians”, debería realizarse un urocultivo de control en el tercer trimestre en todas aquellas mujeres que hayan sido tratadas por infección de orina durante el embarazo.
Finalmente, una hoja informativa(9) francesa de “Haute Autorité de santé” de 2016 sobre el embarazo recomienda, en las cistitis, un urocultivo de control 8-10 días tras finalizar el tratamiento y continuar con urocultivos mensuales hasta el parto.
*Consultar niveles de evidencia y grados de recomendación en el texto.