Las guías de práctica clínica(1-3) y sumarios de evidencia(4,5) que revisan la infección urinaria (IU) en población pediátrica e aobrdan el periodo neonatal, no mencionan, entre los posibles factores de riesgo de la IU en recién nacidos, el hecho de que la madre haya padecido una IU durante el embarazo.
La búsqueda en las bases de datos de estudios habituales localiza dos estudios de casos-control(6,7) en los que se observa una mayor proporción de madres que habían sufrido una IU durante el embarazo entre los niños en los que se diagnostica una IU neonatal. En ambos casos se destaca la idea de que sería beneficioso monitorizar de forma estrecha a los recién nacidos de madres con antecedentes de IU durante la gestación a fin de reducir las potenciales complicaciones relacionadas con una posible infección neonatal:
En uno de los estudios(6), se analizaron los datos de 114 catorce neonatos ingresados en el hospital por diagnóstico de IU (n = 40) o de ictericia neonatal (n =74). Se llevaron a cabo análisis de orina y urocultivos en todos los recién nacidos y se recogieron datos relativos a la edad gestacional, el antecedente de IU en la madre durante el embarazo y los síntomas urinarios de los recién nacidos. No se detectaron hallazgos anormales en la exploración física, y ninguno de los neonatos presentó anomalías en la ecografía renal. En general, el 14,9% de los niños tenían madres con un historial positivo de IU durante su gestación (4,4%, 6,1% y 4,4% en el primer, segundo y tercer trimestre, respectivamente) y se observó una relación significativa entre la IU prenatal materna y la infección neonatal: el 30% de los recién nacidos con IU, en comparación con el 6,8% de aquellos sin diagnóstico de IU, tenían madres en las que existía el antecedente de IU durante el embarazo (odds ratio: 5,9; intervalo de confianza del 95%: 1,9-18,3; p = 0,001). Esta asociación quedaba especialmente reflejada en el caso de IU materna en el tercer trimestre. En el grupo de niños con IU, el patógeno urinario más común fue Escherichia coli (65,9%), seguido por Klebsiella (14,6%) y estafilococo (9,8%).
En el otro estudio(7), realizado con el objetivo de identificar, entre otros aspectos, los factores de riesgo de la IU neonatal, se analizaron los datos de 1200 recién nacidos ingresados en una Unidad de Neonatología o en Cuidados Intensivos neonatales. Se diagnosticó una IU en 54 de los neonatos (4,5% de los examinados), que constituyeron el grupo de estudio. Una muestra de 77 recién nacidos, seleccionados de forma aleatoria entre los niños en los que no se evidenció una IU, constituyó el grupo control. Al evaluar, en ambos grupos, las complicaciones maternas sufridas por la madre durante el embarazo, se observó que:
- El 38,9% de las madres de los niños con IU tuvieron bacteriuria durante el embarazo (21 madres); el 22,2 % sufrió una IU durante el embarazo (12); el 13% presentó signos sistémicos de infección prenatal (7); y se diagnosticó una pre-eclampsia en el 13% de las madres (7).
- En el caso de las madres de los niños sin IU los porcentajes de bacteriuria, IU, signos sistémicos de infección prenatal y pre-eclampsia fueron, respectivamente: 10,4% (8, p <0,001); 5,2% (4, p <0,01); 1,3% (1, p <0;05); y 1,3% (1, p <0;05).