No se han encontrado estudios que analicen el seguimiento a realizar en gestantes diagnosticadas de enfermedad poliquística renal y que han presentado durante el embarazo infecciones urinarias. Un sumario, y dos guías de práctica clínica, indican que en gestantes que han presentado una infección urinaria durante el embarazo, además de realizar un cultivo de orina a los 7 días de finalizar el tratamiento antibiótico, se solicite uno de control con una periodicidad mensual hasta el momento del parto.
Aunque las infecciones urinarias son más frecuentes, en comparación con la población general, en los pacientes diagnosticados de enfermedad poliquística renal(1,2) y en ellos la presencia de piuria asintomática podría estar relacionada con infecciones posteriores y/o deterioro de la función renal(3), no se ha demostrado que la presencia de infecciones urinarias de repetición ocasione un deterioro más rápido de la función renal y/o condicione la evolución de estos pacientes(4).
La búsqueda no ha identificado estudios que muestren un incremento de infecciones urinarias durante el embarazo en pacientes diagnosticados de enfermedad poliquística renal, ni que evalúen diferentes tipos de seguimiento tras el diagnóstico de una infección urinaria.
Una revisión sistemática sobre prevención de infecciones urinarias recurrentes durante el embarazo actualizada en junio de 2012 (5), no identificó ningún estudio sobre la efectividad de realización periódica de cultivo urinario de control, comparado con no hacerlo.
El sumario de evidencia de Uptodate sobre infecciones urinarias durante el embarazo(6) señala que el cultivo de orina debe repetirse a los 7 días de finalizado el tratamiento antibiótico, y los autores comentan que habitualmente realizan un control mensual con urinocultivo hasta la finalización del embarazo.
Las guías de práctica clínica consultadas (7,8,9,10) incluyen como recomendación solicitar un cultivo de orina a la semana de finalizar el tratamiento tras una infección urinaria en el embarazo. Una de ellas(8) recomienda la realización periódica de cultivo de orina tras detectar bacteriuria asintomática durante el embarazo; y dos guías(7,10) recomiendan la repetición del cultivo de orina en cada visita prenatal hasta el momento del parto (la clasifican como una recomendación "pragmática" basada en el criterio de los expertos que redactan la guía, sin que esté basada en estudios previos).