Son pocos los estudios que evalúan la eficacia y seguridad de las diferentes presentaciones de hierro oral en gestantes que son tratadas por anemia gestacional. Algunas guías de práctica clínica optan por recomendar las sales de sulfato ferroso en base a mejor tolerancia, aunque una revisión sistemática encontró ligeras ventajas en la lactoferrina.
Una revisión sistemática de la biblioteca Cochrane, realizada para evaluar los tratamientos en la anemia ferropénica en embarazadas, fue actualizada en su versión inglesa en 2012(1). La revisión no encontró suficientes evidencias para poder establecer una conclusión sobre cual presentación, entre las diferentes existentes, era la idónea. Comenta un ensayo clínico realizado en 100 mujeres en la India que comparaba el hierro polimaltosa con sulfato ferroso con un seguimiento de 8 semanas. No hubo diferencias estadísticamente significativas, ni en el nivel medio de hemoglobina(Hb), ni en la proporción de mujeres con Hb mayor a 11 g / dL entre los dos grupos. La frecuencia de efectos adversos fue menor en el grupo de hierro polimaltosa. La revisión informó de que no se cuentan con conclusiones firmes para los efectos de diferentes dosis, regímenes y rutas de las administraciones de hierro en el tratamiento de la gestante con anemia ferropénica.
De los estudios publicados posteriormente, seleccionamos una revisión sistemática que compara lactoferrina y sales de sulfato ferroso, y 3 ensayos clínicos.
Otra revisión sistemática publicada en 2017(2) tuvo como objetivo evaluar la eficacia de la lactoferrina bovina oral diaria frente a las preparaciones diarias de sulfato ferroso, para el tratamiento de la anemia por deficiencia de hierro durante el embarazo. Se analizaron 4 ensayos clínicos (600 mujeres). Las estimaciones agrupadas para el cambio en los niveles de Hb a las cuatro semanas favorecieron la lactoferrina oral diaria sobre sulfato ferroso oral diario (diferencia de medias 0,77; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,04-1,55; p = 0,04). Sin embargo, después del análisis de subgrupos (grado de anemia), no se encontraron diferencias significativas en los niveles de Hb entre ambos grupos en anemia leve (diferencia de medias 0,80; IC del 95%: -0,21 a 1,82, 3 ensayos, 372 mujeres); pero en el grupo con anemia moderada si que se observó un aumento significativo de la Hb a favor de lactoferrina en anemia moderada (diferencia de medias 0,68; IC del 95%: 0,53 a 0,83; P <0,00001, un ensayo, 228 mujeres). Se informaron menos efectos secundarios gastrointestinales con el tratamiento con lactoferrina. No hubo diferencias significativas con respecto a otros resultados. En conclusión, para las mujeres embarazadas con anemia por déficit de hierro, la lactoferrina bovina oral diaria era tan buena como el sulfato ferroso para mejorar los parámetros hematológicos y con menos efectos secundarios gastrointestinales.
Otros ensayos clínicos identificados:
- Un ensayo, abierto y multicéntrico, evaluó la eficacia y seguridad del complejo de polimaltosa de hierro versus sulfato ferroso en 80 mujeres embarazadas(3). No hubo diferencias estadísticamente significativas en la cifra de Hb ni a los 60 ,ni a los 90 días. El la diferencia media de Hb al día 90 fue de 2,16 (0,67) g / dL en el grupo complejo de polimaltosa de hierro y 1,93 (0.97) g / dL en el grupo de sulfato ferroso (n.s). La ferritina sérica media en el día 90 fue de 179 (38) ng / ml y 157 (34) ng / ml con complejo de polimaltosa de hierro y sulfato ferroso, respectivamente (p = 0,014). Los eventos adversos fueron significativamente menos frecuentes en el grupo de polimaltosa de hierro, que se presentaron en 12/41 (29,3%) pacientes, que en el grupo de sulfato ferroso (22/39 [56,4%]) (p = 0,015).
- Otro ensayo doble ciego comparó, en 73 mujeres embarazadas con anemia por deficiencia de hierro, la eficacia y la seguridad del asparto glicinato ferroso oral con el ascorbato ferroso(4) mantenido durante 4 semanas. Tanto a los 14, como a los 28 días, se observaron niveles significativamente más altos de Hb y de ferritina con el tratamiento con asparto glicinato ferroso en comparación con el ascorbato ferroso.
- Por último 150 mujeres con anemia por deficiencia por hierro fueron distribuidas al azar para recibir aminoácido quelante de hierro, o fumarato ferroso durante 12 semanas(5). La Hb, los índices de glóbulos rojos, el hierro sérico y la ferritina sérica se midieron al inicio del estudio y luego a las 4, 8 y 12 semanas después del tratamiento. Los efectos adversos fueron evaluados en ambos grupos. Los valores medios de Hb, índices de glóbulos rojos, hierro sérico y ferritina sérica no fueron significativamente diferentes entre ambos grupos después de 12 semanas de tratamiento. Sin embargo, el aumento en el nivel de hemoglobina después de 4, 8 y 12 semanas de tratamiento fue significativamente más rápido en el grupo del aminoácido quelante (p = <0,001). El estreñimiento y el dolor cólico abdominal fueron significativamente más frecuentes en el grupo fumarato ferroso (p = 0,022 y 0,031 respectivamente).
En cuanto a las recomendación en guías de práctica clínica:
- Un documento de consenso para Asia, publicado en 2011(6), recomienda para el tratamiento de la anemia ferropénica leve o moderada en embarazadas, la administración de hierro oral administrado en forma de sulfato ferroso, fumarato ferroso, complejo gluconato ferroso o hidróxido de hierro polimaltosa.
- Una guía mejicana de 2012(7) señala que:
- La elección de la preparación de hierro dependerá del tiempo de evolución de la anemia y de la tolerancia individual de la paciente.
- El tratamiento más apropiado son las sales de hierro (sulfato ferroso, fumarato ferroso o complejo de polimaltosa). En caso de intolerancia al sulfato ferroso se suele tolerar bien el complejo de polimaltosa.
- Para las diferentes preparaciones orales de hierro las cápsulas con capa entérica o liberación prolongada que liberan el hierro en una porción más baja del tubo gastrointestinal, son fuentes menos eficientes de hierro oral.
- Una inglesa también de 2012(8) establece las siguientes recomendaciones en el tratamiento de la anemia ferropénica en gestantes:
- Los cambios en la dieta por sí solos son insuficientes para corregir la anemia por deficiencia de hierro y son necesarios los suplementos de hierro.
- La dosis recomendada de hierro elemental para el tratamiento de la deficiencia de hierro es de 100-200 mg al día. No se deben administrar dosis más altas, ya que la absorción se satura y los efectos secundarios aumentan. Se debe aconsejar a las mujeres sobre cómo tomar suplementos orales de hierro correctamente. Esto debe ser con el estómago vacío, 1 h antes de las comidas, con una fuente de vitamina C (ácido ascórbico) como el jugo de naranja para maximizar la absorción. No se deben tomar otros medicamentos o antiácidos al mismo tiempo.
- Las sales de hierro ferroso son la preparación de elección. Las sales ferrosas disponibles incluyen fumarato ferroso, sulfato ferroso y gluconato ferroso.
- Para las náuseas y las molestias epigástricas, se deben intentar preparaciones con un contenido de hierro más bajo. Deben evitarse las formas de liberación lenta y con recubrimiento entérico.