En el Banco de Preguntas Preevid, se ha encontrado una pregunta publicada en 2017(1), en la que se resume que “son pocos los estudios que evalúan la eficacia y seguridad de las diferentes presentaciones de hierro oral en gestantes que son tratadas por anemia gestacional. Algunas guías de práctica clínica optan por recomendar las sales de sulfato ferroso en base a la mejor tolerancia, aunque una revisión sistemática encontró ligeras ventajas en la lactoferrina”.
Se procede a actualizar la búsqueda y se halla que el sulfato ferroso es la formulación de hierro oral más aceptada en la anemia en embarazadas y que para mejorar la absorción del hierro y disminuir los efectos gastrointestinales adversos, las dosis habría que ajustarlas a días alternos. Con respecto al hierro sucrosomado o liposomal, hay estudios que sugieren que mejora la absorción y permite reducir las dosis de hierro, comparadas con las utilizadas de sulfato ferroso, aunque aún no hay una evidencia sólida (ensayos clínicos aleatorios [ECA] de alta calidad) que respalde este hallazgo.
En una Guía de Práctica Clínica (GPC) de la Sociedad Británica de Hematología sobre el manejo de la deficiencia de hierro en el embarazo(2) se manifiesta que:
- Las sales de hierro ferroso son la preparación de elección actual para la suplementación oral de hierro (1C)*.
- Hasta que más investigaciones determinen la dosis óptima de hierro elemental oral, se sugieren dosis de 40 a 80 mg cada mañana, controlando la hemoglobina (hb) a las 2 a 3 semanas para garantizar una respuesta adecuada (2C)*.
- Se debe asesorar a las mujeres sobre cómo tomar correctamente los suplementos de hierro por vía oral. Este debe ser en ayunas, con agua o una fuente de vitamina C. No se deben tomar al mismo tiempo otros medicamentos, multivitaminas y antiácidos (1B)*.
- Para las náuseas y las molestias epigástricas, se debe probar la dosificación en días alternos o preparaciones con menor contenido de hierro. Deben evitarse las formas de liberación lenta y con cubierta entérica (1A)*.
Otra GPC de la Sociedad Británica de Gastroenterología acerca del tratamiento de la anemia por déficit de hierro(3), informa que el hierro oral intermitente es al menos tan efectivo como la dosis diaria para aumentar los niveles de hb en mujeres jóvenes y durante el embarazo, aunque menos efectivo para aumentar las reservas de hierro a corto plazo. Esta GPC afirma - en base a una Revisión Sistemática (RS) de la Cochrane Library(4) - que el hierro oral intermitente está asociado con una menor incidencia de eventos adversos gastrointestinales en mujeres embarazadas (riesgo relativo 0,56; Intervalo de Confianza (IC) del 95 %: 0,37 a 0,84).
Los Sumarios de Evidencia consultados acerca de la anemia en el adulto y en la mujer embarazada(5-7) manifiestan que el sulfato ferroso es la formulación oral más recetada, aunque hasta el 70% de aquellas a quienes se les prescribe describen molestias gastrointestinales significativas.
También señalan que la evidencia sugiere que la dosificación en días alternos (tomar el hierro cada dos días en lugar de cada día) parece dar como resultado una absorción de hierro equivalente o mejor que la dosificación diaria, generalmente con menos efectos adversos.
Un consenso del Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos sobre la anemia ferropénica durante el embarazo(8), en base a los resultados de dos ECA realizados con mujeres no embarazadas con deficiencia de hierro y una RS(4), recomiendan que el hierro oral se tome cada dos días, en lugar de diariamente o más de una vez al día.
En el ámbito nacional, se ha revisado la GPC de atención en el embarazo y puerperio del Ministerio de Sanidad(9) (actualizada hace más de 5 años) pero no menciona presentaciones de hierro oral que mejoren la absorción en mujeres embarazadas.
El Boletín de Información farmacoterapéutica de Osakidetza(10) publicado en 2018, indica estrategias para mejorar la tolerancia y la absorción de los suplementos orales de hierro.
Estrategias que mejoran la tolerancia:
- Realizar modificaciones en la dieta: administración junto con las comidas o con leche, aunque se reduce la absorción del hierro.
- Disminuir o fraccionar la dosis total.
- Aumentar el intervalo de dosificación: administración en días alternos.
Estrategias que mejoran la absorción:
- Tomar los suplementos de hierro en ayunas.
- Administrar los suplementos junto con alimentos que aumentan su absorción: ácido ascórbico (vitamina C) y alimentos ácidos (salsa de tomate).
- Evitar o espaciar la toma de alimentos que contienen calcio, fosfatos, fitatos u oxalatos y que disminuyen su absorción: suplementos de calcio, leche y lácteos, té, café, cereales, fibra dietética, bebidas carbonatadas…
- Evitar o espaciar la toma de medicamentos que reducen el ácido gástrico y que pueden afectar a la absorción de hierro. El hierro debe administrarse dos horas antes o cuatro horas después de la toma de antiácidos.
- No utilizar formulaciones gastrorresistentes o de liberación prolongada.
En este Boletín también se informa que, existen comercializados varios complementos nutricionales a base de pirofosfato férrico liposomado, que podrían presentar una mejor absorción y tolerancia que las sales de hierro comúnmente utilizadas. Aún se dispone de pocos datos sobre su eficacia (procedentes de estudios realizados en pacientes con insuficiencia renal crónica no dializados), por lo que se requiere su confirmación en nuevos estudios.
Por último, incluimos el único ECA encontrado que analice el efecto de diferentes regímenes de profilaxis con hierro sobre el nivel de hierro materno y resultados tras el parto(11); en este estudio (según su resumen) se reclutaron ochenta mujeres no anémicas con un embarazo único normal entre las semanas 11 y 13 y se asignaron aleatoriamente a controles (C; n = 20) y grupos suplementados con hierro ferroso 30 mg (FI; n = 20), hierro liposomal 14 mg (Sideral® Pharmanutra, Pisa PI, Italia) (LI14; n = 20) y hierro liposomal 28 mg/día (LI28; n = 20) hasta 6 semanas posparto. Se recogieron muestras de sangre materna para marcadores de hierro. Se registraron los datos sobre el resultado del nacimiento. Tanto el grupo LI28 como el LI14 mostraron concentraciones de hb y ferritina significativamente más altas en comparación con los controles. El peso al nacer mostró una tendencia a aumentar con la suplementación, lo que resultó en un mayor peso al nacer en el grupo LI28 en comparación con los controles (3499 ± 464,1 gy 3092 ± 469,5 g, respectivamente, p <0,01). El estudio no encontró diferencias significativas entre el grupo FI y el grupo control. Como conclusión se indica que los datos muestran la efectividad de 28 mg y 14 mg LI en la prevención de la anemia materna, lo que según los autores, permite reducir las dosis de hierro y los efectos secundarios.
* Consultar nivel de evidencia y grado de recomendación en texto original.