Se ha encontrado investigación sobre el tratamiento con meditación (basada en mindfulness y en yoga) en pacientes con insomnio primario y secundario. Sobre el insomnio primario se ha hallado un sumario de evidencia (SE) de Uptodate, y 2 Ensayos Clínicos Aleatorios (ECA) y Guía de Práctica Clínica (GPC), que recomiendan la meditación mindfulness (MM) para el tratamiento del Insomnio primario. También se han encontrado 7 ECAs y una GPC que realizan recomendaciones con respecto al uso de la meditación en el insomnio secundario a otras patologías o situaciones clínicas (pacientes oncológicos, trasplantados renales, consumidores de sustancias, etc.), que en general también coinciden en recomendar dicha intervención en dichos pacientes.
MEDITACIÓN EN INSOMNIO PRIMARIO:
Una GPC (1) para el manejo del insomnio en Atención Primaria recomienda (AP) diversas estrategias y terapias de relajación para la reducción de la ansiedad y la activación fisiológica y psicológica para promover el sueño. Entre las terapias de relajación recomendadas incluye la meditación., sin especificar el tipo de meditación. Sin embargo, otra GPC (2) también para el manejo de pacientes con insomnio en AP no señala recomendación alguna sobre la meditación como tratamiento del insomnio.
El SE de Uptodate (3) sobre el tratamiento del insomnio indica que entre las terapias conductuales que pueden ser útiles en el tratamiento del insomnio se incluye la meditación de atención plena (mindfulness) (MM) y la práctica de ejercicio.
Un ECA (4) investiga el potencial de la MM como tratamiento en 30 pacientes con insomnio primario crónico comparado con tratamiento farmacológico con eszopiclona (TF). El entrenamiento en MM constó de 8 clases de 2,5 horas semanales, un retiro de un día, y práctica de la MM en el hogar. En ambas intervenciones se incluyó una presentación de 10 minutos sobre higiene del sueño. Los resultados se midieron con varias escalas: Severity Index (ISI), Pittsburgh Sleep Quality Index (PSQI), diario del sueño, y actigrafía de muñeca, antes del tratamiento, a las 8 semanas del tratamiento, y a los 5 meses ( auto informes solamente). Entre la línea de base y ocho semanas, la latencia del inicio del sueño (SOL) medido por actigrafía disminuyó 8,9 minutos en el grupo con MM (P < 0,05). Se observan mejoras significativas en el ISI, PSQI, y el tiempo total de sueño diario-medido, SOL, y en la eficiencia del sueño (todos, P < 0,01) desde el inicio a los 5 meses de seguimiento en el grupo con MM. Los cambios de magnitud comparable se encontraron en el brazo del TF. Se proporciona evidencia de la eficacia de la MM como un tratamiento viable para el insomnio primario crónico.
Un ECA (5) evalúa los efectos a largo plazo de una intervención que combina la MM con la terapia cognitivo-conductual para el insomnio (TCC -I) en 21 participantes con insomnio primario. Fueron evaluados a los 6 y 12 meses tras la intervención. Se midieron los resultados con varios cuestionarios: Pre-Sleep Arousal Scale, el Glasgow Sleep Effort Scale, the Kentucky Inventory of Mindfulness Skills, y el Insomnia Episode Questionnaire. Los resultados sugieren que la mayoría de los beneficios relacionados con el sueño de una intervención que combina la TCC- I y la MM se mantendrán durante el período de seguimiento de 12 meses, con indicaciones de que los pacientes que tuvieron mas problemas con respecto al despertar temprano y al mantenimiento del sueño tuvieron mayor riesgo de volver a sufrir episodios de insomnio después de los 12 meses de tratamiento.
MEDITACIÓN EN INSOMNIO SECUNDARIO:
Tres ECAs (6,7,8) señalan que las alteraciones del sueño son muy comunes en pacientes oncológicos que están recibiendo tratamiento (cirugía, quimioterapia y/o radioterapia). Se evalúa la eficacia de la meditación (basada en el yoga y en la MM), concluyendo que estos pacientes mejoran en los síntomas de insomnio.
Otros 2 ECAs (9,10) evalúan el efecto de la meditación (uno con yoga y el otro con MM) sobre el insomnio en pacientes que han sido objeto de trasplantes. Ambos estudios concluyen que la meditación es eficaz, accesible y de bajo costo y podría mejorar significativamente las alteraciones del sueño y la salud en general de los receptores de trasplante. Pero el primero de los ECAs señala limitaciones (baja adhesión a la intervención y falta de cegamiento, resultados basados en auto informes).
Una GPC (11) para el tratamiento del dolor crónico indica que algunos medicamentos para tratar el dolor, la ansiedad y la depresión pueden afectar al sueño, y que los trastornos del sueño (insomnio, apnea del sueño, etc.) son comunes en el dolor crónico, siendo la MM y otras formas de terapias cognitivas eficaces en la reducción y modificación de las creencias y actitudes disfuncionales sobre el sueño.
Otro ensayo clínico (12), con participantes adolescentes, señala que la falta de sueño es común en los trastornos por uso de sustancias (SUDS) y es un factor de riesgo de recaída. La participación en un programa de MM se asoció con mejorías en el sueño, angustia emocional, y además redujo el consumo de sustancias.
Finalmente, otro ECA (13), señala que mucha medicación antidepresiva (MAD) se asocia con alteraciones en el mantenimiento del sueño, lo que puede comprometer la adherencia al tratamiento. Investiga si el entrenamiento con MM durante 8 semanas podría mejorar los perfiles polisomnográficos del sueño medidos tanto objetiva como subjetivamente en 23 personas deprimidas, medicadas con MAD y con alteraciones del sueño. La MM se asoció con mejora de los resultados relacionados con la continuidad del sueño en los usuarios con MAD. El entrenamiento en MM puede ser la alternativa más conveniente y rentable para la interrupción de la MAD o la suplementación con hipnóticos, y puede contribuir a una recuperación más sostenible de la depresión.