La búsqueda en los recursos habituales no indentifica información que aluda al consumo de vinagre de vino durante el embarazo o a la necesidad de restringir su uso en mujeres gestantes.
Por ejemplo, no se encuentra referencia al vinagre (en general) en una guía canadiense sobre nutrición en el embarazo(1), revisada en enero de 2024, ni en sumarios de evidencia de reciente actualización(2-4).
También se han consultado numerosos documentos dirigidos a la ciudadanía*, con recomendaciones sobre alimentación segura durante el embarazo, elaborados en nuestro entorno sanitario(5-9) y fuera de él(10-14), y en ninguno de ellos se menciona el vinagre (en general) como alimento a evitar.
En una guía sobre embarazo saludable del Servicio Vasco de Salud(9) se indica que “Para evitar añadir sal a las comidas pero conseguir realzar su sabor, puedes utilizar: vinagre, limón, hierbas aromáticas (albahaca, tomillo, orégano), especias (pimienta, pimentón, azafrán), aceites macerados, etc.”. Pero no se especifica si se trata de vinagre de vino o de otro tipo de vinagre.
Aunque asumimos que la cantidad de vinagre de vino que puede consumir una embaraza para su uso habitual (como aliño) es pequeña, consideramos de interés comentar que el vinagre de vino no está exento de un contenido alcohólico. En el Real Decreto 661/2012, de 13 de abril, por el que se establece la norma de calidad para la elaboración y la comercialización de los vinagres (ver) encontramos que el alcohol residual máximo del vinagre debería ser 1,5 por 100 V/V (porcentaje en volumen); en otros vinagres el alcohol residual máximo sería 0,5 por 100 V/V (porcentaje en volumen). Y, en relación a este aspecto, dado que no se sabe si existe un nivel seguro de consumo de alcohol durante el embarazo(1,15), la opción más segura recomendada por todas las instituciones es la de evitar el consumo de cualquier bebida alcohólica durante el embarazo.
*Se citan los de actualización más reciente.