En base a la información consultada, no se considera segura durante el embarazo la utilización de infusiones de manzanilla o poleo (respecto a otro tipo específico de productos herbales se pueden consultar dos páginas web referenciadas a continuación).
En cuanto al uso de tila durante la gestación, los documentos revisados y sitios web consultados no aportan información. La búsqueda en las bases de datos de estudios Medline y Embase y en Google Académico tampoco ha identificado trabajos en los que se evalué su seguridad o describa su utilización en gestantes.
[No se incluye en la revisión al té (negro o verde). En este caso, en base a su aportación de cafeína, se considera preciso manejarlo de forma similar al café: limitar su ingesta a 200-300 mg al día (lo cual supone unas dos tazas de té al día)(1)]
Las guías de práctica clínica sobre los cuidados durante el embarazo(2,3) o sobre la nutrición en la mujer gestante(4,5), y un documento de consenso(6) de reciente publicación no contemplan recomendaciones específicas respecto al consumo de infusiones o suplementos herbales.
La guía de ICSI de 2012(2) recomienda que ya en la visita preconcepcional se indague, entre otros aspectos, sobre el consumo de suplementos herbales y remite a una página web que ofrece a las pacientes una revisión de las implicaciones en el embarazo de los suplementos a base de hierbas más comunes [Ir a la página]
En este sitio web destacamos que se considera la manzanilla o camomila común (o romana) como un producto herbal inseguro, o probablemente inseguro, durante el embarazo cuando se utiliza vía oral en cantidades medicinales. Por su frecuencia de uso comentamos que también el poleo, vía oral o tópica, se incluye dentro de esta categoría.
El sumario de evidencia de Uptodate(7) sobre la nutrición durante el embarazo revisa la utilización de productos herbales y comenta que son limitados los ensayos aleatorios que evalúan la eficacia y seguridad de los preparados tradicionales a base de hierbas durante el embarazo. Añade que, aunque hay clínicos que sugieren la utilización de estos productos para ayudar a aliviar los síntomas del embarazo (por ejemplo, náuseas), prevenir o tratar las complicaciones obstétricas (por ejemplo, aborto involuntario, parto prematuro, preeclampsia), o madurar el cuello uterino o inducir el parto a término, se recomienda evitarlos en el embarazo. Justifican la recomendación en el hecho de que el usuario no tiene control sobre la intensidad o la pureza de las hierbas individuales; las preparaciones de hierbas pueden interactuar con los fármacos comúnmente recetados y pueden causar efectos secundarios peligrosos; y en que se han descrito casos de efectos potencialmente nocivos para el embarazo.
En otro sumario de evidencia sobre las terapias herbales y los suplementos dietéticos(8), en relación a su uso por mujeres gestantes y en periodo de lactancia, también se indica que son escasos los estudios realizados en animales o humanos sobre su seguridad. En consecuencia, dada la actual escasez de datos para esta población, así como la incertidumbre en la calidad del producto, en las mujeres que están embarazadas, contemplando el embarazo, o están lactando considera debería desaconsejarse, en general, el uso de terapias a base de hierbas (Grado de recomendación 2C: recomendación muy débil; otras alternativas pueden ser igualmente razonables).
En un servicio que ofrece la Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU. se puede consultar, en castellano, información relacionada con la seguridad de la utilización de determinadas hierbas y suplementos [Ir a la página]. De forma similar a lo comentado previamente se destaca que, durante el embarazo y la lactancia, la manzanilla romana probablemente no es segura cuando se toma por vía oral en cantidades medicinales y que no hay suficiente información acerca de la seguridad de su aplicación a la piel (en forma de aceite) durante el embarazo. En cuanto al poleo se señala que si se está embarazada o amamantando no es seguro tomarlo por vía oral o aplicarlo a la piel (en forma de aceite).