Según la documentación revisada, aunque tanto el láser CO2 como la radiofrecuencia se muestran como tratamientos prometedores para el tratamiento de la atrofia vulvovaginal, las pruebas disponibles sobre su eficacia y seguridad son escasas y de baja calidad. Por otra parte, los datos existentes no permiten realizar una comparación fidedigna entre ambos tratamientos.
[Síndrome genitourinario de la menopausia: también referido como atrofia vulvovaginal, atrofia vaginal, atrofia urogenital o vaginitis atrófica(1).]
El sumario de evidencia de Uptodate sobre el síndrome genitourinario de la menopausia(1) incluye el láser (de CO2 y de erbio) y la radiofrecuencia entre aquellas terapias que precisan más investigación. Explica que aunque se han comercializado para el tratamiento de la atrofia vulvovaginal, los datos disponibles sobre su seguridad y eficacia son limitados y la mayoría sugiere que los resultados obtenidos podrían deberse a un efecto placebo. Añade que aunque algunas revisiones sistemáticas han mostrado que el tratamiento con láser parece ser seguro y eficaz, la calidad de los estudios en ellas incluidos es muy baja y son precisos ensayos clínicos aleatorizados (ECA) de mayor tamaño que los evalúen adecuadamente. No obstante, apunta que podría considerarse su uso en pacientes debidamente asesoradas que no tienen otras opciones terapéuticas.
Se han buscado además guías de práctica clínica publicadas en los últimos años en las que se aborde el papel del láser de CO2 o la radiofrecuencia en esta patología:
- Según la Sociedad Británica de Menopausia(2) el tratamiento con láser supone una alternativa a los tratamientos hormonales cuando estos están contraindicados, resultan difíciles de seguir, no pueden ser utilizados o la respuesta no es óptima. Sin embargo, señala que se necesita evidencia de mayor calidad procedente de ECA.
- La Sociedad Canadiense de Obstetricia y Ginecología(3) considera el láser como un tratamiento de tercera línea y hace una recomendación fuerte, basada en evidencia de muy baja calidad*, al respecto: “el uso a largo plazo de la terapia con láser intravaginal para controlar el síndrome genitourinario de la menopausia o la incontinencia urinaria de esfuerzo sigue siendo experimental y debería realizarse únicamente dentro de los protocolos de ensayos clínicos bien ejecutados, diseñados para establecer su seguridad y eficacia.” No obstante, en una guía previa(4), indica que, en las pacientes que rechazan o tienen una contraindicación para el uso de estrógenos locales, el láser intravaginal podría considerarse para el alivio a corto plazo de los síntomas del síndrome genitourinario de la menopausia (recomendación débil, evidencia de baja calidad*).
- La North American Menopause Society(5,6) también considera que se necesitan más ECA con tamaño y diseño adecuados antes de que los tratamientos basados en energía (incluye láser de CO2, de erbio y radiofrecuencia) puedan recomendarse de manera habitual en el síndrome genitourinario de la menopausia.
En nuestro contexto sanitario, en las recomendaciones publicadas en 2019 por la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia sobre el síndrome genitourinario de la menopausia(7) se revisa el papel del láser (incluido el de CO2) y la radiofrecuencia, concluyendo de ambas terapias que se necesita más evidencia antes de poder recomendarlas.
Para completar esta información se ha hecho una búsqueda de revisiones y estudios primarios en los que se evalúen tanto el láser de CO2 como la radiofrecuencia en la atrofia vaginal.
Según una revisión panorámica(8) publicada en 2020, el láser (de CO2 y erbio) y la radiofrecuencia parecían ser técnicas seguras y alternativas prometedoras en el tratamiento de la atrofia vulvovaginal, siendo mayor la evidencia disponible sobre el láser. Sin embargo, los estudios identificados carecían de grupo control y los autores consideraban que eran necesarios estudios controlados bien realizados y con un mayor número de pacientes.
Una revisión sistemática (RS) sobre métodos físicos para el tratamiento del síndrome genitourinario de la menopausia(9) realizó la búsqueda bibliográfica el 30 de abril de 2020 y seleccionó 49 estudios: 37 evaluaron el láser de CO2 (4 ECA), 10 el láser de erbio (1 ECA) y 2 la radiofrecuencia (1 ECA). Ninguno de los estudios incluidos comparó el láser de CO2 con la radiofrecuencia. Los autores concluyen que tanto el láser como la radiofrecuencia podrían ser opciones seguras y eficaces en el síndrome genitourinario de la menopausia, pero señalan que la calidad de la evidencia disponible es baja o muy baja y no puede descartarse un efecto placebo; los datos son especialmente escasos en el caso de la radiofrecuencia.
Posteriormente, otra RS que igualmente evaluó el papel del láser CO2, el láser de erbio y la radiofrecuencia en el síndrome genitourinario de la menopausia(10) incluyó 64 estudios de los que 10 eran ECA. La mayoría de estudios incluidos fueron estudios piloto de un solo brazo y con un seguimiento menor de 6 meses, afirmando los autores de la revisión que eran precisas pruebas de mayor calidad que arrojarsen luz sobre el tema. Tampoco ninguno de los estudios incluidos comparó el láser CO2 con la radiofrecuencia. La búsqueda bibliográfica se realizó en junio de 2021.
En cuanto a los estudios primarios, se ha localizado un ECA piloto(11) realizado en 70 mujeres cuyo objetivo fue describir y comparar los efectos del láser de CO2 (n 23), la radiofrecuencia (n 21) y el promestrieno (n 26) en los efectos clínicos e histológicos del síndrome genitourinario de la menopausia en mujeres con cáncer de mama que recibían tratamiento hormonal adyuvante. El seguimiento fue de 120 días. Los 3 grupos mostraron mejoría sintomática (e histológica) sin que se apreciara diferencia estadísticamente significativa entre ellos. No se identificaron daño histológico ni efectos adversos relevantes con los tratamientos.
*Consultar niveles de evidencia y grados de recomendación en los documentos originales.