Los documentos encontrados tras la búsqueda realizada sugieren que los dispositivos Port-A-Cath podrían asociarse con menos complicaciones en comparación con los PICC, pero debido a que algunas de estas complicaciones, entre ellas la infección, se desarrollan debido a errores en la implantación del dispositivo o a unos cuidados inapropiados, es difícil determinar qué dispositivo proporciona mayor seguridad clínica.
Un Ensayo Clínico Aleatorio (ECA)(1) reciente, estudió la incidencia de trombosis venosa profunda y presencia de eventos adversos, relacionados con el catéter, en pacientes con cáncer que reciben quimioterapia a través de un PICC o un Port-A-Cath. El estudio incluyó a 399 personas adultas con cáncer no hematológico (principalmente de mama y colorrectal) de dos centros de oncología suecos y fueron seguidos durante 1 año. Los pacientes fueron asignados al azar para poner un PICC (n=201) o un Port-A-Cath de una luz (n=198). El resultado primario fue la trombosis venosa profunda relacionada con el catéter, y el resultado secundario fue la aparición de una combinación de eventos adversos relacionados con el catéter: complicación de inserción, trombosis, oclusión, infección y problemas mecánicos. El uso de PICC se asoció con 16 casos (8%) de trombosis venosa profunda en comparación con 2 casos (1%) en el grupo de Port-A-Cath (hazard ratio [HR]= 10,2; intervalo de confianza del [IC] 95%, 2,3-44,6; P = 0,002). La incidencia general de eventos adversos compuestos fue mayor para los pacientes portadores de PICC en comparación con aquellos con Port-A-Cath (HR = 2,7; IC 95%, 1,6-4,6; P <0.001). Los autores concluyen que los PICC están asociados con un mayor riesgo de trombosis venosa profunda relacionada con el catéter y otros eventos adversos en comparación con los Port-A-Cath.
Otro ECA(2) cuyo objetivo fue comparar la seguridad y el coste de los PICC y de los Port-A-Cath, en la administración de quimioterapia en pacientes con neoplasias no hematológicas, incluyó a 70 pacientes que fueron asignados al azar para recibir un PICC o un Port-A-Cath. El resultado primario fue la aparición de complicaciones mayores, que requirieron la eliminación del catéter y los resultados secundarios incluyeron la aparición de cualquier complicación. Los Port-A-Cath se asociaron con menos complicaciones en comparación con los PICC (razón de riesgo de 0,25, IC, 0,09-0,86, P = 0,038). La tasa de complicaciones mayores fue menor en el grupo de Port-A-Cath, en comparación con el grupo PICC (0,047 versus 0,193 complicaciones mayores / 100 días de catéter, P = 0,034) y con 6% versus 20% de pacientes que experimentaron complicaciones menores, respectivamente. La complicación más común, la trombosis, fue significativamente mayor en el grupo PICC en comparación con el grupo de Port-A-Cath (25 versus 0%, P = 0,013). La calidad de vida y las estimaciones de costes no difirieron significativamente entre los dos grupos. Por lo tanto los dispositivos Port-A-Cath se asocian con un menor riesgo de complicaciones, sin diferencias en el coste, en comparación con lo PICC en pacientes con neoplasias no hematológicas que reciben quimioterapia intravenosa.
Sin embargo en una Revisión Sistemática (RS)(3) que analiza el riesgo de infección del torrente sanguíneo asociada a la vía central (CLABSI, por sus siglas en inglés) en pacientes que recibieron PICC en comparación con aquellos que recibieron otros tipos de catéteres venosos centrales (CVC), aporta resultados contradictorios. Se incluyeron 23 estudios en los que participaron 57.250 personas. Veinte de los 23 estudios informaron el número total de episodios de CLABSI en pacientes con PICC y CVC. Los metaanálisis agrupados de estos estudios revelaron que los PICC se asociaron con un riesgo menor de CLABSI que los CVC (riesgo relativo [RR], 0,62; IC del 95%: 0,40-0,94). La heterogeneidad estadística provocó un análisis de subgrupos, que demostró que la reducción de CLABSI fue mayor en pacientes ambulatorios (RR 0,22; IC del 95%: 0,18-0,27) en comparación con pacientes hospitalizados que recibieron PICC (RR 0,73; IC del 95%: 0,54-0,98). Trece de los 23 estudios incluidos informaron CLABSI por día de catéter. Dentro de estos trece estudios, CLABSI relacionado con PICC se produjo con tanta frecuencia como CLABSI relacionado con CVC (índice de tasa de incidencia 0,91; IC del 95%:0,46-1,79). Es importante señalar que la definición de CLABSI y las estrategias de prevención de infecciones se informaron de forma variable en los estudios y pocos estudios informaron infecciones por días de catéter. Por lo que, aunque los PICC están asociados con un menor riesgo de CLABSI que los CVC en pacientes ambulatorios, los pacientes hospitalizados pueden tener la misma probabilidad de experimentar CLABSI con los PICC que con los CVC. En consecuencia se recomienda que se consideren los riesgos y beneficios antes del uso de PICC en pacientes hospitalizados.
Esta última RS(5) investiga las principales complicaciones de los catéteres tipo Port-A-Cath y PICC. Incluyó 42 documentos y como resultados principales, indica que la investigación sobre los Port-A-Cath es mayor que de los PICC y que las complicaciones infecciosas y trombóticas son las más frecuentes en ambos dispositivos. Las autoras de la revisión concluyen que las complicaciones pueden ser prevenidas en gran medida, ya que algunas se desarrollan debido a errores en la implantación del dispositivo o a unos cuidados inapropiados, por lo que es difícil determinar qué dispositivo proporciona mayor calidad de vida, aunque los pacientes suelen preferir los Port-A-Cath por su resultado estético.
Por último hacemos referencia a la Guía de Práctica Clínica(6) de Guía Salud, que aunque no aborda de forma específica la cuestión planteada, en el apartado dedicado a las “MEDIDAS SOBRE EL CATÉTER PARA LA PREVENCIÓN DE INFECCIONES” hace las siguientes recomendaciones:
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Se sugiere el aseo de los pacientes con solución de clorhexidina al 2 % en UCIs que mantienen alta tasa de infección relacionadas con catéter, a pesar de una implantación correcta de estrategias de reducción de bacteriemias. (Recomendación débil)*
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Se recomienda usar catéter venoso central impregnado con clorhexidina/ sulfadiazina de plata o minociclina/ rifampicina en pacientes cuyo catéter se espera se mantenga más de 5 días, solo si en esa unidad asistencial no desciende la tasa de infecciones relacionadas con catéter a pesar de una estrategia global de bacteriemia cero. (Fuerte)*
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El panel no alcanza consenso respecto a la utilización de apósitos impregnados de clorhexidina, por lo que su uso dependerá del juicio clínico en el paciente individual.
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Se recomienda implantar protocolos de procedimientos de terapia intravenosa en las unidades asistenciales. (Fuerte)*
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Se recomienda cumplimentar una lista de comprobación estandarizada durante el proceso de canalización de la vía venosa central o PICC. (Fuerte)*
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Se sugiere registrar en una ficha específica el estado de los dispositivos de acceso vascular tras su inserción. (Débil)*
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Se recomienda utilizar programas institucionales de evaluación de la calidad de manejo de las vías venosas. (Fuerte)*
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Se sugiere que en los programas educativos haya una retroalimentación sobre la práctica previa o la tasa de infecciones del equipo o la unidad de canalización de la vía. (Débil)*
*Consultar documento original.