En la búsqueda realizada sobre los tipos de dieta basadas en el ayuno intermitente se han identificado diferentes tipos y modalidades principales:
1. La dieta 5:2: en ella las personas deben comer como lo hacen habitualmente durante 5 días a la semana y ayunar los otros dos. Los días de ayuno pueden ser seguidos o intermitentes:
1.1 Modalidad en la que solo esta permitido tomar bebidas sin calorías durante los días de ayuno.
1.2 Modalidad en la que durante los días de ayuno la ingesta de calorías se reduce a un máximo de 500-600 calorías al día.
2. La dieta 16:8 propone un ciclo de comida y ayuno mucho más rápido, comiendo durante un período de 8 horas al día y ayunar las otras 16, de manera continuada. Se propone también la modalidad 20:4, en la que solo se puede comer durante cuatro horas al día ayunando las otras 20.
Se ha seleccionado una revisión sistemática (RS)(1) y cinco revisones narrativas (RN)(2-6) que investigan diferentes modalidades de dietas basadas en el ayuno intermitente y sus efectos sobre el control de peso y resultados en la salud. La conclusión a la que llegan todas ellas es que aunque los resultados de las investigaciones sugieren que las dietas basadas en el ayuno intermitente logran una pérdida de peso y otros beneficios para la salud, se necesita investigación adicional en seres humanos antes de poder recomendar el uso de la dieta de ayuno intermitente como una intervención de salud.
Una RS(1) de la literatura publicada hasta enero de 2015 incluyó ensayos clínicos controlados aleatorios (ECA) que evaluaron los efectos del ayuno en resultados clínicamente relevantes (por ejemplo, peso, colesterol sérico) o en resultados finales de eventos clínicos reales (por ejemplo, diabetes, enfermedad arterial coronaria [EAC]) . Esta revisión identificó tres ECA sobre ayuno intermitente en humanos y dos estudios observacionales. Los ECA mostraron mejoras en el peso y otros resultados relacionados con el riesgo cardiovascular, aunque no se identificaron ECAs de ayuno intermitente para resultados clínicos finales. Los resultados de los estudios observacionales si encontraron asociación con una menor prevalencia de EAC o de diagnóstico de diabetes. Los autores concluyen que si bien los estudios encontrados apoyan la existencia de un beneficio para la salud de las dietas basadas en el ayuno intermitente, se necesita una investigación adicional en seres humanos antes de poder recomendar el uso del ayuno como una intervención de salud.
Una RN(2) evaluó los resultados de 16 estudios y tenía como objetivo proporcionar una visión general de los regímenes de ayuno intermitente, resumir la evidencia sobre los beneficios para la salud y discutir los mecanismos fisiológicos por los cuales el ayuno intermitente puede conducir a mejores resultados de salud. Las principales conclusiones fueron:
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La evidencia sugiere que los regímenes de ayuno intermitentes no son dañinos ni física ni mentalmente (es decir, en términos de estado de ánimo) en adultos sanos, con peso normal, con sobrepeso u obesos.
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Los regímenes de ayuno modificados parecen promover la pérdida de peso y pueden mejorar la salud metabólica.
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Varias líneas de evidencia también apoyan la hipótesis de que los patrones de alimentación que reducen o eliminan la alimentación nocturna y prolongan los intervalos de ayuno nocturno pueden dar lugar a mejoras sostenidas en la salud humana.
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Parece que los regímenes de ayuno intermitentes influyen en la regulación metabólica a través de los efectos sobre la biología circadiana, la microbiota intestinal y las conductas de estilo de vida modificables, como el sueño.
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Se necesita de una investigación clínica rigurosa sobre el uso de regímenes de ayuno intermitentes para mejorar la salud.
Otra RN(3) evaluó dos variantes de ayuno intermitente, la restricción de energía intermitente (REI) y la alimentación con restricción de tiempo (TRF), como estrategias para controlar el peso y / o mejorar la salud metabólica. Esta revisión se centra específicamente en los efectos de REI y TRF en el metabolismo de la glucosa y los lípidos. Para la REI, considera que existe una evidencia creciente que demuestra sus beneficios sobre la homeostasis de la glucosa y los lípidos en el corto y medio plazo; pero que sin embargo, se requieren más estudios a largo plazo. En cuanto a la TRF, si bien sus beneficios metabólicos parecen estar bastante bien demostrados en los roedores, los hallazgos de los pocos estudios en humanos han sido variados. En última instancia, los autores indican que queda mucho por aprender acerca del ayuno intermitente (en sus diversas formas); aunque los hallazgos hasta la fecha sirven para desarrollar vías para futuras investigaciones.
Otra RN(4) incluyó 21 estudios realizados para determinar si los programas de ayuno intermitente son efectivos para mejorar la composición corporal y los marcadores de salud clínicos asociados con la enfermedad. Los protocolos de ayuno intermitentes se agruparon en ayuno de días alternos, ayuno de día completo y alimentación restringida por el tiempo. Los resultados mostraron: el ayuno en días alternos de 3 a 12 semanas de duración parece ser efectivo para reducir el peso corporal (3% al 7%), grasa corporal (3 a 5.5 kg), colesterol total (10% al 21%), y triglicéridos (14% al 42%) en humanos con peso normal, con sobrepeso y obesos; el ayuno de todo el día durante 12 a 24 semanas también reduce el peso corporal (3% a 9%) y la grasa corporal, y mejora favorablemente los lípidos en la sangre (reducción de 5% al 20% en el colesterol total y reducción de 17% al 50% en triglicéridos). Como conclusión se recomienda que el ayuno intermitente se considere una alternativa a la restricción calórica diaria para las personas que estén interesadas en mejorar la composición corporal y la salud general. Sin embargo, se indica que es importante tener en cuenta las limitaciones actuales de la investigación del ayuno intermitente y la cantidad desigual de información disponible sobre cada estilo de ayuno intermitente.
En otra RN(5) se incluyen estudios sobre los efectos de los regímenes de dietas de ayuno intermitente, que incluyen: ayuno completo cada dos días; restricción energética del 70% cada dos días, consumiendo solo 500–700 cal dos días / semana consecutivos; y restringir la ingesta de alimentos a un período de 6 a 8 horas diarias. Los resultados de estudios en humanos en los que se miden varios indicadores de salud al inicio del estudio y después de períodos de ayuno intermitente de 2 a 6 meses o más, sugieren que esta medida puede proteger contra el síndrome metabólico y los trastornos asociados, incluida la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.
En la última RN(6) se analiza la epidemiología de la obesidad y la literatura más reciente sobre dietas de moda populares y regímenes de ejercicio que se utilizan para perder peso. Los planes de pérdida de peso que se tratan en este artículo incluyen dietas de jugos o desintoxicación, ayuno intermitente, la dieta paleolítica y entrenamiento de alta intensidad. Los autores indican que, a pesar de la creciente popularidad de las dietas de moda y los planes de ejercicio para perder peso, existen estudios limitados que realmente sugieren que estos regímenes particulares son beneficiosos y conducen a una pérdida de peso a largo plazo. Las dietas de jugos o desintoxicación tienden a funcionar porque conducen a una ingesta calórica extremadamente baja durante cortos períodos de tiempo, sin embargo, tienden a llevar al aumento de peso una vez que se reanuda una dieta normal. Tanto el ayuno intermitente como la dieta paleolítica conducen a la pérdida de peso debido a la disminución de la ingesta calórica en general. Por último, los estudios sobre sesiones cortas de entrenamiento de alta intensidad han demostrado una notable pérdida de peso y mejoras en la salud cardiovascular. Las conclusiones sugieren que algunas dietas de moda y planes de ejercicio conducen a la pérdida de peso; sin embargo, los estudios son bastante limitados y todos se basan en el concepto de restricción calórica.