La búsqueda en los recursos habituales no identifica documentos que permitan orientar la actuación terapéutica en una mujer postmenopáusica en la que el exudado vaginal resulta positivo para Haemophilus influenzae.
H. influenzae es una de las causas etiológicas comunes de la vulvovaginitis sintomática en niñas prepuberales(1-3). Sin embargo, también se ha identificado en mujeres adultas sintomáticas, fundamentalmente en mujeres postmenopáusicas, tal y como se describe en un estudio observacional retrospectivo(3) en el que se analizaron los resultados microbiológicos de hisopos vulvovaginales enviados al laboratorio en un periodo de 10 años y procedentes de pacientes que consultaron a su médico de cabecera por síntomas de vulvovaginitis (incluyendo flujo vaginal anormal no sanguinolento, picor vulvar o vaginal, irritación, enrojecimiento o dolor). En el periodo de estudio se realizaron 15.514 cultivos cuyos resultados se detallan en base al grupo de edad: < 12 años (439 cultivos); 12–17 años (583 cultivos); 18–51 años (12.080 cultivos); > 51 años (2.412 cultivos). H.influenzae se encontró en el 0,8% del total de cultivos, predominantemente en niñas y mujeres posmenopáusicas. Concretamente se identificó H. influenzae en el 8,4% de los cultivos de niñas < 12 años; en el 0,3% de los realizados en chicas de 12–17 años; en el 0,4% de los cultivos de mujeres de 18–51 años; y en el 1,8% de los cultivos de mujeres > 51 años.
En cuanto al tratamiento de esta infección, se han revisado recientes guías de práctica clínica(4,5) y sumarios de evidencia(6-8) sobre el manejo de la vaginitis o secreción vaginal en la mujer adulta y no se encuentra mención a la situación clínica de una mujer con exudado vaginal positivo para H. influenzae. Se expone a continuación la información localizada sobre el tratamiento propuesto en niñas con vulvovaginitis en las que el cultivo es positivo para H. influenzae:
En el sumario de evidencia de Uptodate(9) que revisa el manejo de la vulvovaginitis en niñas prepuberales se indica que los casos de infección por flora respiratoria (como S. aureus, H. influenzae y otra flora respiratoria) a menudo se resuelven solo con medidas de higiene, pero deberían tratarse si la vulvovaginitis es persistente o purulenta. Concretamente en el caso de H. influenzae, se sugiere terapia oral con betalactámicos como amoxicilina-clavulánico. Como alternativas se proponen cefalosporinas orales de segunda o tercera generación y, para pacientes con alergia a la penicilina y las cefalosporinas, macrólidos o doxiciclina.
El sumario de evidencia de Dynamed(10), también sobre la vulvovaginitis en niñas prepuberales, establece que tratamiento inicial de la vulvovaginitis bacteriana puede incluir baños de asiento con compuestos calmantes; aplicación local de antimicrobianos tópicos; probióticos orales; o crema de hidrocortisona en dosis bajas. Añade que los antibióticos orales deberían prescribirse con precaución según la gravedad de los síntomas y la evaluación de la salud del paciente y propone la amoxicilina oral para la infección confirmada o sospechada por H.influenzae o amoxicilina-clavulánico en caso de H. influenzae resistente a amoxicilina.
Similar información encontramos en una revisión narrativa sobre la vulvovaginitis prepuberal(11) en la que se señala que el tratamiento en las niñas prepuberales generalmente se enfoca en informar sobre higiene, técnicas de limpieza después de orinar y defecar, o exposición a irritantes (como evitar toallitas perfumadas, ciertos jabones…). También señala que se debe recomendar a las pacientes con síntomas respiratorios que se laven las manos cuidadosamente antes y después de ir al baño para evitar una mayor introducción de bacterias en la vagina. Si los síntomas persisten a pesar de la adherencia a los cambios en el estilo de vida arriba descritos y en el cultivo se identifica un patógeno respiratorio (entre ellos H. influenzae) se propone tratamiento con un antibiótico de la familia de las penicilinas y como alternativa una cefalosporina.