De los documentos consultados concluimos que, en los niños ingresados con bronquiolitis aguda, la monitorización continua de la saturación de oxígeno debería restringirse a los casos graves y aquellos con factores de riesgo. En los pacientes estables, la monitorización intermitente no supondría un riesgo y podría acortar la estancia hospitalaria.
Según los protocolos de Neumología y Urgencias sobre bronquiolitis aguda publicados en la web de la Asociación Española de Pediatría(1,2) la monitorización continua de la saturación de oxígeno (SaO2) de forma continua no está justificada y debe realizarse, en general de forma intermitente. El protocolo de Urgencias(2) aconseja la monitorización continua de los niños que reciben oxígeno suplementario.
El sumario de evidencia (SE) de BMJ Best Practice(3) explica que aunque no existe consenso entre todas las guías de práctica clínica (GPC), la mayoría recomiendan la monitorización intermitente de la SaO2 frente a la continua. Encuentra además en un ensayo clínico aleatorizado (ECA)(4) que, en pacientes hospitalizados no hipoxémicos, la pulsioximetría intermitente (n=81) frente a la pulsioximetría continua (n=80) no afectó a la tasa de ingreso en una Unidad de Cuidadod Intensivos (UCI) o a la duración de la oxigenoterapia.
Por su parte, el SE de Dynamed(5) afirma que no se recomienda la pulsioximetría continua, salvo en los pacientes con saturaciones bajas de oxígeno de forma persistente o en el destete activo de la oxigenoterapia. Indica que la pulsioximetría intermitente es apropiada en niños con SaO2 ≥ 90% mientras que la continua sería necesaria en niños con apnea o cianosis. El sumario recoge las recomendaciones al respecto de diversas GPC:
- Consenso de expertos de EE.UU, 2020: fuera de una UCI recomienda la pulsioximetría continua en caso de apnea o cianosis presenciada; en su ausencia se recomienda pulsioximetría intermitente.(“Expert Appropriate and Necessary recommendation”*)
- “American Academy of Pediatrics”, 2014: considera la pulsioximetría continua opcional debido a que podría no correlacionarse con el distrés respiratorio; podría no ser fiable en SaO2 ≤ 90%; la monitorización continua de la SaO2 podría retrasar el destete de la oxigenoterapia.
- “Canadian Paediatric Society, Acute Care Committee, Drug Therapy and Hazardous Substances Committee” (actualizada en 2021): propone considerar la monitorización intermitente o los controles al azar en los niños de menor riesgo y aquellos que están mejorando clínicamente; propone considerar la monitorización continua de los niños de alto riesgo en la fase aguda de la enfermedad.
- Recomendación de no hacer de “Choosing Wisely” elaborada por la “Society of Hospital Medicine” (revisada en 2021): no usar pulsioximetría continua de forma rutinaria en niños con enfermedades respiratorias agudas a menos que estén recibiendo oxígeno suplementario.
Además, basándose en un ECA(6), este sumario encuentra que, en lactantes estables hospitalizados con bronquiolitis, el manejo de la SaO2 (objetivo ≥ 90%) con pulsioximetría intermitente tiene una duración similar de la estancia hospitalaria en comparación con la pulsioximetría continua (nivel de evidencia 1 de Dynamed*). En este ECA 230 lactantes, hospitalizados con bronquiolitis, estables al menos 6 horas, fueron aleatorizados a pulsioximetría continua vs intermitente. No se encontraron diferencias significativas en cuanto a la duración de la hospitalización, inicio o duración del oxígeno suplementario, necesidad de traslado a cuidados intensivos ni readmisión hospitalaria a los 15 días; tampoco en el uso de radiografía de tórax, análisis de sangre, tratamiento broncodilatador, corticoides sistémicos, aspiración nasal o fluidoterapia endovenosa. No hubo muertes en ninguno de los 2 grupos. La satisfacción de enfermería fue significativamente mejor con la monitorización intermitente.
También en concordancia con estas recomendaciones, la actualización de la GPC de bronquiolitis australo-asiática de PREDICT (“Paediatric Research in Emergency Departments International Collaborative”)(7) indica que la pulsioximetría continua, salvo en las formas graves, no debería usarse de forma rutinaria para dirigir el manejo del paciente.
Por último mencionamos un proyecto de mejora de la calidad(8) que se llevó a cabo en 2 hospitales estadounidenses en el que la instauración de un protocolo que limitaba el uso de pulsioximetría continua a los pacientes con bronquiolitis grave o con riesgo de enfermedad grave o apnea redujo la duración de la estancia hospitalaria. En dicho proyecto participaron un total de 373 pacientes: 180 antes de la instauración del protocolo y 193 tras la misma, de los que 94 y 99, respectivamente, fueron incluidos en el análisis. La estancia media hospitalaria fue de 53,3 horas en el primer grupo y de 33,2 en el segundo. No se detectaron efectos adversos y no hubo un cambio significativo a los 7 días en el número de reingresos o “reconsultas” en urgencias.
*Consultar niveles de evidencia y grados de recomendación en el documento.