Tras la búsqueda realizada podríamos resumir que, en la atención prehospitalaria de las quemaduras debería enfriarse la zona afectada con agua, pudiendo usarse en su defecto gasas empapadas e hidrogeles, y evitando, posteriormente, el enfriamiento del paciente.
Teniendo en cuenta que el paciente quemado es un paciente crítico en el que el abordaje incial debe realizarse mediante el método ABCDE hemos de decir que la siguiente revisión se centra exclusivamente en el manejo de las lesiones por quemadura en este tipo de enfermos.
El sumario de evidencia (SE) de UpToDate(1) que trata el manejo del quemado grave y moderado explica que el tratamiento inmediato de la quemadura consiste en retirar todas aquellas ropas y objetos o joyas calientes o que estén ardiendo para evitar una lesión mayor y poder determinar el alcance de la misma, además esta actuación disminuye el dolor. Las quemaduras deberían ser enfriadas de forma inmediata, pudiéndose optar por agua fresca o gasas empapadas en suero fisiológico, pero debe evitarse el hielo y la congelación por el riesgo de aumento de la lesión e hipotermia. Además, el hielo y el agua fría aparte de empeorar la lesión pueden originar coagulopatía, arritmias y muerte(2). Los autores habitualmente proceden a este enfriamiento durante 15-30 minutos. Algunos pacientes, por ejemplo con una afectación de superficie corporal > 10%, incluso necesitarán fluidos intravenosos calientes para evitar la hipotermia.
El SE de DynaMed Plus(3) aporta que las prendas ardiendo no deben retirarse si están adheridas a la piel. Y en caso de quemaduras químicas el producto puede ser retirado con papel de tornasol. Este sumario indica que el enfriamiento de la quemadura debería realizarse al menos durante 20 minutos y posteriormente recomienda cubrir las lesiones con láminas transparentes estériles (si es posible).
Si se transfiere al centro de quemados, no es necesario desbridar la herida, más bien, lo que conviene es envolverla con un apósito seco para evitar la hipotermia.
La actualización de 2018 de una guía de práctica clínica (GPC) internacional sobre quemaduras(4) explica que aunque se acepta que el manejo inicial es el enfriamiento de la herida, no está claro cúal es el mejor método para conseguirlo y la evidencia se basa en estudios con animales, modelos de simulación y estudios retrospectivos:
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Basándose en la evidencia disponible y la opinión de expertos, parece que sería adecuado ajustar la temperatura de enfriamiento a las preferencias del paciente.
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Respecto al agua corriente, es un método fácil, barato y accesible por lo que sería el tratamiento inicial de elección. En su ausencia, una alternativa podrían ser los hidrogeles.
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Aunque la duración del enfriamiento tampoco está clara, este podría mantenerse mientras el paciente sienta dolor.
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Para evitar el potencial daño del enfriamiento las lesiones podrían tratarse con agua tibia o a temperatura corporal en vez de con agua fría.
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El agua potable también podría usarse en caso de no disponer de agua corriente.
Tras este enfriamiento inicial la superficie quemada debe envolverse con una tela seca y limpia para evitar la contaminación. Esta medida también reduce el dolor de las terminaciones nerviosas expuestas al aire. Una medida alternativa podría ser el film transparente de uso alimentario, y también podrían usarse apósitos transparentes adhesivos o películas transparentes; estos materiales permiten vigilar la lesión y su retirada es menos dolorosa.
Durante el traslado del paciente, la elevación de los miembros afectados podría disminuir el edema.
La GPC australiana(5) de 2014 también indica que la primera medida en la quemadura es detener el proceso y enfriar la lesión. Esto puede hacerse con agua corriente durante 20 minutos, prolongándose 1-2 horas en caso de quemaduras químicas. La temperatura ideal del agua para este procedimiento es 8-25 ºC y este enfriamiento puede ser eficaz incluso 3 horas tras haberse producido la quemadura. Es importante mantener secas las zonas no dañadas y evitar la hipotermia, debiendo detener el enfriamiento de las quemaduras si la temperatura corporal desciende por debajo de los 35ºC. Este documento indica que las gasas húmedas y los apósitos de gel de árbol del té no son eficaces y sólo deberían emplearse si no se dispone de agua corriente, debiendo alternarse con otros cada 15 segundos. Una envoltura plástica podría ser suficiente durante el traslado a la unidad de quemados y protegería de la contaminación y la pérdida de calor y fluidos.
Por último recogemos las recomendaciones de un documento de consenso turco(6), que al igual que la guía anterior indica que durante el traslado del paciente deben evitarse los apósitos húmedos, y puede ser suficiente con cubrir las quemaduras con apósitos limpios.