Se han revisado guías de práctica clínica(1-8) y sumarios de evidencia(9,10) recientes que abordan el manejo de la tercera fase del parto y en todos se recomienda la administración rutinaria de oxitocina, 10 UI vía intravenosa (IV) o intramuscular (IM), en el contexto de una estrategia de manejo activo del alumbramiento.
En ninguno de estos documentos se hace referencia a una posible asociación entre la administración de oxitocina ( en bolo IV, infusión IV, o IM) y potenciales efectos adversos en el recién nacido.
Por otro lado, se han identificado tres revisiones sistemáticas de la Biblioteca Cochrane(11-13) en las que se analiza la efectividad del manejo activo del parto o del uso profiláctico de oxitocina en el alumbramiento y en las que se hace referencia a este aspecto:
En una de las revisiones sistemáticas(11) se comenta que las posibles consecuencias para el recién nacido del manejo activo de la tercera etapa del trabajo de parto se relacionan principalmente con el momento del pinzamiento del cordón umbilical. No obstante, “si los fármacos uterotónicos se administran antes del parto, por ejemplo, involuntariamente antes del parto de un gemelo no diagnosticado, la ruptura de la interfase pared uterina-placenta y la interrupción del flujo sanguíneo placentario-umbilical puede causar asfixia perinatal aguda que compromete la transición cardiorrespiratoria neonatal. Los recién nacidos comprometidos al nacer tienen mayores probabilidades de necesitar apoyo para la transición (reanimación cardiorrespiratoria). Si un daño asfixiante ha sido grave o prolongado (por ejemplo, si se exacerbó por un parto obstruido como la distocia de hombro), entonces otras consecuencias potenciales pueden incluir encefalopatía neonatal con el riesgo asociado de mortalidad y de morbilidad del desarrollo nervioso a largo plazo”. Entre los resultados que obtiene la revisión describe que los estudios incluidos no informaron de resultados adversos neonatales específicos, pero que la revisión no encontró pruebas de que las tasas de ingreso en unidades de cuidados especiales para bebés/unidades de cuidados intensivos neonatales se vieran afectadas por los tipos de tratamiento de la etapa expulsiva incluidos (proporción de riesgo promedio 0,81; intervalo de confianza [IC] del 95% 0,60 a 1,11; dos estudios, 3.207 bebés).
Otra de las revisiones sistemáticas(12) encuentra que tras el uso de oxitocina para la prevención de la hemorragia posparto en comparación con el control (ninguna intervención o atención habitual/estándar para el tratamiento de la etapa expulsiva del trabajo de parto) ) no hubo diferencias en las tasas de mortinatalidad (cociente de riesgos [CR] 1,27; IC del 95%: 0,67 a 2,40; 2.006 lactantes [pruebas de baja calidad]) o de muertes neonatales tempranas (cero a tres días) (CR 1,03; IC del 95%: 0,35 a 3,07; 1.969 lactantes [pruebas de baja calidad]).
En la tercera de las revisiones sistemáticas(13) tan solo se menciona que los ensayos incluidos no informaron sobre datos neonatales.