En la búsqueda se han localizado 4 Guías de Práctica Clínica (GPC) y 2 manuales sobre nutrición parenteral (NP) que proporcionan recomendaciones con respecto a la administración de fármacos junto con la NP. En general señalan que se debe evitar la administración conjunta (tanto en la misma vía como en la bolsa de la NP) para que no se produzca el precipitado ni la rotura de la emulsión y se evite así la disminución de la eficacia del fármaco.
Una GPC de NP domiciliaria(1) señala que la incorporación de fármacos a las soluciones de NP debe hacerse siempre que se haya podido demostrar la estabilidad de la mezcla y que la misma no cause disminución de la eficacia del fármaco. El producto final de la NP deberá llevar una etiqueta rotulada claramente (con nombre del enfermo, composición detallada, vía de administración, temperatura de mantenimiento y fecha de caducidad). También llevará un envoltorio externo protector para su transporte y almacenamiento. Una vez preparadas, las bolsas de NP no deben ser manipuladas para añadir fármacos, electrolitos o cualquier otro elemento, sin estricto control por el farmacéutico responsable. Cuando, por alguna circunstancia, el propio paciente deba añadir alguna sustancia (vitaminas u oligoelementos principalmente), lo hará por indicación médica escrita, aplicando medidas estrictas de asepsia y en el momento inmediatamente anterior a la administración de la bolsa.
Otra GPC de la American Society for Parenteral and Enteral Nutrition (A.S.P.E.N.),(2) ante la pregunta de si es seguro utilizar la NP como vehículo para la administración de medicamentos no nutritivos, recomienda que la medicación no nutritiva se incluya en los aditivos PN solo cuando esté respaldada por (1) la información de los farmacéuticos sobre la compatibilidad fisicoquímica y la estabilidad de: a) el medicamento aditivo y b) la preparación final en condiciones de uso típico y por ( 2) datos clínicos que confirman las acciones terapéuticas esperadas de la medicación. Se desaconseja la extrapolación más allá de los límites de los parámetros (por ejemplo, productos, concentraciones) de los datos dados.(GR: Fuerte)(*)
Una GPC para la NP de niños(3) recomienda: no agregar otros fármacos o soluciones a la solución de NP preparada (para minimizar el riesgo de infección; y mantener la estabilidad microbiológica y física del producto); y, si el niño requiere terapia IV adicional (por ejemplo antibióticos) debería conectarse un set de administración por debajo del filtro (para minimizar el riesgo de infección reduciendo el número de veces que se accede al catéter).
Otra GPC para la NP en ancianos(4) respecto a las interacciones entre fármacos y nutrientes indica que: los fármacos pueden modificar las necesidades de nutrientes y el metabolismo de las personas mayores; además, las dietas restrictivas, la desnutrición, los cambios en los hábitos alimenticios, el alcoholismo y las enfermedades crónicas con el tratamiento farmacológico a largo plazo, son algunos de los factores de riesgo en los adultos mayores que los colocan en riesgo de interacciones entre fármacos y nutrientes. Por ello se aconseja consultar con farmacia para revisar los medicamentos del paciente por si hubiera posibles interacciones entre los medicamentos y los nutrientes.
Un manual de procedimientos generales,(5) con respecto a la preparación y administración de fármacos vía endovenosa recomienda: evitar la administración de fármacos simultáneamente con drogas vasoactivas, hemoderivados y NP; cambiar el sistema de suero cada vez que se cambie la bolsa de NP (cada 24 horas); evitar perfundir otras soluciones (fármacos, etc.) y extraer sangre por la vía que se administra la NP, para evitar reacciones adversas; es necesario disponer de una vía periférica para la administración de medicación.
Otro manual sobre nutrición(6) señala que los pacientes con NP requieren habitualmente la administración concomitante de fármacos. La administración de medicamentos por la misma vía que se utiliza para la NP no debería ser nunca una práctica habitual. Sin embargo, muchos pacientes tienen limitación de accesos venosos, lo que obliga a utilizar una misma vía para ambas preparaciones. Para que un fármaco se pueda administrar en «Y» con la NP debe ser estable en contacto con ésta y no producir precipitados ni rotura de la emulsión. Si esto no se cumple o no existen estudios suficientes, se debe administrar por otra vía y, si ello no es posible, se debe interrumpir la infusión de la NP mientras se administra el fármaco.
Si se quiere administrar un fármaco con la NP, es necesario que éste no se degrade, que la emulsión lipídica sea estable en presencia del fármaco y que la administración del fármaco en infusión continua durante el tiempo que dura la NP sea la adecuada desde el punto de vista farmacocinético. La bibliografía sobre estabilidad de fármacos con NP es amplia, debido a la gran cantidad de fármacos intravenosos que pueden ser pautados en pacientes con NP. La mayoría de los estudios están realizados con un solo fármaco, por lo que la administración de dos o más fármacos con la NP debe ser evitada. Es también importante tener en cuenta que los estudios de estabilidad están hechos con composiciones determinadas de NP. Al ser tan variable la composición de los preparados, los estudios existentes dan una idea de la posible estabilidad del fármaco en NP, pero no aseguran que en las condiciones habituales de atención el comportamiento sea el mismo. En conclusión, solamente se pueden introducir en la bolsa de NP fármacos de los que existan estudios de estabilidad que respalden dicha práctica. Algunos de los fármacos utilizados habitualmente en NP son: insulina, antihistamínicos H2, octreótida y somatostatina y heparina.
(*) Ver clasificación de los Grados de Recomendación (GR) en la GPC.
