Una pregunta incluida en el Banco de preguntas de Preevid en julio de 2015(1) evalúa la posible asociación entre la utilización como método contraceptivo de un dispositivo intrauterino (DIU) hormonal (liberador de levonorgestrel; DIU-LNG) y la candidiasis vulvovaginal (CVV), concluyendo que aunque las usuarias de un DIU-LNG pueden tener una mayor presencia a nivel vulvovaginal de Candida pero no parece aumentar la incidencia de CVV sintomática.
Respecto al DIU de cobre (DIU-C) y su relación con la CVV aporta información adicional un estudio de cohortes de marzo de 2015(2) en el cual se analiza la prevalencia de anemia y de CVV en mujeres (101 mujeres de entre 15 y 45 años) en las que se inserta un DIU-C (antes y 3 meses después de la inserción). En cuanto a la variable de resultado CVV, la media de los recuentos de colonias de Candida aumentó significativamente (P = 0,001), pero los cultivos positivos para Candida no fueron significativamente diferentes antes y 3 meses después de la inserción del DIU-C. Además, no se informaron de casos de CVV a los 3 meses después de la inserción del DIU. Se concluía en el estudio que a pesar de un aumento en el recuento de colonias de Candida en las usuarias del DIU-C, no aumentaron los casos de CVV clínica, lo cual se considera indica la relativa seguridad de este método anticonceptivo.
Y, valorando el potencial aumento de riesgo de otro tipo de vaginitis infecciosa (vaginosis bacteriana o vaginitis por trichomonas) asociado al uso de ambos tipos de DIU (DIU-LNG y DIU-C), se han seleccionado tres guías de práctica clínica (GPC)(3-5) y un sumario de evidencia(6). De la información que aportan estos documentos extraemos que parece que las usuarias de un DIU-C muestran tasas más altas de vaginosis bacteriana que las mujeres que utilizan otros métodos anticonceptivos y que, en cambio, la asociación entre la vaginosis bacteriana y el uso del DIU-LNG no está clara.
La búsqueda realizada no ha encontrado mención a una asociación entre la utilización de un DIU y la trichomoniasis vaginal.
La GPC británica(3) sobre la contracepción intrauterina actualizada en 2015 comenta en relación a su relación con la CVV y la vaginosis bacteriana:
- Que el DIU-C se ha identificado como un posible factor de riesgo para CVV aguda o recurrente (hay estudios que muestran que las levaduras se adhieren a los DIU y producirían biofilm que facilitarían la CVV recurrente mediante la protección de las levaduras ante los agentes antifúngicos). No obstante, matiza que no hay evidencia consistente de una asociación entre el uso de un DIU-C y la CVV, y aunque las muestras de citología cervical de las usuarias de un DIU-LNG han demostrado mayor presencia de cándida con el tiempo de inserción, las tasas de infección sintomática no cambian significativamente.
- Que se ha demostrado una asociación entre la vaginosis bacteriana y el uso del DIU-C; por su parte, la asociación entre la vaginosis bacteriana y el uso del DIU-LNG es incierta.
Como recomendación la guía plantea que las usuarias de un DIU-C con vaginosis bacteriana o CVV recurrentes podrían considerar un método alternativo de anticoncepción. (Grado de recomendación C)*
Un estudio de cohortes de 2012(7) se realizó con el objetivo de comparar la incidencia de vaginosis bacteriana entre mujeres que utilizaban un DIU y mujeres que utilizaban otros métodos de contracepción (anticonceptivos orales combinados [AOC)], anillo vaginal anticonceptivo, o parche anticonceptivo). Se incluyeron 153 mujeres negativas para la vaginosis bacteriana al inicio del estudio; 90 (59%) mujeres optaron por el DIU y 63 (41%) eligieron AOC, anillo o parche. Entre las usuarias de DIU, 59 (65,6%) optaron por el DIU-LNG y 31 (34,4%) optaron por el DIU-C.
Durante el período de estudio (6 meses) , hubo 35 nuevos casos de vaginosis bacteriana con una incidencia de 29,2%. La incidencia de vaginosis bacteriana fue del 37,0% entre las usuarias de un DIU y del 19,3% en el grupo con otro tipo de anticoncepción (P = 0,03). Hubo una tendencia hacia una mayor incidencia de vaginosis bacteriana entre las usuarias de un DIU-LNG (41,8% frente al 28,0% de las usuarias del DIU-C); sin embargo, este no fue un hallazgo estadísticamente significativa, p = 0,23). La mayoría de los casos de vaginosis bacteriana fueron asintomáticos; sólo el 23,6% de las mujeres reportó síntomas en el momento de la toma de la muestra. En el análisis univariado, la raza, el uso del DIU, la presencia de flora intermedia, y el sangrado vaginal irregular se asociaron significativamente con la vaginosis bacteriana (hazard ratio [HR] de uso de un DIU: 2,18 ; intervalo de confianza [IC] 95%: 1,04-4,54). En el modelo ajustado (después de controlar por los factores de confusión), las usuarias de un DIU no se mostraron más propensas a adquirir vaginosis bacteriana (HR ajustado: 1,28, IC 95%: 0,53-3,06) que la usuarias de AOC, anillos, o parches; las asociaciones entre la presencia de flora intermedia y sangrado irregular y vaginosis bacteriana continuaron siendo significativas (HRaj: 3,30 [IC 95%: 1,51-7,21], y HRaj: 2,54 [IC 95%: 1,03-6,24], respectivamente).