La información recabada en cuanto a la idoneidad de desinfectar la piel antes de la administración subcutánea (SC) de heparina de bajo peso molecular (HBPM) es controvertida. Mientras que la ficha técnica del principio activo enoxaparina(1) y protocolos de enfermería(2,3) realizados en nuestro ámbito sugieren la desinfección previa (con alcohol durante 30 segundos), un “best practice” de la Organización Mundial de la Salud (OMS)(4), dos documentos de consenso(5,6) y dos revisiones narrativas(7,8), establecen que, salvo que la piel esté visiblemente sucia (en cuyo caso habría que lavarla con agua y jabón), resulta innecesario desinfectar la piel donde va a realizarse la inyección SC.
La búsqueda realizada en bases de datos de estudios no ha identificado ensayos clínicos aleatorios que evalúen la efectividad en cuanto a la prevención de infección local, de distintos tipos de antisépticos utilizados previos a la administración SC de HBPM.
La ficha técnica de enoxaparina(1) que publica la Agencia española de medicamentos y productos sanitarios sugiere que antes de la inyección se ha de limpiar (no frotar), la zona elegida, con un trozo de algodón con alcohol.
Un protocolo de enfermería publicado por la Junta de Andalucía en 2010(2) revisa la administración de medicación por vía SC e también indica que de forma previa a la inyección se ha de desinfectar la piel con alcohol durante 30 segundos y esperar hasta que la piel esté seca.
Por su parte, un manual de procedimientos de enfermería de la Comunidad Valenciana de 2007(3) señala que para administrar fármacos vía SC se ha de desinfectar la zona de punción, desde el centro hacia la parte externa en un radio de 5 cm, aunque sin precisar un antiséptico concreto.
El “best practice” de la OMS(4) y los documentos de consenso consultados(5-8), coinciden en señalar que no es necesario desinfectar la piel limpia antes de proceder a una punción SC. Habría que lavar (con agua y jabón) la piel que está visiblemente manchada o sucia.
El “best practice” de Hutin et al(4) sobre las prácticas recomendadas para el control de infecciones en inyecciones intradérmicas, subcutáneas, e intramusculares, resume que, aunque la piel que está visiblemente manchada o sucia debe lavarse, limpiar la la piel limpia de un paciente antes de poner una inyección no es necesario. Hace referencia a que los estudios realizados sugieren que no existe un mayor riesgo de infección cuando las inyecciones se administran en ausencia de preparación de la piel. Argumenta que las bacterias de la flora cutánea podrían ser introducidas a través de perforación de la piel pero que, sin embargo, la mayoría de ellas son bacterias no patógenas y el número introducido es menor que la dosis infecciosa mínima necesaria para que ocurra una infección. Además, los protocolos de preparación de la piel tradicionalmente utilizados, incluyendo la limpieza con alcohol al 70%, puede ser insuficientes para eliminar la flora cutánea si se utiliza un tiempo de contacto limitado. Por tanto, en caso de que se valore la necesidad de limpieza de la piel con un antiséptico propone utilizar una torunda de un sólo uso y respetar el tiempo de contacto recomendado para cada producto específico. No se deberían utilizar bolas de algodón húmedo almacenadas en contenedores de usos múltiples por el riesgo de contaminación de estos recipientes.