Tras la búsqueda se ha seleccionado una Revisión Sistemática (RS)(1) que explora la eficacia de un método de Tratamiento Asertivo Comunitario (TAC) denominado “Resource Group Assertive Community Treatment” (RACT), para personas con diagnósticos psiquiátricos, en comparación con la atención estándar. La búsqueda de la RS se limitó al período 2001 – 2011. Se incluyeron 17 estudios (6 ensayos controlados aleatorios (ECA) y 11 estudios observacionales), con un total de 2.263 pacientes (1.291 hombres y 972 mujeres), con una edad media ponderada de 45,44 años. Los diagnósticos del 86% de los pacientes estaban dentro del espectro psicótico mientras que el 14% tenían otros diagnósticos psiquiátricos. Los estudios duraron entre los 12 y 60 meses (10 de ellos, 24 meses). La RS incluyó variables de resultado sobre síntomas, funcionamiento y bienestar.
Con respecto a los síntomas, se encontró un efecto medio en los ECAs y estudios no aleatorios, en cuanto al funcionamiento se mostró grandes efectos para ambos tipos de diseños. Con respecto al bienestar fueron evidentes grandes y medianos efectos.
La RS concluye que el modelo de intervención RACT se distingue en que el equipo del RACT no sólo está formado por los profesionales sino también por el cliente y sus seres queridos. Además, el tratamiento se formula con las necesidades y deseos del paciente. Este tipo de enfoque refuerza la confianza en sí mismo y la competencia del paciente. El empoderamiento de este, a su vez, es la principal fuerza motriz para el progreso en el tratamiento. Las conclusiones del meta-análisis fueron que el tratamiento con el RACT produce efectos positivos para las personas con psicosis y que este método también puede ser de utilidad para todas las personas que se engloban dentro del espectro psiquiátrico.
También se ha seleccionado el análisis fenomenológico de un estudio cualitativo(2), con personas diagnosticadas de psicosis y sus familiares y/o amigos que se habían beneficiado de TAC. El análisis generó cinco temas: (a) programa TAC; (b) grupo de recursos; (c) empoderamiento del paciente; (d) avances en el tratamiento; y (e) administrador del caso. Todos juntos constituyeron un "círculo terapéutico", donde el paciente fue el actor principal que estableció sus metas y llevó a cabo su empoderamiento, y el administrador de casos fue el unificador y enlace para la conexión.
Como resultado de la participación activa del cliente y el fortalecimiento del empoderamiento (que parece ser la principal fuerza motriz) hubo mejoras cuantificables en el tratamiento.