No se han localizado guías de práctica clínica o protocolos de actuación en los que se revise el seguimiento clínico a seguir en mujeres que portan un implante mamario de silicona (prótesis no Poly Implant Prothèse [PIP]) por razones estéticas. Tampoco se han encontrado estudios en los que se mencione el momento idóneo de reemplazo de un implante mamario en una paciente asintomática.
Queda patente en la revisión realizada que este tipo de implantes ”no son para toda la vida” y que tras su colocación suele ser necesaria cirugía adicional, para reemplazo o eliminación, debido al riesgo inherente de deterioro y rotura de la prótesis, riesgo que aumenta con el tiempo transcurrido desde su colocación y que depende del tipo concreto de implante utilizado. En base a que la rotura del implante inicialmente no produce síntomas (rotura silente), algunos documentos comentan la posibilidad de someter a las mujeres a seguimiento mediante estudios de imagen periódicos (habitualmente con resonancia magnética [RM]) para determinar si se ha producido una rotura (intracapsular o extracapsular), situación ante la cual se recomienda la eliminación y/o reemplazo del material protésico. Sin embargo, no hay evidencia suficiete que permita establecer recomendaciones firmes en relación a este aspecto.
En un sumario de evidencia de Uptodate(1) sobre el uso de implante protésicos para reconstrucción mamaria tras mastectomía por cáncer de mama se hace mención a que la “Food and Drug Administration” (FDA) recomienda que todas las mujeres con implantes de silicona se sometan a una evaluación periódica mediante RM a lo largo de su vida para determinar si hay fugas (ruptura silenciosa), a partir de los 3 años después de la primera cirugía de implantación y posteriormente cada 2 años. Sin embargo, añade el sumario que hay poca evidencia que apoye la recomendación de RM periódica, que es una estrategia cara y que puede dar lugar a ansiedad y a los resultados falsos positivos que resulten en una cirugía innecesaria. Por lo tanto, la mayoría de los expertos coinciden en que la RM de mama debe ser utilizada como una prueba de diagnóstico confirmatorio y no ser utilizado para detección de ruptura del implante en mujeres asintomáticas.
Esta conclusión también la encontramos en otro sumario de evidencia de Uptodate(2) que revisa la utilización de la RM en la mama, en el que se indica, además, respecto a la evaluación de los implantes mamarios que la RM es la prueba de imagen más útil para detectar rupturas tanto intracapsulares y extracapsulares de un implante mamario de silicona, con una sensibilidad y especificidad de más del 90%. En este sumario se comenta además, que el factor de riesgo más importante para la rotura de los implantes mamarios de silicona es el tiempo transcurrido desde la colocación, ya que el 50% de los implantes se rompen después de 12 años.
En la información al paciente que ofrece la FDA(3) sobre la cirugía de implantes mamarios se señala, entre los aspectos a tener en cuenta por la mujer antes de someterse a esta intervención, que si se colocan implantes mamarios rellenos de gel de silicona, se tendrá que someter a exámenes periódicos con RM para detectar roturas que no causan síntomas y que el procedimiento de control recomendado es que estas mujeres con implantes de silicona se realicen una RM 3 años después de la colocación del implante y posteriormente cada 2 años.