Se han encontrado 2 Sumarios de Evidencias (SE) y 1 revisión narrativa, que incluye 2 Revisiones Sistemáticas con metanálisis y un Ensayo Clínico Aleatorio (ECA). En general concluyen que la práctica de cambiar la aguja entre la venopunción y la inyección dentro del frasco del hemocultivo disminuye levemente los índices de contaminación, aunque esta práctica se desaconseja ya que aumenta el riesgo de lesión por pinchazo de la aguja, por lo que se recomienda hacer la venopunción con sistemas de extracción por vacío (Vacutainer).
El SE de Uptodate(1) sobre hemocultivos para la detección de la bacteriemia, con respecto a la técnica de obtención de las muestras, recomienda que la sangre se extraiga directamente en los frascos de cultivo durante el procedimiento de punción venosa, en lugar de en tubos para su posterior transferencia, en el laboratorio, a los frascos de cultivo. Aunque no hace mención sobre la necesidad o no de cambiar la aguja antes de la inoculación en el frasco de cultivo.
También hace hincapié en que se debe utilizar una técnica cuidadosa para la extracción de la muestra, pues es fundamental para evitar la contaminación de los hemocultivos por la flora normal de la piel durante el proceso de recolección.
El SE del Joanna Briggs Institute(2) sobre los hemocultivos indica que se ha demostrado que la práctica de cambiar las agujas entre las venopunciones y de inyectar la sangre dentro del bote de muestra del hemocultivo, disminuye levemente los índices de contaminación (Nivel III). No obstante, esta práctica está desaconsejada, ya que aumenta el riesgo de lesión por pinchazos de aguja (Nivel III). Por otra parte, no se recomienda el uso sistemas de extracción de sangre al vacío (vacutainer) sin palomilla (Nivel IV) (Grado B). (*)
Una revisión narrativa(3), del 2014, revisa la literatura sobre los factores que influyen en la tasa de contaminación de los hemocultivos. Con respecto al cambio de agujas entre la toma de sangre para cultivo y la inoculación en los frascos de muestras, indica que se ha sugerido como un método para disminuir los índices de contaminación; esto se basa en la teoría de que la aguja utilizada para la flebotomía puede contaminarse. Esta conclusión se apoya en 2 RS con metanálisis: una de la RS con meta –análisis(4), realizada en 1995, señala que varios estudios han llegado a la conclusión de que el cambio de agujas antes de la inoculación en los frascos de hemocultivos no reduce la tasa de contaminación, aunque hay una tendencia constante hacia una reducción en el número de cultivos contaminados cuando la aguja se cambia antes de la inoculación. Se realizó el metanálisis de estudios que compararon prospectivamente los índices de contaminación de hemocultivos con y sin un cambio de la aguja antes de la inoculación. La tasa de contaminación ponderada global cuando la aguja se cambió antes de la inoculación fue de 2.0 %, en comparación con 3,7% cuando no se cambió la aguja. Dado que se asocian los hemocultivos contaminados con el aumento de los costes, (5,000 $ por paciente), la reducción en la tasa de contaminación podría generar un ahorro aproximado de 85,000 $ por cada 1.000 cultivos realizados. Se muestra la reducción de la contaminación de los hemocultivos cuando la aguja utilizada para la flebotomía se cambia antes de la inoculación. Esto debe tenerse en cuenta al fijar la política clínica con respecto al rendimiento de los hemocultivos. La segunda RS con meta –análisis(5), también muestra que hay una reducción significativa en las tasas de contaminación de cultivos de sangre si la inoculación se hace tras el cambio de aguja, aunque esto debe ser sopesado frente al riesgo de lesión por pinchazo. No se debe olvidar que existen dispositivos de transferencia de vacío (sistemas vacutainer) para evitar la necesidad de utilizar una aguja separada para inocular los frascos de cultivo de sangre, y estos aportan a los profesionales de la salud mecanismos de seguridad tras la retirada de la aguja del paciente. En Gran Bretaña los reglamentos Health and Safety Executive recomiendan el uso de objetos punzantes seguros que incorporen mecanismos de protección y, en consonancia con esto, la guía del Departamento de salud recomienda usar un set con alas en vez de jeringa y aguja para la toma de hemocultivos.
La revisión narrativa incluye también un ECA (6) posterior a las RS, que determina las tasas relativas a la contaminación de los hemocultivos tras la asepsia de la piel con 3 antisépticos diferentes (solución acuosa de povidona yodada al 10%, tintura de yodo el 2%, y gluconato de clorhexidina al 2% en alcohol isopropílico al 70%). Pero durante la técnica, además de la intervención señalada de antisepsia, se realizaron varias intervenciones: desinfectar los tapones de los frascos de cultivo con una gasa con alcohol; añadir un adaptador al tapón conectado a un dispositivo de recogida de mariposa para inocular la muestra en los frascos de cultivo, etc. Aunque no se realizó cambio de aguja antes de la inoculación de la sangre en los frascos de cultivo. Se incluyeron un total de 12.904 cultivos de sangre periférica en 3.879 pacientes. Resultaron positivos 735 cultivos (5,7%), 98 cultivos contaminados (de 92 pacientes), lo que representa el 13,3% de todos los cultivos positivos. La tasa global de contaminación de los hemocultivos para el período de estudio fue de 0,76% (intervalo de confianza 95%, 0,62% -0,92%). El acuerdo médico de verdaderos positivos frente a hemocultivos contaminados fue del 94,8% (697 de 735), originando un 5,2% de cultivos (K = 0,764) que requirieron la decisión de un tercer médico. No hubo diferencias en los organismos causantes de cultivos contaminados cuando se estratificó por el agente antiséptico. Ni fueron significativas las tasas de cultivos contaminados en los tres antisépticos. El cumplimiento general de las prácticas de flebotomía en el protocolo de estudio fue aceptable. Las auditorías al azar de 118 extracciones de sangre mostraron que las técnicas de flebotomía correctas fueron seguidas en tasas elevadas. Se concluye con respecto al cambio de aguja antes de la inoculación de la sangre en los frascos de cultivo, que aunque esta se ha asociado con la disminución de la contaminación, esta práctica no se empleó dado el mayor riesgo de lesiones por pinchazo. Si bien se encontró una excelente adherencia a la técnica aséptica y protocolo de estudio con las auditorías de observación, el número absoluto de auditorías realizadas era pequeño.
(*) Mirar Niveles de Evidencias y Grados de Recomendación en el texto original.