En base a la documentación seleccionada no se puede establecer de forma firme que la indicación en el posparto ejercicios de rehabilitación del suelo pélvico (ERSP) en mujeres sin síntomas de incontinencia urinaria (IU) tenga un efecto beneficioso en la prevención de la aparición posterior de incontinencia. Además, la guías de práctica clínica(1,2) y los sumarios de evidencia(3,4,5) revisados no incluyen información concreta sobre el tipo o intensidad de ERSP se deberían realizar o sobre el momento en el cual se deberían comenzar, en el caso de considerarse indicados.
En cuanto a la efectividad de la indicación posparto de los ERSP para la prevención de IU en mujeres que no tienen disfunción previa:
Dos guías de práctica clínica de NICE(1,2) comentan los resultados equívocos de los estudios que evalúan los beneficios de los ERSP en la prevención de la IU: mientras algunos de los trabajos muestran mejoras modestas en la prevalencia de IU posparto (aunque las diferencias en las tasas de prevalencia no se mantuvieron a largo plazo), otros estudios no encuentran beneficio.
El sumario de evidencia de Uptodate(5) sobre los trastornos del suelo pélvico asociados al embarazo y parto, revisa la efectividad de la utilización de ejercicios de fortalecimiento del suelo pélvico (ejercicios de Kegel) como estrategia preventiva y concluye, en base a los resultados contradictorios de los trabajos relacionados, que no se puede sugerir la realización de ejercicios de fortalecimiento del suelo pélvico durante el embarazo o en el posparto para la prevención de la IU (Grado de recomendación 2B: recomendación débil; enfoques alternativos pueden ser mejores en algunos pacientes bajo ciertas circunstancias).
Una revisión sistemática de la Cochrane publicada en 2008(6) sobre la efectividad del entrenamiento de la musculatura del piso de la pelvis para la prevención y tratamiento de la incontinencia fecal y urinaria en mujeres antes y después del parto, respecto al papel preventivo de los ERSP realizados en el periodo posparto encuentra que no hubo diferencias estadísticamente significativas de la prevalencia de IU en las mujeres asignadas al azar a un programa de entrenamiento del suelo pélvico después del parto o al control en:
- el período postnatal medio, a los seis meses (RR 0,97; IC del 95%: 0,85 a 1,09); o
- período postparto tardío, a los 12 meses (RR 0,94; IC del 95%: 0,75 a 1,16).
Como conclusión se establece en la revisión, con respecto a los ERSP después del parto, que parece que es un tratamiento efectivo en las mujeres que tienen IU o incontinencia fecal (IF) persistente después del parto pero que está menos claro si hay beneficios con un enfoque poblacional de un programa de entrenamiento posnatal (o sea ofrecer ERSP a todas las mujeres después del parto, iniciarlo en las salas de atención postnatal, independientemente del estado de continencia urinaria) para reducir la prevalencia de IU o IF después del parto; en particular, si el programa de entrenamiento apenas es suficiente en cuanto a la dosis de ejercicio o a la supervisión. Se añade que, basado en los ensayos publicados hasta la fecha y siguiendo un enfoque a nivel poblacional, la estrategia posnatal más beneficiosa parece ser ofrecer una enseñanza individual del programa de fortalecimiento del suelo pélvico a mujeres potencialmente en mayor riesgo de incontinencia posnatal, como después de un parto con fórceps o un parto vaginal de un recién nacido grande. Sin embargo, también se indica que no hay suficientes pruebas para sugerir si los efectos persisten a largo plazo.
El autor de la evaluación crítica de esta revisión(7) concluye de igual forma que, sobre la base de la evidencia existente hasta la fecha, el uso más beneficioso de los ERSP después del parto sería en forma de un programa de entrenamiento muscular enseñado individualmente a las mujeres en mayor riesgo de incontinenciaposparto, por ejemplo, después de un parto instrumental, el parto vaginal de un bebé grande, o tras un desgarro perineal de tercer grado. Sin embargo, considera que persisten dudas sobre si el efecto del entrenamiento muscular persiste a largo plazo después del parto o si es útil para las mujeres multíparas.
No se han localizado ensayos clínicos aleatorios posteriores a esta revisión sistemática en los que se analice el papel preventivo de los ERSP respecto a la IU.
Por último comentar que se ha localizado un ensayo clínico aleatorizado(8) realizado en una muestra de 75 mujeres primíparas para evaluar los efectos del entrenamiento muscular del suelo pélvico después del parto vaginal sobre la función sexual. En este estudio las mujeres, en el cuarto mes posparto, se asignaron al azar a recibir el entrenamiento (n = 37) o no recibirlo (control, n = 38) y fueron reevaluadas en el séptimo mes del posparto. Los resultados mostraron mejores resultados en la función sexual en el 7º mes en comparación con el 4º mes en ambos grupos (p <0,05). Sin embargo, la excitación sexual, lubricación, orgasmo, y las puntuaciones de satisfacción mejoraron de forma significativa en el 7º mes en el grupo de entrenamiento (p <0,001), pero no de manera significativa en el grupo control (p > 0,05). También se encontró un aumento de la fuerza muscular del suelo pélvico en el 7º mes, en el grupo de entrenamiento (Wilcoxon rank test, Z = 4,123, p <0,001), mientras que no hubo diferencias significativas entre las mediciones del mes 4 º y 7 º en los controles (p > 0,05). Por tanto, se concluye que el entrenamiento del suelo pélvico mejora la función muscular del suelo, y que, comenzando después el puerperio, el ejercicio parece tener efectos positivos sobre la función sexual femenina.