Tras la revisión realizada no es posible establecer afirmaciones concluyentes sobre el efecto que la introducción de suplementos alimentarios (fórmulas infantiles) durante la fase precoz tras el nacimiento, tendrá en la tasa de lactancia materna (LM) exclusiva a los 6 meses; debido principalmente a las limitaciones metodológicas de los estudios localizados (básicamente estudios observacionales) y al corto periodo de seguimiento de la mayor parte de los mismos. Sin embargo, los estudios observacionales muestran posibles efectos negativos de la administración de suplementos alimentarios en los primeros meses en el lactante, sin causa médica que lo justifique, en la duración global de la LM. En general, toda la documentación revisada aboga por apoyar la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de que, como política general, se mantenga la LM exclusiva, sin alimentos ni líquidos adicionales, durante los primeros 6 meses después del nacimiento.
No se han encontrados ensayos clínicos aleatorios que comparasen el efecto de la LM exclusiva durante los primeros meses versus la LM complementada con leches artificiales respecto al mantenimiento de la LM exclusiva a los 6 meses.
En 1985 Gray-Donald y cols. publicaron los resultados de un ensayo clínico controlado (no randomizado)(1) sobre el efecto de la restricción en los suplementos de leche artificial sobre la duración de la lactancia. En una de las dos salas cuna, se informó a las enfermeras sobre la nueva norma para restringir los suplementos. La otra sala servía de control. Dos semanas después de la intervención dirigida a enfermería, las madres eran asignadas, según la disponibilidad de camas, a una u otra sala. En la sala de intervención se promovía la LM y los suplementos de leche sólo se daban en algunos casos (como en las primeras 24 horas después de una cesárea); los recibieron el 37 % de los niños. En la sala de control, se administraban suplementos a discreción del personal de enfermería; los recibieron el 85 % de los niños. El suero glucosado se usaba igual en las dos salas, 45 ml por niño y día. A las 4 y 9 semanas, el porcentaje de madres que daban el pecho y suplemento de leche una vez al día o menos era similar en los dos grupos (71 frente a 68 % y 55 frente a 54 %, respectivamente). Los autores concluyeron que la necesidad de suplementos puede ser un marcador de problemas iniciales con la lactancia, pero no encontraron bases para decir que el dar suplementos causase el abandono de la lactancia.
En un documento de consenso publicado por la Organización Mundial de Salud en 1998(2) los autores revisaron la bibliografía para identificar los estudios publicados relativos a cada uno de los "Diez Pasos hacia una Feliz Lactancia Natural" y al evaluar el efecto sobre la LM de la administración de alimentos prelácteos (leche artificial, suero glucosado o agua a los recién nacidos, antes de la primera toma de leche materna) y suplementos (leche artificial, suero glucosado o agua, administrados de forma coincidente con la LM) en el hospital o en la fase precoz tras el alta de la maternidad, encuentran que, en general, estas prácticas, sin razones médicas que las justifiquen, suponen un factor de riesgo para el abandono precoz de la LM. Sin embargo, sólo uno de los estudios referenciados analizó la tasa de LM exclusiva en niños de hasta 6 meses, en el resto el seguimiento fue de ≤ 4 meses. En el estudio descriptivo mencionado(3), que evaluó retrospectivamente los datos de una muestra de 714 mujeres con hijos de 0 a 6 meses de edad, la administración de alimentos prelácteos a base de leche se asociaba negativamente con la lactancia materna exclusiva (odds ratio = 0,19; intervalo de confianza del 95 % = 0,08–0,43) y con la lactancia materna en general (OR = 0,21, IC del 95 % = 0,09–0,48).
La segunda edición de un libro que revisa la evidencia publicada en relación a la LM(4) incluye un apartado en relación a la suplementación precoz de los lactantes y respecto a los efectos de estos suplementos en la intensidad y duración de la lactancia materna comenta igualmente que:
- Los estudios realizados desde la década de los 70 muestran que la introducción de sustitutos de la leche materna (agua o fórmulas infantiles), en el hospital o en el primer mes de vida, tiene un consistente efecto negativo en la duración de la lactancia materna.
- La suplementación, sin condición médica de base que la justifique, reduce significativmente la duración de la LM exclusiva y mixta; sin embargo la suplementación por razones médicas no muestra este efecto en la intensidad o duración de la LM.
- Respecto a la tasa de LM exclusiva prolongada en niños alimentados precozmente sólo con leche materna frente a otros que recibieron suplementos, se hace referencia a un estudio prospectivo(5) en el que se siguió a dos muestras de madres con recién nacidos a término sanos (120 y 223 mujeres, respectivamente) durante 5 meses tras el parto (o hasta el momento del destete). Este estudio encontró una tasa de LM a las 20 semanas después del parto significativamente mayor en las madres que informaron de alimentación exclusivamente con leche materna durante la segunda semana después del parto en comparación con las madres que amamantaban y complementaban la alimentación con fórmulas infantiles (63,0% y 59,7%, respectivamente, entre las madres con LM exclusiva frente a un 28,1% y 24,2%, entre las madres que usaron leches artificiales).
Se resumen además los resultados de tres estudios considerados de interés y seleccionados por ser los de más reciente publicación:
Un estudio transversal publicado en 2011(6) evaluó la asociación entre la alimentación con lactancia mixta (utilización de fórmulas infantiles en combinación con LM) iniciada en la primera semana de vida y la duración global de la LM. La muestra analizada en el estudio incluyó a 6788 niños de 0-71 meses, de los cuales el 8% recibía lactancia mixta y el 55% eran exclusivamente alimentados con leche materna. El análisis de los resultados mostró que la lactancia mixta se asociaba con una disminución de la duración global de la LM: el 65% de los niños del grupo de LM exclusiva seguía con LM a los 4 meses, en comparación con sólo el 40% del grupo de lactancia mixta (p < 0,001) (destacan, sin embargo, que estas diferencias en la duración de la LM no se observaron en los subgrupos de población hispana o negra).
Otro estudio transversal de 2008(7) analizó los factores asociados al cese de la LM antes de los 12 meses en una muestra de madres de 1230 niños de entre 0 y 5 años de edad que habían dejado de ser amamantados al menos 15 días de su inclusión en el estudio. Para ello las madres contestaban un cuestionario que indagaba sobre las razones de haber abandonado la LM. El análisis de los resultados encontró que, entre los factores de riesgos significativos para el cese de la LM antes de los 12 meses, estaba el hecho de que el niño no estuviese exclusivamente alimentado con leche materna a los 3 meses (riesgo relativo para el cese de la LM antes de los 12 meses= 6,10, intervalo de confianza del 95% de 2,36-15,80) o a los 6 meses (RR = 4,14, IC 95% de 2,55-6,70).
Un estudio de cohortes previo(8) , en el que participaron 923 niños nacidos a término (aunque se recogieron datos de 502 de los niños), el patrón de alimentación en la primera semana de vida fue: LM exclusiva 34% (172 de los lactantes), lactancia artificial exclusiva 56% (278), y lactancia mixta 10% (52). Tras el seguimiento de los niños, los autores observaron que mientras que el 48% de los niños del grupo de LM exclusiva continuaban con LM exclusiva a las 6 semanas, sólo el 15% de los niños que recibieron suplementos desde la primera semana (grupo de lactancia mixta) seguía alimentándose exclusivamente con LM a las 6 semanas.