Se han encontrado tres Guías de Práctica Clínica (GPC) que hacen recomendaciones sobre el mantenimiento de los puertos implantables (PI)(*):
La primera GPC(1), con pautas a seguir durante la terapia con infusión, con respecto al mantenimiento de los PI, recomienda una concentración de 100u/ml de heparina en 1 ml de salino al 0.9%, señalando que, en estos dispositivos, se debe realizar con una frecuencia de cada 4 semanas.
Una segunda GPC(2), para el manejo de dispositivos de acceso venosos centrales (AVC) en adultos recomienda, con respecto al protocolo de purgas de los PI, utilizar una solución de 10ml de suero salino al 0.9% +/- 5ml de solución salina heparinizada (10u/ml).
la tercera GPC(3), para el manejo de los dispositivos de AVC en pacientes adultos oncológicos, señala entre las recomendaciones de consenso, que para el sellado de los PI (por ejemplo Port-A-Cath) se debe utilizar una solución de 5 ml de heparina, con una concentración de 100 u/ml.
Las tres GPC marcan una frecuencia mensual de la técnica; y las dos últimas(2,3) añaden además que también se debe realizar después de cada acceso al puerto implantable. La segunda GPC(2) remarca que las diferencias entre los distintos PI requiere seguir las directrices de los fabricantes.
(*) Las tres GPC consideran el PI como un dispositivo de acceso venoso central, implantado (y extraído) bajo la piel quirúrgicamente, compuesto por dos elementos: un reservorio con tabique autosellado y una sonda.
También se han encontrado dos monografías:Una monografía(4) sobre las características, indicaciones, contraindicaciones, implantación, mantenimiento y cuidados de los Reservorio Venosos Subcutáneo (RVS) y demás catéteres venosos de larga duración. En ella se indica que los RVC se tienen que heparinizar en los siguientes momentos:
- Durante la implantación (tras comprobar la inexistencia de hematoma o seroma a nivel de la zona disecada, se retira el Suero Salino Fisiológico (SSF) puesto previamente y se hepariniza el RVS;
- En el protocolo post-implantación, señala que hay que heparinizarlo si el RVS no viene pinchado de quirófano, pinchándolo a las 48-72 h. (cuando haya disminuido la inflamación) y comprobar que refluye sangre;
- También hay que realizar heparinización (sellado) del reservorio durante sus cuidados, con una jeringa (de 20 ml) con suero salino heparinizado a una concentración de 20 U.I./ml.
- Después de la quimioterapia tipo VM 26 y 5-fluoracilo, cambiando o retirando también la aguja;
- Cada 7 días cuando el reservorio esté funcionante, coincidiendo con el cambio de aguja;
- f) cuando se hace una extracción de sangre y después de cada uso cuando no se vaya a utilizar (más de 5 min);
- Periódicamente cada mes para mantener la permeabilidad.
La otra monografía(5), sobre implantación y cuidados de los accesos vasculares, de la Asociación de Enfermería de Equipos Venosos, hace las siguientes recomendaciones para los cuidados de los RVS:
- Con respecto a los cuidados intraluminales, heparinizar con presión positiva inyectando 3 ml heparina concentración 20 UI/ml, si el catéter queda parado o en reposo.
- Para el sellado del catéter recomienda realizar el procedimiento del sellado del catéter con 3 ml de heparina de baja concentración (20 UI/ml) (Fibrilin®) fi 60 UI, utilizando envase monodosis para cada paciente.
- Heparinizar tras cada manipulación.
- Utilizar sistema de "flus" (lavado del catéter mediante flujos con la jeringa, que ejerce unas turbulencias dentro del catéter que permiten la limpieza correcta de las paredes de los mismos) y presión positiva para sellado del catéter (dejar unas décimas de heparina en la jeringa mientras se produce el clampado). La realización de estas técnicas es sumamente importante, ya que la suma de ambas permite mantener las paredes del catéter limpias y evita la entrada de sangre dentro del catéter. Utilizar jeringas de 10 ml (producirán menor fatiga del material del catéter). Asimismo, puede realizarse la heparinización directamente en bolus, usando una aguja especial. Cambiar el sellado con heparina cada 10-12 semanas si el catéter está en reposo, revisando la permeabilidad de éste.
- En las recomendaciones generales indica: a) lavar el catéter antes de iniciar la administración para eliminar restos de heparina; b) el caudal de flujo máximo recomendado para una técnica de heparinización es de 5 ml/min, para reducir al mínimo el reflujo sanguíneo en el interior del catéter; y c) registrar siempre la fecha de la última heparinización (tanto en reservorio con tratamiento activo como en reposo).
Con respecto a si la heparinización continuada del reservorio tiene efectos contraproducentes en pacientes con porfiria, no se ha encontrado investigación.