Se han localizado dos Revisiones Sistemáticas (RS) que comparan el uso de la solución salina (SS) con la solución heparinizada (SH) para el mantenimiento de la vía arterial. Ambas coinciden en señalar que, aunque los estudios realizados hasta ahora no son de suficiente calidad metodológica, no se considera necesario agregar heparina a la SS normal al 0,9% para mantener la permeabilidad y la funcionalidad de los catéteres arteriales. Recomiendan la realización de nuevos estudios. También se ha localizado una Guía de Práctica Clínica (GPC) sobre normas para la terapia de infusión que hace recomendaciones con respecto al mantenimiento de la permeabilidad de los dispositivos de acceso vascular, sin detallar como debe ser en las vías arteriales. Por otra parte, un Sumario de Evidencias (SE) de Uptodate, realiza recomendaciones según si hay o no contraindicaciones a la heparina.
Una de las RS (2012)(1) evalúa la efectividad de la SS comparada con la SH en el mantenimiento de la permeabilidad del catéter arterial (CA) en las UCI. Se han identificado y analizado 2 metaanálisis y 6 Ensayos Clínicos Aleatorios (ECAs). Uno de los metaanálisis y 2 de los ECAs avalan el uso de heparina para mantener permeable el CA periférico. El resto, sin embargo, no encontraron diferencias significativas al comparar la permeabilidad del CA entre el grupo control (salino) e intervención (heparina). Finalmente señalan que los últimos estudios sugieren que no es necesario el uso de heparina para mantener permeable el CA. El uso de SS para evitar la obstrucción del catéter arterial es más segura para el paciente y no solo garantiza la excelencia en el cuidado del paciente crítico sino que puede ahorrar costes. Desde esta revisión se plantea la realización de un estudio multicéntrico a nivel nacional para poder implantar el uso de la SS.
La otra RS (2014)(2) evalúa si la SS normal es tan eficaz y segura como la heparina en el mantenimiento de la permeabilidad de los catéteres intravasculares arteriales en pacientes adultos sin un trastorno hematológico.
Se incluyeron siete estudios (606 participantes). Todos los ensayos tuvieron un riesgo de sesgo incierto a alto. Dado el alto grado de heterogeneidad clínica y estadística de los estudios incluidos, no se realizó metaanálisis. Los resultados de los estudios individuales que compararon la heparina en una dosis de 1 a 2 UI/ml bajo presión continua fueron imprecisos y no proporcionan evidencia definitiva. La diferencia observada con una dosis de heparina mayor, a 4 UI/ml, provino de un solo estudio (30 participantes) y la calidad de los datos obtenidos fue deficiente. La consistencia en la evaluación y la notificación de eventos adversos como el hematoma, la infección en el sitio de inserción y la isquemia de extremidad también fue deficiente. Los autores consideran que se necesitan estudios de investigación adicionales con medidas de resultado primarias y secundarias bien definidas que utilicen un proceso de muestreo estratificado que contenga las diferentes dosis de heparina utilizadas habitualmente en la práctica clínica para confirmar las tendencias observadas en los resultados de los estudios de investigación actualmente informados en la bibliografía. Concluyen que la evidencia disponible es de calidad deficiente debido al riesgo de sesgo y no proporciona suficiente información para apoyar los efectos de agregar heparina (1 a 2 UI/ml) a una solución de mantenimiento (presurizada para suministrar 3 ml de solución de lavado por hora) de SS normal al 0,9% para mantener la permeabilidad y la funcionalidad de los catéteres intraarteriales.
La GPC del 2016 de estándares para la terapia de infusión(3), con respecto al mantenimiento de la permeabilidad de los dispositivos de acceso vascular, no detalla como debe ser en las vías arteriales específicamente, aunque hace las siguientes recomendaciones generales:
- Se debe usar cloruro de sodio estéril al 0,9% para enjuagar y bloquear los lúmenes de los catéteres a los que se accede con frecuencia.
- El volumen de la solución de lavado puede variar dependiendo del paciente, el dispositivo, el tamaño del catéter y la naturaleza y el tipo de infusión/medicación. Un mínimo es al menos el doble del volumen del catéter.
- Limpiar con una solución de cloruro de sodio al 0,9% para asegurar y mantener la permeabilidad debe realizarse antes, entre y después de la administración de medicamentos y/o soluciones incompatibles.
- Cuando se identifique cualquier riesgo de incompatibilidad con SS, se deben seguir las políticas locales.
- Los anticoagulantes sistémicos no deben usarse rutinariamente para prevenir infecciones del flujo sanguíneo relacionadas con el catéter.
Similares recomendaciones generales encontramos en la GPC sobre Terapia Intravenosa con Dispositivos no Permanentes en adultos publicada en Guíasalud en 2014.(4)
Por su parte, el SE de Uptodate sobre los Catéteres Arteriales(5) recomienda, para los pacientes que no tienen contraindicación a la heparina (p. ej., Trombocitopenia inducida por heparina), el uso de solución de lavado heparinizada sobre una solución de limpieza no heparinizada (Grado de recomendación 1B: fuerte recomendación; aplicable a la mayoría de los pacientes ). Para los pacientes que tienen una contraindicación a la heparina, una solución de 1,4% de citrato de sodio es una alternativa aceptable.