No se han encontrado evidencias con respecto al uso de jeringas estériles precargadas con suero salino para el mantenimiento de las vías venosas centrales de larga duración tras la extracción de sangre o administración de fármacos.
Se ha encontrado una Guía de Práctica Clínica (GPC) (1) acerca del cuidado y mantenimiento de los dispositivos de acceso vasculares que recomienda, para reducir complicaciones, que enfermería mantenga el catéter sin obstruir para asegurar la fluidez del catéter durante la terapia usando técnicas que lo limpien con un chorro de alguna solución teniendo en cuenta las características del paciente, del dispositivo y de la infusión, que pueden contribuir a la obstrucción del catéter. Con respecto a la toma de muestras de sangre recomienda la GPC que se reduzca al mínimo el acceso al dispositivo venoso central (DVC) para reducir el riesgo de infección y la pérdida nosocomial de sangre (Nivel de Evidencia = IV).
Con respecto a los posibles efectos secundarios no deseables de esta práctica la GPC dice que una excesiva presión al limpiar el catéter puede hacer que posibles coágulos sean desalojados, o que se produzca la separación y/o ruptura del catéter. Para evitar esto, recomienda que se utilice una jeringuilla de 10 ml (o más grande).
En otra Guía de Práctica Clínica (2) sobre pautas para el cuidado de los DVC del comité británico para los estándares en hematología recomienda que, dado que es esencial mantener libre la luz del catéter, un método positivo es limpiarlo con un líquido a cierta presión, pero que sigue siendo polémico si hacerlo con heparina frente a sellados intermitentes salinos normales.
La GPC realiza recomendaciones de limpieza, según el tipo de catéter:
- Catéter no tunelado: cuando es utilizado intermitentemente o semanalmente, lavar después de cada acceso con una solución de 10 ml de salino al 0.9% +/- 5 ml. solución salina heparinizada (10 u/ml).
- Catéter tunelado (*): después de cada acceso o semanalmente lavar con una solución de 10ml de salino al 0.9% +/- 5 ml solución salina heparinizada (10 u/ml).
- Catéter con puerto (*): después de cada acceso o mensualmente lavar con una solución de 10 ml de salino al 0.9% +/- 5 ml solución salina heparinizada (10 u/ml). En este caso recomienda no utilizar una jeringuilla menor de 10 ml de tamaño, para evitar la ruptura del catéter.
- En catéter para transfusión/diálisis: después de cada acceso o semanalmente, lavar con 100 ml de salino al 0.9% mas 1000 u/ml o 5000 u/ml, según volumen del catéter. (Hay que calcular el volumen del espacio muerto para evitar la heparinización del sistema, impreso generalmente en el lumen del DVC).
(*) Las variedades de válvulas requieren limpiar con 10 ml al 0.9% de solución salina. No se requiere heparina. Aunque siempre se han de seguir las recomendaciones de los fabricantes. También señala la importancia del tamaño de la jeringuilla, ya que las más pequeñas crean una mayor presión y puede contribuir a la ruptura del catéter si es excesiva. Por lo que recomienda que sean a partir de 10 ml.
Los Estándares para la terapia de la infusión (3) del Royal College of Nursing aseguran que para evitar incompatibilidades entre fármacos administrados a través del catéter este se debe limpiar. Aconseja que se realice antes, entre y después de la administración de medicaciones y/o de soluciones incompatibles. También se deben limpiar después de la toma de una muestra de sangre con suficiente volumen de una solución al 0.9 % de cloruro de sodio para despejar el catéter de la sangre residual.
De la misma manera recomienda que, para mantener el lumen del catéter permeable, se debe limpiar rutinariamente con un chorro de cloruro de sodio al 0.9% y los DVC con un anticoagulante (generalmente heparina 10 u/ml de cloruro de sodio al 0.9%) cuando el dispositivo no está en uso regular, a menos que sea aconsejado de otra manera por el fabricante. El volumen de la solución debe ser igual o al menos dos veces el volumen del catéter y de los dispositivos adicionados, generalmente 5-10 ml. La frecuencia debe ser de cada 8 horas para los DVC con acceso a corto plazo y semanalmente para los dispositivos venosos centrales con acceso a largo plazo, a menos que problemas oclusivos indiquen otra cosa.
Recomienda que el cloruro de sodio se introduzca a pequeños intervalos, lo que produce una presión positiva que retira los restos de las paredes del catéter,