La terapia de Maggot se muestra eficaz para el desbridamiento del tejido necrótico en lesiones por presión (LPP). La información contenida en los documentos consultados sugieren además que es una intervención segura aunque su aplicación produce cierto rechazo entre los pacientes.
El Sumario de Evidencia (SE) de UpTodate sobre principios básicos en el manejo de las heridas(1), describe el desbridamiento biológico (terapia de Maggot [TDM] o terapia larvaria) como un método de desbridamiento de heridas, en el que se utilizan las larvas de la mosca azul australiana (Lucilia [Phaenicia] cuprina) o la mosca verde de la botella (Lucilia [Phaenicia] sericata). Indica que la TDM se puede utilizar como un puente entre otros procedimientos de desbridamiento, o para el desbridamiento de heridas crónicas cuando no es posible realizar el desbridamiento quirúrgico. En algunos casos, también puede reducir la duración de la terapia antibiótica.
Añade que la TDM se ha utilizado en el tratamiento de úlceras venosas y diabéticas, LPP y en otras heridas agudas y crónicas. Las larvas secretan enzimas proteolíticas que licúan el tejido necrótico y posteriormente lo ingieren dejando intacto el tejido sano. La investigación realizada sugiere que la TDM tiene beneficios adicionales, incluida la acción antimicrobiana y la estimulación de la cicatrización de heridas. Sin embargo, los ensayos clínicos aleatorios (ECA) no han encontrado reducciones en el tiempo de cicatrización de heridas en comparación con la terapia estándar. La TDM parece ser equivalente al hidrogel en términos de costo. Los cambios de apósito en la TDM incluyen la aplicación de un apósito perimetral y un apósito de cobertura de malla (gasa) que ayuda a dirigir las larvas hacia la herida y limita su migración. Las larvas generalmente se cambian entre las 48 a 72 horas. También pueden aplicarse dentro de una "biobolsa" prefabricada, que facilita la aplicación y el cambio de apósito.
La desventaja principal de la TDM se relaciona con las percepciones negativas sobre su uso por parte de los pacientes y los profesionales sanitarios. Este SE recoge un ECA(2) en el que se identificó que aproximadamente el 50% de los pacientes indicaron que preferirían la terapia convencional de heridas en lugar de la TDM; sin embargo, el 89% de los pacientes asignados aleatoriamente a la TDM dijeron que se someterían nuevamente a este tratamiento en caso necesario.
La Guía de Práctica Clínica internacional sobre prevención y tratamiento de las LPP(3) describe que en la TDM los gusanos estériles producen una mezcla de enzimas proteolíticas que incluyen colagenasa, alantoína y otros agentes con actividad antibacteriana de amplio espectro. La TDM no debería utilizarse en casos de exposición de vasos sanguíneos, infecciones agudas que pongan en peligro la vida o las extremidades, úlceras que requieran inspecciones frecuentes, tejido óseo o tendinoso necrótico o deterioro circulatorio significativo como para afectar la capacidad de curación. Menciona una serie de casos comparativa de personas con LPP (n = 103, con N = 145 LPP) tratados con TDM en comparación con el desbridamiento convencional, que informó de un desbridamiento más rápido y de una formación de tejido de granulación en aquellos tratados con TDM (0,8 cm2 frente a 1,2 cm2 por semana, p = 0,003)(4) (Nivel 3)*.
En el documento de consenso internacional sobre mejores prácticas para el desbridamiento de heridas(5) (traducido al español e incluido entre las publicaciones que recoge el Grupo Nacional para el Estudio y Asesoramiento de Úlceras por Presión y Heridas Crónicas [GNEAUPP]), se indica que mediante el desbridamiento biológico se descompone el tejido desvitalizado dejando intacto, al mismo tiempo, el tejido sano y se preservan estructuras profundas como tendones, ligamentos y huesos. Las larvas también tienen propiedades antimicrobianas, ayudando a reducir la carga bacteriana en la herida. Las indicaciones clave para el desbridamiento biológico incluyen heridas con tejido necrótico, esfacelo o presencia de biopelícula. El desbridamiento biológico generalmente se tolera bien, aunque los pacientes sensibles pueden ser conscientes del movimiento de las larvas. Se debe considerar el uso de una barrera cutánea para evitar la irritación de la piel debido a la secreción larvaria.
Una revisión sistemática (RS)(6) cuyo objetivo fue explorar la efectividad de la TDM en comparación con los apósitos de hidrogel (AH) en el tratamiento de heridas crónicas, incluyó cinco estudios (tres ECA, uno de cohortes y un ensayo retrospectivo), que involucraron a 580 pacientes con heridas crónicas (úlceras venosas, LPP y úlceras de pie diabético); algunos pacientes tenían más de una herida. En todos los estudios, la TDM facilitó un desbridamiento más rápido y efectivo del tejido no viable. Permitió un desarrollo más rápido del tejido de granulación y disminuyendo la superficie de la herida en comparación con los AH. La TDM no tuvo efecto sobre la infección o la tasa de curación completa de la herida. Los autores indican que la TDM es útil para acelerar el desbridamiento de las heridas, el desarrollo del tejido de granulación y la reducción de la superficie de la herida, así como en caso de que esté contraindicado el desbridamiento quirúrgico.
Por último, se ha seleccionado una RS(7) de reciente publicación, en la que se incluyeron doce estudios, y que tuvo como objetivo revisar la literatura que aborda las percepciones y potenciales problemas de salud en relación a la TDM en personas con heridas de difícil cicatrización. Los resultados sugieren que la TDM es un método seguro y altamente efectivo. Algunos estudios indicaron molestias por parte de los pacientes, relacionadas con la sensación de picazón, dolor y desagrado ante la idea de tener gusanos en la herida. Los factores que aumentan el nivel de aceptación del paciente para la TDM son principalmente la cronicidad de la herida difícil de curar y su impacto negativo en la calidad de vida. Los pacientes que expresaban más rechazo fueron mujeres mayores de 70 años. Los autores sugieren que la educación adecuada del paciente y la relación paciente-enfermera son los factores principales en la aceptación de la TDM por parte de los pacientes.