Una Guía de Práctica Clínica (1) para el cuidado de adultos mayores de 65 años, tras cirugía de fractura de cadera, afirma que la retención urinaria ocurre aproximadamente en el 40% de pacientes tras la cirugía; habiendo varias formas para manejar la retención, aunque hay pocos ensayos clínicos relevantes sobre cual es la mejor forma. Pero asocia el sondaje vesical permanente rutinario al retraso de la vuelta al normal funcionamiento, por lo que no lo recomienda y si recomienda el sondaje intermitente (cada 8 horas) pues da lugar a una restauración más rápida de la evacuación normal que la sonda permanente.
En otra Guía de Práctica Clínica ( 2) para el cuidado postoperatorio de adultos en Escocia, recomienda por consenso, que a los pacientes con problemas circulatorios se les debe realizar sondaje vesical y medir la orina cada hora. Y considerar la colocación de sonda en pacientes que no han orinado tras cuatro horas de la intervención. Excluyen a pacientes obstétricos, a mujeres embarazadas y a pacientes con fractura de cadera.
Un ensayo clínico aleatorio controlado (3) fue realizado con 106 pacientes comparando el drenaje vesical transuretral de tres a cinco días, con o sin reeducación vesical para prevenir el síndrome posquirúrgico de retención en la cirugía vaginal. Distribuyeron a los pacientes en tres grupos: el primero con 37 mujeres a quienes el drenaje fue retirado en 24 horas; al segundo grupo le fue retirado en 72 horas y al tercero le fue quitado en 72 horas con reeducación vesical previa. Los resultados demostraron que las pacientes a las que se les retiró antes el drenaje presentaron una frecuencia menor de retención de orina después de la cirugía.(24.3% vs 30.7% y 43.7%).
Otro ensayo clínico aleatorio controlado (4) con 110 pacientes en cirugía de resección abdominoperineal o resección anterior baja del intestino. Aquí, los pacientes fueron asignados en función del sexo y del tipo de cirugía. . El programa de entrenamiento de la vejiga que seguía a la resección abdominoperineal redujo perceptiblemente la tasa de disfunción urinaria en mujeres pero no en hombres. Las diferencias marcadas en tasas de la disfunción fueron relacionadas con el tipo de cirugía, del género, y de cirujano.
En otro ensayo clínico aleatorio controlado (5) , realizado en Holanda, para determinar si el sondaje urinario prolongada de la vejiga después de la cirugía vaginal del prolapso es ventajoso, agrupó a las pacientes en dos grupos: en el primero (n=50) se les retira la sonda al quinto día después de la operación y en el segundo (n=50) a la mañana siguiente de la operación. Los volúmenes residuales que excedían 200 ml y la necesidad de repetir el sondaje ocurrieron en el 9% en el grupo estándar prolongado de sondaje contra el 40% de pacientes en el grupo no prolongado (OR 0.15, 95% IC 0.045-0.47). Los cultivos positivos de orina fueron encontrados en el 40% de casos en el grupo prolongado estándar del sondaje comparado con el 4% en el grupo no prolongado (OR 15, 95% CI 3.2-68.6). La duración media de hospitalización fue de 7 días en el grupo prolongado estándar y de 5.7 días en el grupo no prolongado (P < 0.001). Concluyen los autores en que es preferible el retiro de la sonda urinaria a la mañana siguiente de la cirugía y solamente se debe realizar un sondaje prolongado cuando hay indicaciones específicas.
No se han encontrado otros documentos que comparen reeducación vesical frente a retirada directa del sondaje vesical en términos de aparición de globo vesical.