[El grupo consultivo nacional para las Úlceras por Presión de EE.UU (National Pressure Injury Advisory Panel, NPIAP, por sus siglas en inglés) hizo cambios en su clasificación en abril de 2016 y sugirió usar la terminología "lesión por presión" (LPP) en lugar de "úlcera por presión" (UPP) para describir estas heridas(1). Este cambio ha sido asumido por toda la comunidad científica (2,3)]
Todos los documentos consultados, relacionados con la prevención de LPP, son unánimes en recomendar el uso de una herramienta de evaluación del riesgo(4-13) en la prevención de las LPP. Las recomendaciones encontradas sugieren que se realice una revisión regular (diaria en circunstancias de mayor riesgo) del estado de la piel y una revaloración del riesgo siempre que se produzca un cambio clínico en las condiciones del paciente y de su entorno de cuidados.
Las recomendaciones(4-13) sobre la valoración del riesgo de LPP destacan:
- Utilizar un abordaje estructurado.
- Incluir una valoración integral de la piel.
- Complementar el uso de un instrumento de valoración del riesgo con la valoración de otros factores de riesgo.
- Interpretar los resultados de la valoración utilizando el juicio clínico.
- Valoración de la piel y los tejidos prestando atención especial a las zonas vulnerables, como las prominencias óseas (N.E: DBP)*, lo antes posible durante la visita domiciliaria/tras el ingreso/traslado al centro o institución sanitaria, como parte de cada valoración de riesgo, con regularidad, según lo indicado para el grado de riesgo de LPP de la persona y antes de recibir el alta del centro o institución sanitaria.
El sumario de evidencia (SE) de Uptodate sobre epidemiología, patogénesis y evaluación del riesgo(6) señala que identificar a los pacientes en riesgo de LPP es fundamental para prevenirlas. Recomienda un seguimiento regular para identificar cualquier cambio en la condición clínica del paciente, y que se deben realizar inspecciones diarias de la piel para detectar la evidencia temprana de daño cutáneo inducido por presión. Se pueden iniciar o cambiar intervenciones específicas dependiendo del nivel de riesgo medido en la anterior valoración.
El SE de Dynamed(7) indica que se debe reevaluar el riesgo si la condición del paciente cambia significativamente (NPUAP/EPUAP/PPPIA Recomendación fuerte-positiva, Fuerza de la evidencia C)*(8-10)
Se ha encontrado un protocolo en nuestro entorno sanitario(11) que realiza indicaciones concretas de la frecuencia de la siguiente valoración, que dependerá del riesgo de la última valoración realizada y de la unidad asistencial:
- Hospitalización: Riego Alto c/ 2 días; Moderado c/ 4 días; Bajo/Sin riesgo c/ 7 días. Siempre que haya un cambio en la situación del paciente.
- Unidades críticas: a diario. Siempre que haya un cambio en la situación del paciente.
- Hospitalización a domicilio (El primer contacto dentro de las primeras 72 h.): Alto/ Moderado c/ 7 días; Bajo/Sin riesgo c/ 15 días. Siempre que haya un cambio en la situación del paciente.
Otro protocolo(12), también de nuestro entorno sanitario, afirma que se debe reevaluar el riesgo a intervalos periódicos y si existe un cambio clínico en la situación del paciente, por ejemplo después de una cirugía, empeoramiento de la enfermedad o cambios en la movilidad, y menciona que se reevalúe ante un cambio en la persona que cuida, en el contexto de la atención domiciliaria.
Por último, el sitio web úlceras.net (13) afirma que la valoración ha de realizarse inmediatamente al ingreso del paciente, y de forma periódica durante su estancia. Reevaluar semanalmente si el paciente no tiene riesgo en la evaluación previa, y si sufre una de las siguientes:
- intervención quirúrgica mayor a 10 horas,
- isquemia por cualquier causa, hipotensión,
- disminución de la movilidad,
- anemia,
- pruebas diagnósticas que requieran reposo durante al menos 24 horas
- cambio en las condiciones del estado del paciente y su entorno.
*Ver niveles de evidencia y grados de recomendación en el original.