La respuesta a esta pregunta clínica actualiza a una anterior publicada en 2012(1), en aquel momento se concluía que “no existen pruebas suficientes para confirmar o refutar la efectividad del tratamiento con probióticos para la mastitis" por lo que se ha procedido a actualizar la búsqueda bibliográfica en busca de nueva evidencia. Los documentos consultados sugieren que los probióticos podrían ser eficaces en el tratamiento de la mastitis asociada a la lactancia en mujeres que han sufrido mastistis previamente; además, también podrían ser de utilidad para su prevención.
El Sumario de Evidencia(SE) de UpTodate sobre mastitis(2) indica que para las mujeres embarazadas con antecedentes de mastitis, la administración de un probiótico (Lactobacillus) durante fases tardías del embarazo puede reducir la probabilidad de mastitis, basándose en un ensayo clínico aleatorizado (ECA)(3) que incluyó a 108 embarazadas con antecedentes de mastitis infecciosa en embarazos previos. En dicho estudio,las mujeres que recibieron Lactobacillus salivarius PS2 vía oral tuvieron una menor incidencia de mastitis que las que recibieron placebo (25 frente a 57%). El sumario menciona que no hay evidencia suficiente para apoyar la administración de terapia probiótica profiláctica para mujeres embarazadas sin antecedentes de mastitis de lactancia.
El SE de Dynamed(4) plantea que los probióticos con cepas de Lactobacillus se asocian con una menor tasa de recurrencia y disminución del dolor en mujeres con mastitis infecciosa en comparación con la terapia con antibióticos (Nivel de evidencia 2)*. En el caso de mujeres con mastitis recurrente o subaguda indica que se puede considerar administrar probióticos, siempre que contengas cepas de Ligilactobacillus salivarius (anteriormente clasificado como Lactobacillus salivarius) y cepas de Limosilactobacillus fermentum. También refiere que se pueden considerar los probióticos para prevenir la mastitis; si se usa, el probiótico debería contener cepasde L. salivarius (de elección) y L. fermentum
Una revisión sistemática (RS)(5) en la que se abordó la evidencia con respecto al consumo de probióticos y la mastitis de lactancia, incluyó cinco ECA, tres se referían al consumo de probióticos para el tratamiento y dos para la prevención de la mastitis. Todos ellos informaron una menor incidencia de mastitis en los grupos de madres asignadas a la toma de probióticos, pero los estudios tenían importantes limitaciones metodológicas y posibles conflictos de interés. Los autores concluyen que se necesitan estudios bien diseñados y bien realizados antes de poder hacer recomendaciones basadas en la evidencia sobre el uso de probióticos en el tratamiento o la prevención de la mastitis de la lactancia.
Otra RS con metaanálisis(6) de seis ECA muestra que tomar probióticos durante el embarazo puede reducir la incidencia de mastitis [Riesgo Relativo (RR): 0,49, 95% Intervalo de confianza (IC): 0,35 a 0,69; p<0,0001). Después de tomar probióticos, los recuentos de bacterias en la leche de las mujeres con mastitis se redujeron significativamente [diferencia de medias (DM): -0,89, IC 95%: -1,34 a -0,43, p = 0,0001]. Los autores indican que estos resultados necesitan ser respaldados por ECA multicéntricos de alta calidad.
Una RS(7) en la que se evalúan las estrategias preventivas sobre la aparición o recurrencia de mastitis infecciosa o no infecciosa en mujeres lactantes después del parto, incluyó, entre otros, dos ECA (399 mujeres) que comparaban el uso de probióticos frente a placebo, los resultados mostraron que los probióticos pueden reducir el riesgo de mastitis más que el placebo (RR 0,51, IC 95%: 0,35 a 0,75). Los autores indican que no está claro si los probióticos reducen el riesgo de dolor mamario o daño en los pezones porque la certeza de la evidencia es muy baja.
En una pregunta Cochrane(8), basada en la RS anteriormente mencionada(7), resume, respecto al papel de los probióticos en la prevención de la mastitis después del parto, que evidencia de certeza baja indica que, en comparación con el placebo, los probióticos pueden dar lugar a menos mujeres con mastitis dentro de los seis meses posteriores al parto (102 versus 197 por 1000 mujeres; todos los resultados en promedio) y menos mujeres con dolor de mama (346 versus 428 por 1000 mujeres). El número de mujeres que experimentaron daños en los pezones fue bajo y la evidencia fue de certeza muy baja. Los eventos adversos de los probióticos no están claros, ya que solo un ECA con 108 participantes evaluó este resultado.
Por último comentar que la Guía de Práctica Clínica de la “Academy of Breastfeeding Medicine”(9) sugiere que los probióticos pueden ser eficaces tanto para el tratamiento como para la prevención de la mastitis, basándose en una RS anteriormente mencionada(5). El probiótico debería contener Limosilactobacillus fermentum o, preferiblemente, Ligilactobacillus salivarius, ya que estas son las cepas que se muestran eficaces. (Niveles de evidencia: 1–2. Fuerza de la recomendación:B)*
*Ver niveles de evidencia y grados de recomendación en el original.