Según la información consultada, la evidencia actual sugiere que el mantener una dieta baja en residuos (DBR), es igual de efectiva que una dieta a base de líquidos claros (DLC) en la preparación y limpieza intestinal para realizar una colonoscopia, con la ventaja de que la DBR mejora la tolerancia de la persona que se somete a la prueba y la aceptación de repetir, si fuese necesario.
El Sumario de evidencia (SE) de UpToDate(1) que trata acerca de la colonoscopia en adultos, menciona que las personas a las que se les vaya a practicar esta prueba deberían consumir una DBR o DLC durante al menos un día antes de la colonoscopia electiva. Una DBR es baja en fibra y se debe instruir a los pacientes para que eviten los alimentos con alto contenido de fibra, como frutas, verduras y cereales integrales. La DLC incluye agua, caldo claro, café o té (sin leche), helados, gelatina y zumos de frutas como manzana y limonada; los líquidos que son rojos pueden confundirse con sangre en el colon o pueden oscurecer los detalles de la mucosa y deben evitarse.
El enfoque de los autores del SE es recomendar una DBR durante cinco días antes de la colonoscopia, y solo se permiten DLC el día anterior al examen.
Otro SE (2), considera que hay poca evidencia que evalúe el papel de la dieta en la preparación intestinal ante la realización de una colonoscopia y las prácticas habituales incluyen no comer vegetales crudos, semillas, nueces o maíz durante 3 días antes de la colonoscopia e ingerir sólo DLC el día antes de la colonoscopia. Expresa también, que el consumo de DBR en lugar de DLC durante todo o parte del día antes de la colonoscopia podría aumentar la tolerancia del paciente y podría resultar ser una preparación intestinal similar o incluso mejor.
Finalmente se han seleccionado dos revisiones sistemáticas (RS) de reciente publicación en las que se evidencia que la DBR o DLC, son igualmente válidas en la preparación intestinal y la calidad de la colonoscopia:
Una RS(3) publicada en 2020, en la que se incluyeron 20 ensayos controlados aleatorios (ECAS) publicados entre 2005 y 2019, comparaba DBR versus DLC en la preparación intestinal en 4.323 participantes. La DBR fue comparable con la DLC para la preparación adecuada del intestino (p = 0,79; odds ratio [OR] 0,96; intervalo de confianza [IC] del 95%, 0,72-1,29). Las tasas de detección de pólipos (p = 0,68; OR, 1,04; IC del 95%, 0,86-1,27) o adenomas (p = 0,78; OR, 1,03; IC del 95%, 0,86-1,23) fueron similares entre los grupos. Hubo significativamente menos efectos secundarios en los individuos del grupo DBR: náuseas (p = 0,02; OR 0,72; IC del 95%, 0,56-0,94), vómitos (p = 0,04; OR 0,61; IC del 95%, 0,38-0,98 ), hambre (p <0,001; OR 0,36; IC del 95%, 0,24-0,53) y cefalea (p = 0,02; OR 0,64; IC del 95%, 0,44-0,93). Además, significativamente más individuos en el grupo DBR encontraron fácil completar la dieta (P = 0,01; OR, 1,86; IC del 95%, 1,15-3,00) y mostraron disposición a repetirla (P = 0,005; OR, 2,23 ; IC del 95%, 1,28-3,89). Los autores concluyeron que la DBR era comparable con la DLC en la calidad de la preparación intestinal antes de la colonoscopia.
Otra RS(4), publicada en el mismo año, tuvo el mismo propósito de evaluar las diferencias en la preparación intestinal (DBR versus DLC), la tolerancia, la disposición a repetir la preparación, la detección de un pólipo y las reacciones adversas generales. Se eligieron 16 estudios (N = 3.413). Los pacientes con DBR en comparación con DLC indicaron una tolerancia significativamente mejor [Riesgo Relativo (RR) 0,92; IC del 95%, 0,85-0,99; P <0,05] y la voluntad de repetir la preparación intestinal (RR 0,86; IC del 95%: 0,79-0,93; P <0,05). En la tasa de detección de adenomas intestinales, el grupo DBR presentó un nivel de evidencia alto, (tanto como la DLC) y además puede reducir significativamente la experiencia de hambre de los pacientes.