Pregunta actualizada a 29 de mayo de 2020
La información contenida en esta respuesta, está en continua revisión, siendo posible que, en un plazo breve sea actualizada, incorporando una nueva pregunta al Banco de Preguntas. Algunos de los documentos referenciados son “preprint”, es decir que no han sido revisados por pares. Aportan información que precisa ser evaluada con detalle antes de convertirse en recomendaciones aplicables a la práctica clínica.
La información disponible en este momento sobre el papel del zinc como tratamiento o profilaxis de la infección por SARS-CoV-2 es muy escasa, y no se dispone de evidencia procedente de ensayos clínicos controlados que permitan determinar su efectividad.
El zinc es un oligoelemento esencial que tiene papel en el crecimiento, la reparación de heridas, la tolerancia a los carbohidratos, la síntesis de hormonas testiculares y la respuesta inmune. El déficit de zinc se ha asociado con una inmunidad deprimida y hay estudios que han mostrado su efecto beneficioso en el tratamiento o la prevención de la diarrea y la neumonía en niños de zonas con pocos recursos. De hecho, la OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda los suplementos de zinc para los niños de países subdesarrollados con diarrea(1). Otros estudios también han mostrado cierta disminución de la severidad y la duración de la gripe, aunque se ha visto que las formulaciones nasales pueden ocasionar anosmia e hiposmia(2).
Según una revisión narrativa (RN)(3) el zinc inhibe la replicación de virus como el SARS-coronavirus, hepatitis C, hepatitis E y el influenza H1N1. Los autores explican que el zinc es capaz de inhibir ARN polimerasa dependiente de ARN deteniendo la replicación del coronavirus en el huésped y que la cloroquina puede inducir la absorción de zinc en el citosol de la célula.
Otra RN(4) comenta que los factores de riesgo de severidad de la COVID-19 como la edad, la inmunodeficiencia, la obesidad y la diabetes son también conocidos grupos de riesgo de déficit de zinc; además los niveles de zinc suelen ser bajos en los pacientes sépticos y se correlacionan inversamente con la severidad de la enfermedad y la presencia de citocinas proinflamatorias como IL‑6, IL‑8 y TNFα. La RN aporta información sobre otros mecanismos por los que el zinc podría afectar al SARS‑CoV-2: reduce la actividad de la enzima convertidora de angiotensina 2 en células pulmonares de rata, aumenta la longitud ciliar del epitelio bronquial de ratas con déficit de zinc y aumenta el aclaramiento ciliar in vitro.