Tras la búsqueda bibliográfica realizada, no hemos encontrado ningún documento en el que se establezca una recomendación específica sobre la indicación de la eliminación del gluten de la dieta de la madre en el caso de niños con alergia al gluten que continúan con lactancia materna.
De la información revisada, sobre alergias alimentarias en general, podemos resumir que, a la hora de valorar la retirada del gluten en la dieta de la madre, sería importante tener en cuenta el tipo de reacción alérgica producida.
Se han comunicado casos y series de casos en niños con reacciones alérgicas posiblemente producidas por la ingesta de alérgenos presentes en la leche materna, incluso hay evidencia de niños con dermatitis atópica y síntomas digestivos desencadenados por alérgenos ingeridos por esta vía(1).
Un estudio observacional prospectivo(4) español publicado recientemente que analiza la presencia de gluten (péptido 33-mer de gliadina) en una muestra de 90 niños, no logra detectarlo en el grupo alimentado exclusivamente con lactancia materna. La muestra estaba compuesta por 3 grupos de 30 niños: lactancia materna exclusiva (edad 9,2 ± 2,8 semanas), fórmula de inicio únicamente (10,31 ± 3,37semanas) y lactantes que consumían gluten (56,2 ± 3,7semanas). Según los autores, el péptido 33-mer de gliadina, parece ser el más inmunogénico de los conocidos hasta el momento, y, debido a su resistencia a la digestión gastrointestinal una parte significativa es excretada en heces. No se detectó el péptido en ninguno de los niños alimentados sólo con leche ni en siete (7/30) de los que consumían gluten. En este último grupo no se apreció diferencia entre la cantidad de gluten ingerida por estos niños y por los que sí excretaron el péptido 33-mer en sus heces. Los autores concluyen que el hecho de no detectar el péptido en las heces podría ser debido a que se produce en pequeñas cantidades no detectables por la prueba o a que las enzimas digestivas de los niños no la producen a partir del gluten ingerido.
El sumario de evidencia (SE) de BMJ Best Practice(5) sobre las alergias alimentarias, en cuanto a la evitación materna de antígenos durante la lactancia comenta que esta podría disminuir la probabilidad de que un bebé desarrolle eccema o su severidad, aunque se precisan estudios de mayor tamaño.
Sin embargo, según el SE(6) de DynaMed Plus sobre dermatitis atópica, la evitación de alérgenos en la dieta materna no mejoraría ni prevendría la aparición de dermatitis atópica en niños. Según el SE sobre alergias alimentarias(7) mediadas por Ig-E no estaría recomendada la restricción de alérgenos en la dieta materna durante la lactancia. Y tampoco estaría recomendada en caso de síndrome de enterocolitis inducido por proteínas alimentarias si la lactancia no ocasiona síntomas(8).
El SE de UpToDate sobre la evitación en las alergias alimentarias, respecto a la dieta materna, incluye entre las opciones una restricción estricta del alergeno, una reducción de la ingesta, la no evitación, o (en caso de huevo y leches) ingesta de alimentos muy cocinados que parecen ser menos alergénicos. No obstante, el sumario señala que no existen ensayos controlados en los que basar estas restricciones dietéticas.
Los autores del SE indican que generalmente recomiendan una evitación estricta por parte de la madre en caso de: una reacción aguda a un alérgeno contenido en la leche, una reacción anafiláctica por un alergeno que el niño ingirió directamente, síntomas crónicos atribuidos a los alimentos a pesar de una disminución de la ingesta del supuesto alérgeno por parte de la madre o una reacción a un alimento que habitualmente origina reacciones graves y suele ser ingerido por la madre en grandes cantidades (por ej. cacahuetes, nueces, pescado y mariscos).
Y valoran la opción de permitir una ingesta materna reducida cuando el bebé amamantado no tenía antecedentes de síntomas crónicos antes del diagnóstico de alergia alimentaria o cuando la reducción de alérgenos en la dieta materna resuelve los síntomas crónicos leves.