Los documentos de consenso(1-4) revisados sobre el inicio de la alimentación complementaria en el lactante se limitan a plantear sugerencias de introducción de los alimentos, fundamentalmente basadas en hábitos y preferencias locales, sin establecer pautas fijas. En ninguno de estos documentos da detalles sobre la forma recomendada de introducir los cereales o se menciona que la opción de introducir primero cereales sin gluten sea recomendable frente a la utilización directa de cereales con gluten. De estos textos extraemos, sin embargo, las siguientes consideraciones que pueden ser de utilidad a la hora de orientar la práctica clínica en torno a este aspecto:
- En niños alimentados con lactancia materna la complementación con nuevos alimentos se recomienda a partir de los 6 meses de vida (180 días) mientras se mantiene la lactancia materna(1-4) (a partir de esa edad, la lactancia materna, por sí sola, ya no es suficiente para cubrir los requerimientos de energía y de nutrientes del niño; además, aproximadamente a esa edad, el lactante ha alcanzado el desarrollo suficiente para recibir otros alimentos).
- Respecto al momento idóneo de introducción del gluten, la Asociación Española de Pediatría(3), considera que a partir de los seis meses no hay razón aparente para retrasar su introducción en la dieta del lactante. Por su parte, el comité de nutrición de la European Society of Paediatric Gastroenterology, Hepatology and Nutrition(4) establece que parece prudente evitar tanto la introducción precoz (< 4 meses) como la tardía (mayor o igual a 7 meses) del gluten en la dieta del lactante, y que se debería introducir el gluten poco a poco mientras el bebé continua siendo alimentado con leche materna, ya que esto puede reducir el riesgo de enfermedad celíaca, diabetes mellitus tipo 1 y alergia al trigo. En estos dos documentos se hace referencia, además, a una revisión sistemática(5) que mostraba un menor riesgo de enfermedad celiaca cuanto mayor es el tiempo de lactancia y cuando el gluten se introducía en lactantes que aún están siendo amamantados.
Una revisión narrativa de Uptodate(6) sobre la introducción de los alimentos sólidos durante la infancia indica, en relación a los cereales, que los cereales infantiles compuestos por un único tipo de este nutriente son una buena opción para iniciar la alimentación complementaria dado el suministro adicional de energía y hierro que proporcionan, y que tradicionalmente es el arroz el que se ofrece en primer lugar porque es el menos alergénico y es fácilmente accesible. Respecto al trigo, se indica que su introducción no debería retrasarse más allá de los 6 meses de edad. Y, en cuanto a como ofrecerlos, se comenta que el cereal debe ser ofrecido inicialmente en pequeñas cantidades al final de la lactancia o el biberón y que la cantidad suministrada debe aumentarse gradualmente.
El Programa de Atención al Niño y al Adolescente de la Consejería de Sanidad de la Región de Murcia(7) respecto a las pautas recomendadas de introducción de alimentos en el lactante menciona que los cereales suelen ser el primer alimento a introducir (no antes de los 4 meses ni después de los 6 meses) y que se ofrecerán en forma de harinas predigeridas (cereales hidrolizados) y sin gluten (arroz, maíz, tapioca, soja). En cuanto a las harinas con gluten (trigo, avena, cebada, centeno), indica se introducirán después del 7-9 mes. Como en los informes previos, también se recomienda que los niños alimentados con lactancia materna inicien la alimentación complementaria a partir de los 6 meses de edad.