En una pregunta previa del Banco de preguntas de Preevid (ver abajo) se recomiendan las sondas vesicales de silicona (o de látex recubiertas de silicona) por ser las que provocan estenosis uretral con menor frecuencia y ser muy resistentes a la incrustación. No obstante, esta pregunta no está centrada en el contexto de una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
Tras una nueva búsqueda, focalizada en la valoración del material de elección para el sondaje vesical del paciente crítico ingresado en la UCI, se han seleccionado una revisión sistemática(1), tres guías de práctica clínica (GPC)(2-4), dos protocolos de Enfermería(5,6) y un sumario de evidencia(7) que coinciden en recomendar, en el paciente adulto hospitalizado (en UCI o en otra unidad asistencial), las sondas uretrales de silicona sobre las de otro material en base a su menor riesgo de traumatismo uretral y de obstrucción del catéter, sin que haya evidencia de que su uso disminuya el riesgo de infección urinaria asociada al uso de catéter (IUAC).
En relación a la necesidad de cambiar un catéter de látex por uno de silicona, en los documentos que hacen mención a este aspecto(1,6,7) se sugiere hacerlo si ocurre una obstrucción y se considera que esta puede estar relacionada con el material del catéter.
Entre los resultados que se evalúan en la actualización de 2014 de una revisión sistemática de la Cochrane(1) sobre los tipos de sondas uretrales permanentes a corto plazo en adultos hospitalizados está un tipo de catéter uretral permanente estándar muestra beneficios sobre otro. Se indica en la revisión que ninguno de los ensayos clínicos incluidos que compararon los tipos de catéteres estándar midió la incidencia de infección urinaria (IU) sintomática; en términos de reducción de bacteriuria, los ensayos individuales eran demasiado pequeños para mostrar si un tipo de catéter estándar era superior a otro tipo; para el resultado de las reacciones uretrales, los catéteres completamente siliconados mostraron ser superiores a los catéteres de látex aunque los ensayos involucraron un pequeño número de participantes. No hubo diferencias estadísticamente significativas entre los diferentes catéteres para todos los demás resultados evaluados. Se concluía al respecto que la revisión no encontró un catéter estándar mejor que otro en términos de reducción del riesgo de bacteriuria en adultos hospitalizados cateterizados a corto plazo; no obstante, los catéteres siliconados pueden ser menos propensos a causar efectos secundarios uretrales en los hombres, pero este resultado debe interpretarse con cierta precaución ya que los ensayos eran pequeños y las definiciones de resultados y los catéteres específicos comparados difirieron.
La GPC de los “Centers for Disease Control and Prevention” sobre la prevención de IUAC (de 2009 pero actualizada en febrero de 2017)(2) señala que evidencia de baja calidad sugiere un beneficio de la silicona sobre el látex o los catéteres recubiertos con teflón en la prevención o la reducción de las incrustaciones del catéter en pacientes cateterizados a largo plazo que son propensos a la obstrucción; sin que se hayan observado diferencias entre los diferentes materiales en pacientes sin esta propensión. Como recomendación (de categoría de la recomendación II)* indica que la silicona podría ser preferible a otros materiales para reducir el riesgo de incrustación en pacientes con cateterismo a largo plazo que tienen obstrucción frecuente. En cuanto a la necesidad de cambiar un catéter por otro de silicona la guía recomienda que se cambie el catéter si ocurre una obstrucción y se considera probable que el material del catéter esté contribuyendo a la obstrucción (categoría de la recomendación IB)*.
En otra GPC de 2015 sobre la cateterización uretral en pacientes adultos en entornos de cuidados agudos(3) se recomienda el uso de catéteres libres de látex añadiendo que los catéteres de látex pueden provocar una reacción alérgica o sensibilizante significativa y que, además, generalmente se necesita un catéter de látex más grande para lograr la misma tasa de drenaje que un catéter más pequeño libre de látex (y el uso de un catéter de mayor tamaño puede aumentar innecesariamente el riesgo de traumatismo, hematuria e infección).
De forma similar, una GPC de la “European Association of Urology Nurses” de 2012 sobre cateterización permanente en adultos(4) establece como recomendación respecto al material de la sonda que los catéteres de silicona (100%) podrían ser preferibles a otros tipos de catéter para reducir el riesgo de incrustaciones en pacientes cateterizados a largo plazo que tienen obstrucción frecuente del catéter (nivel de evidencia 1b; grado de recomendación B)*.
Un protocolo del “The Hartford Institute for Geriatric Nursing” sobre la prevención IUAC(5) plantea que su relación con el material de la sonda urinaria es controvertida: no hay suficiente evidencia para determinar si la selección de un catéter de látex, de un catéter de látex revestido con hidrogel, de un catéter de látex recubierto con silicona, o de un catéter de silicona influye en el riesgo de IUAC.
Un protocolo español sobre el cuidado de los catéteres urinarios en la UCI(6), respecto a la elección del tipo de catéter uretral, también indica que los catéteres de silicona son preferibles a los de otros materiales en pacientes que necesitan sondaje durante periodos largos y en pacientes con obstrucciones frecuentes
Amplia el documento que ningún tipo de catéter estándar, látex y silicona, ha mostrado ser mejor en términos de reducción de riesgo de IU en adultos hospitalizados y sondados a corto plazo pero que la evidencia de estudios de laboratorio que han comparado el catéter de silicona con el de látex, sugiere que las bacterias se adhieren peor a la silicona, es más biocompatible que el de látex con el tejido uretral (lo que reduce la uretritis) y tiene menor adherencia de incrustaciones intraluminales (menor tendencia a la obstrucción); estos hallazgos sugieren que la selección de un catéter de silicona puede ofrecer alguna ventaja sobre un catéter de látex para el paciente con cateterización urinaria permanente a largo plazo. No obstante, estos resultados deben interpretarse con cierta cautela ya que los ensayos fueron pequeños y las definiciones de los resultados y las sondas específicas comparadas variaron.
En el protocolo se sugiere igualmente que se cambie el catéter si ocurre una obstrucción y esta puede estar relacionada con el material del catéter.
Por último, en el sumario de evidencia de Uptodate(7) sobre el manejo de los catéteres urinarios en el paciente adulto se hace referencia a que el látex se asocia con inflamación uretral probablemente debido a la incrustación proteínas y sales en la superficie del catéter y la inflamación crónica secundaria al uso prolongado del catéter puede conducir a estenosis uretral. Por esta razón y por el potencial de alergia al látex, se dispone que los catéteres de silicona pueden ser preferibles cuando se requiere un cateterismo prolongado. En relación al cambio del tipo de catéter establece que si hay una obstrucción y existe la sospecha de que el material del catéter de látex contribuyó a dicha obstrucción, el catéter debe cambiarse a un catéter de silicona para reducir la futura incrustación.
*Ver en el texto completo del documento.