Esta pregunta actualiza a la pregunta: "¿Que evidencia existe sobre la frecuencia de cambio de la sondas vesicales tanto de silicona como de látex?" incluida en el Banco de Preguntas el 29/11/2006 [Mirar mas abajo] que concluye que deben ser cambiadas solo cuando sea necesario, por razones clínicas, o según las recomendaciones de los fabricantes (siguiendo la recomendación de una Guía de Práctica Clínica).
En una una nueva búsqueda se ha encontrado:
Un sumario de evidencias(1) sobre las infecciones del tracto urinario causadas por la sonda vesical, indica con respecto a la prevención que para algunos autores el primer paso para reducir las infecciones del tracto urinario causadas por la sonda es evitar el sondaje innecesario, y el segundo es extraer la sonda lo antes posible.
Un Best Practice(2) sobre la retirada de la sonda vesical permanente de corta duración indica que la retirada temprana se asocia con un menor riesgo de infección del tracto urinario y una estancia más corta en el hospital, pero también a un mayor riesgo de problemas de evacuación a corto plazo (grado B).
Un estudio prospectivo(3) examina los patrones de cuidado de las sondas para identificar los factores de riesgo de infecciones urinarias asociados en 555 pacientes adultos a los que se instaló una sonda vesical permanente durante 3 días en cinco hospitales generales. La duración media de la cateterización fue de 25 días. La incidencia global de infecciones fue 3.9 casos por día por cada 1000 dispositivos; el rango de incidencia de 0.6 a 7.2 casos por día por cada 1000 dispositivos. En el 94% de los casos con infección urinaria, se observó incontinencia fecal. Las conclusiones de los autores indican que la incontinencia fecal fue un factor de riesgo importante para las infecciones relacionadas con el sondaje urinaria en la población de estudio. Aun así, el porcentaje de riesgo indica que la implementación de dos elementos básicos del cuidado de las sondas (uso de un sistema cerrado y limpieza diaria del área perineal) podría reducir la infección casi el 50%.
Un estudio retrospectivo(4) en 35 904 pacientes que habían sufrido cirugía importante, describe la frecuencia de uso y duración de la sonda vesical permanente en el postoperatorio para determinar la relación entre su uso y resultados postoperatorios. Al 86% de los pacientes se les implantó sonda vesical permanente. De estos, el 50% tuvieron la sonda más de 2 días. En estos pacientes, tuvieron más probabilidad de desarrollar infección del tracto urinario que en pacientes con cateterización de menos de 2 días. Los autores concluyen que las sondas urinarias permanentes son colocadas de forma rutinaria durante un período mayor a dos 2 días y puede ser un factor que induzca a infecciones nosocomiales. La asociación de resultados adversos hace que la duración de la sonda en el postoperatorio sea un objetivo razonable para el control de infección y la mejora de la calidad quirúrgica.
Una revisión narrativa(5) revisa las múltiples intervenciones para la prevención de las infecciones del tracto urinario relacionadas con los catéteres (ITURC), entre las que incluye la frecuencia de cambio de sonda. La revisión señala que una limitada evidencia sugiere que el cambio rutinario de la sonda cada 4 a 6 semanas reduce la incidencia de ITURC en pacientes con cateterización urinaria permanente a largo plazo.